“ROMPER BARRERAS PARA LAS MUJERES EN AGUAS ABIERTAS”

Nora Toledano
Columnas
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Recientemente galardonada con el Premio Poseidón 2025, Nora Toledano es una figura imprescindible en el mundo del nado en aguas abiertas.

Su historia, marcada por la disciplina, la pasión y la lucha por la equidad de género en este deporte, la ha convertido en pionera y referente internacional.

En entrevista con Vértigo, Toledano comparte su experiencia como nadadora, entrenadora y promotora del deporte.

—¿Qué significa para ti este reconocimiento?

—Significa muchos años de trabajo, orgullo y también un halago enorme. Soy la primera mexicana y latina en recibir el Premio Poseidón. Reconoce mi trayectoria como nadadora, pero también mi labor como entrenadora, escritora, organizadora y promotora del nado en aguas abiertas.

—¿Cómo nació esta pasión?

—Desde niña me atrajeron el mar y la natación. Mi mamá me enseñó a flotar y luego me llevó a una escuela de natación. Entré al equipo competitivo a los once años y empecé a escuchar historias de nadadores que cruzaban de un país a otro. Quería ser la primera mexicana en cruzar el Canal de la Mancha. En 1992 estuve ahí con otra mexicana, Elizabeth Hernández. Por cuestiones de clima, ella cruzó primero y yo fui la segunda. Luego me propuse hacer el cruce doble. En 1994, después de un intento fallido de 14 horas y media, lo intenté de nuevo al mes y logré la travesía doble. Fui la primera mujer mexicana, sexta mundial y primera latinoamericana en lograrlo. Eso marcó mi vida.

Retos

—¿Cuáles han sido los principales desafíos como mujer en este ámbito?

—El deporte en sí ya es un reto, porque se practica en escenarios naturales: mares, ríos, lagos, canales. Eso conlleva incertidumbre. Como mujer, he tenido obstáculos, aunque en aguas abiertas no hay tanta diferencia en el rendimiento entre hombres y mujeres. De hecho, hay récords femeninos impresionantes. Una experiencia fuerte fue en 2000, cuando fui mamá. En ese momento me retiraron la beca de Conade por haberme embarazado, algo que me impactó mucho. A pesar de eso, logré grandes cosas después, como completar los siete mares.

Agrega Toledano: “También en competencias como el Maratón del Cañón del Sumidero, durante años, las mujeres nadábamos 10 km y los hombres 15. Luchamos por la igualdad de distancias y finalmente la conseguimos”.

Otro ejemplo, dice, “es la mayor tolerancia al frío que tenemos las mujeres, lo que puede darnos ventaja en ciertas travesías. En todo caso, lo más importante es la mentalidad, la disciplina y la determinación”.

—¿Cómo se prepara una para nadar en aguas abiertas?

—Física y mentalmente. El cuerpo se entrena, pero en el momento del cruce, es más mental. Tienes que saber por qué estás ahí. Tener claro tu propósito es lo que te sostiene cuando el frío, el oleaje o la incertidumbre se vuelven abrumadores.

—¿Qué sigue?

—Este verano acompaño a nadadores a retos como el Estrecho de Tsugaru, Gibraltar y el Canal de la Mancha. Uno de ellos, Eduardo Collazos, será el primer hombre sudamericano en completar los siete mares. También estoy entrenando para una competencia en Ibiza y considerando una séptima travesía al Canal de la Mancha, como despedida. Además, quiero escribir un nuevo libro sobre el proyecto de los siete mares, ahora también desde mi experiencia como entrenadora.

—¿Qué mensaje ofrece a las nuevas generaciones, especialmente a las mujeres?

—Que nunca dejen de creer en sí mismas. Que no permitan que alguien les diga que no pueden. Si yo hubiera hecho caso a quienes me decían “es peligroso para una mujer”, no habría llegado hasta aquí. Hay que tener disciplina, confiar en una misma y rodearse de gente que te impulse.

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