El último cuatrimestre del año ha sido bueno para el deporte federado en nuestro país: nos hemos enterado de que en los diferentes mundiales y competencias los mexicanos han brillado.
Por ejemplo, y en lo general, se entregaron buenas cuentas en el mundial de Atletismo que se desarrolló en Budapest, Hungría; y también en el mundial de Pentatlón moderno celebrado en Reino Unido. En ambas competencias los nuestros establecieron logros en cuanto a plazas olímpicas, medallas y récords mundiales.
En el Pentatlón moderno Emiliano Hernández fue uno de los que lograron plaza olímpica; antes ya habían destacado en el certamen Mariana Arceo y Mayan Oliver al colgarse el bronce en la categoría de relevos femeniles.
En lo que se refiere al mundial de Atletismo, Andrés Olivas y Laura Galván consiguieron lugar en París en la marcha de los 20 kilómetros y en los cinco mil metros, respectivamente.
Y cómo no resaltar lo hecho por la delegación mexicana en el mundial de Natación que se celebró en Fukuoka, Japón. Ahí, a pesar de los problemas que persistían en el deporte acuático mexicano, los nuestros también obtuvieron múltiples plazas olímpicas.
Así, entonces, hasta ahora, México ya tiene 20 plazas olímpicas para París 2024. ¡Y faltan más!
La esperanza, es solo eso…
Pareciera entonces que las cosas van por buen camino, que hay esperanza y sí, claro que la hay, pero… ¡la esperanza no siempre se traduce en éxitos!
Tristemente, estos buenos antecedentes de resultados y actuaciones positivas que les cuento no son suficientes para pensar que México tendrá una destacada actuación en los juegos de París. Para que nuestro país tenga una participación buena se necesita más que buenos resultados en mundiales. Básicamente me refiero a constancia, a regularidad, a trabajo más homogéneo, buen manejo de recursos por parte de las federaciones, de la propia Conade, en fin… Hoy el deporte mexicano está desarticulado.
Si yo le dijera que México aspira a diez medallas en París le estaría mintiendo garrafalmente. Bueno, ¡ni siquiera vislumbro cinco medallas para nuestra delegación!
Lo que sí veo es la peor actuación de nuestro país en la historia de unos Juegos Olímpicos.
Quizás, exagerando de optimismo, México regresará de tierras olímpicas con tres o cuatro medallas (ninguna de oro o plata) y derivarán de disciplinas como tiro con arco, clavados y, por ahí, una sorpresita.
Lamentaré, querido lector, que me tache de negativo: simplemente soy realista ante una situación que ha sido la constante en los últimos procesos olímpicos para México.
Donde sí veo —como es normal— una maravillosa actuación de la delegación mexicana es en los Juegos Paralímpicos. De nuestros paratletas hablaré en el futuro, porque bien vale la pena darles su lugar como verdaderos ejemplos de perseverancia.