LA REPÚBLICA AMOROSA

Guillermo Deloya
Columnas
REPÚBLICA

Recientemente celebrado, el Día de San Valentín —o, como coloquialmente se le conoce, Día del Amor y la Amistad— representa una oportunidad para exaltar aquellos nobles sentimientos que deberían regir como un timón el comportamiento humano.

Esta fecha se significa en una considerable derrama económica en distintos ramos de negocio y permite de forma subrayada la expresión de afecto de forma casi universal. En nuestro país la evolución de las relaciones entre mexicanos ha dibujado un escenario cambiante a lo largo del tiempo, mismo que repercute en la estabilidad emocional, pero también en el ánimo social de este México que, para sorpresa de algunos, no es tan conservador ni reservado como muchos pudieran pensar.

De hecho, estamos en un país que de su gran total de población tiene un concentrado mayoritario en un rango de 15 años o más; 100.6 millones de mexicanos para ser exactos. De esa masa poblacional, 33.6% corresponde a personas casadas, 33.1% a solteros y, comparado con otros años, en 2023 hubo un creciente porcentaje de aquellos que deciden no formalizar compromisos legalmente y optan por vivir en una unión libre; este pasado año tal rubro correspondió a 17.8 por ciento.

Este indicador nos habla de un país que paulatinamente se abre a esa más holgada posibilidad. Si continuamos en el análisis de indicadores aportados por el INEGI encontramos algo que parece una obvia situación, pero da un horizonte sobre hacia a dónde se transita: la edad tiene una estrecha relación con el estado civil; entendible es que, a mayor juventud, mayor número de solteros; pero por igual es interesante constatar que la edad a la que los mexicanos deciden casarse cada vez va en incremento moviéndose más hacia los medianos 30.

La edad promedio para casarse en 2024 ronda los 34.1 años. Así, en 2023 poco más de 72% de los mexicanos entre 15 y 29 años estaba soltero, porcentaje notoriamente predominante para tal medición. Por otra parte, aquellos entre los 30 y los 59 años presentaban 48.5% de casados y 22.5% de personas en unión libre. Finalmente, la brecha entre los adultos mayores presentó 52% de casados y 23.4% de aquellos caídos en la viudez.

Amor en el aire

Y sin embargo en el mes del amor y la amistad es contradictorio, pero objetivo, darse cuenta de que no todo es miel sobre hojuelas: entre 2022 y 2023 existe una variación con tendencia a la baja en los matrimonios y una variación al alza en lo que respecta a divorcios.

En México para el año pasado se estima, sin que exista una cifra oficial, que existieron 519 mil matrimonios. Tal total contrasta con la cifra obtenida por el mismo INEGI para 2022, cuando se llevaron a cabo 507 mil 52 enlaces conyugales. Un incremento de solo doce mil matrimonios es mucho menor a lo que ocurría entre años anteriores, donde la variación aumentaba en más de 50 mil año con año. Por igual, y correlacionado, el divorcio en México ha ido notoriamente hacia arriba: tan solo en 2022 se registraron 166 mil 786 separaciones legales, con lo cual se alcanzó el punto más alto en este tipo de finiquitos matrimoniales en la pasada década. Se estima que, conforme a las tendencias observadas, 2023 pueda nuevamente romper ese récord y ubicarse como el año con mayor número de divorcios en la historia del país.

Si se ve la relación entre matrimonios y divorcios, por cada 100 matrimonios están ocurriendo cerca de 33 divorcios, lo cual representa un incremento anual de 14% con tendencias al alza progresiva. Y el gran problema es que se ha incrementado el número de casos de divorcio por disolución no consensuada, es decir, aquellos que llegan al litigio en tribunales. Por igual han crecido para constituir 90.3% del total de casos; la vía del acuerdo y la composición administrativa solo representa un escaso 9.7 por ciento.

Podríamos decir que vivimos una normalidad donde el amor aún se mantiene en el aire. Y tenemos estados de nuestra República amorosa donde el compromiso se vuelve más evidente; es ahí donde destacan Quintana Roo, Sinaloa y Guanajuato en el podio del matrimonio por cada 100 habitantes. ¡Abrazos, pues!