MEMORIA DE OLFATO

Memoria de olfato
Daniela Suárez
Columnas
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La memoria es el deseo satisfecho.

Carlos Fuentes

Es muy probable que si ahora mismo alguien nos pide que nos imaginemos una rebanada de pastel, enseguida la mayoría de nosotros pensará en eso mismo: una rebanada de pastel. Quizás alguien la imagine de chocolate y alguien más de vanilla, pero por lo general casi todos podríamos ver esta imagen en nuestra mente. Ahora, ¿qué pasaría si esa misma persona nos pide que nos imaginemos el olor de dicho pastel? ¿Podríamos lograrlo?

Investigadores de la Universidad de Estocolmo, en Suecia, se preguntaron si el cerebro humano tiene esta capacidad y realizaron un estudio para comprobarlo.

En su investigación, publicada en el Journal of Experimental Psychology: Human Perception and Performance, el autor, Stephen Pierzchajlo, indica que es común pensar que la mayoría somos capaces de imaginarnos un objeto en nuestra mente y lo mismo pasa con sonidos y movimientos de objetos, pero la idea de imaginar olores se había estudiado poco, así que él y su equipo decidieron averiguar qué tan común o probable es que logremos imaginar olores.

Para el estudio los expertos hicieron dos experimentos. En la primera etapa casi 40 adultos tuvieron que oler 16 aromas dentro de un laboratorio. Los participantes evaluaron cada aroma con base en distintos puntos, incluyendo si era agradable o no. Estos aromas eran comunes e iban desde gasolina y ajo, hasta manzana y pescado. A continuación, se entregaron a los participantes pares de estos aromas para que los olieran y se les pidió que evaluaran el grado de similitud de los dos olores en una escala de cero a 100. Todas las combinaciones posibles se presentaron dos veces.

En la segunda mitad del experimento se invirtió el orden; por ejemplo, si en la primera mitad el plátano se emparejaba con el limón y el participante olía el plátano antes que el limón, en la segunda serie de pruebas olía primero el limón.

Correlación positiva

Cuando el equipo analizó estos resultados comprobó que las puntuaciones de similitud de cada pareja en la primera y la segunda mitad del experimento eran muy coherentes. Esto les dio la seguridad de que las puntuaciones eran fiables, en lugar de ser respuestas al azar.

Para la segunda parte del estudio, que se realizó en línea, los investigadores reclutaron a unos dos mil adultos de dos edades: entre 20 y 45 años y entre 60 y 85 años.

En este experimento se mostró a los participantes una serie de nombres de un único olor dentro de un conjunto de 16, más otros cuatro, uno de los cuales también pertenecía al conjunto de 16. Cada vez evaluaban el grado de similitud de cada uno de ellos.

A continuación, los investigadores compararon las puntuaciones promedio de similitud de los pares de olores de la primera fase del estudio con las puntuaciones promedio de similitud de los mismos pares de la segunda fase. Encontraron una fuerte correlación positiva: las puntuaciones de las personas que habían tenido que imaginar la similitud de un determinado par de aromas eran muy parecidas a las de otras personas que realmente los habían olfateado y comparado.

“Nuestros resultados sugieren que las personas son capaces de evocar y comparar mentalmente pares de olores cuando se les presentan sus etiquetas conocidas”, escribieron los expertos.

Estos resultados sugieren que al igual que la inmensa mayoría de las personas puede representar imágenes visuales en un “espacio” perceptivo de su mente, también somos capaces de lograr algo muy parecido con los olores.

Y tú, ¿tienes la capacidad de imaginar olores?

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