RON DESASTRE

“Ataques a México”.

Lucy Bravo
Columnas
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Cuando una falla técnica pesa más que el mensaje que se quiere dar, estás en problemas. Y eso es precisamente lo que pasó con el caótico lanzamiento de la candidatura a las elecciones presidenciales de Ron DeSantis, gobernador de Florida: el tan esperado anuncio de su campaña por llegar a la Casa Blanca en 2024 comenzó con 26 minutos de retraso y colapsó varias veces cuando cientos de miles de usuarios sintonizaron para escuchar una entrecortada conversación de DeSantis con el CEO de Twitter, Elon Musk.

Quien haya sido el genio asesor de campaña detrás de esa idea hoy tendría que estar empacando sus maletas. Nunca tienes una segunda oportunidad para causar una primera impresión. Además, anunciar oficialmente una campaña para el cargo más importante de Estados Unidos utilizando como medio Twitter Spaces, es decir, solo a través de audio, envía una señal clara de que DeSantis no tiene la habilidad política para lucir presidencial y mucho menos para enfrentarse a un gigante como Donald Trump.

Desde marzo, el expresidente Trump ha logrado duplicar su ventaja sobre DeSantis con hasta 33 puntos porcentuales. Sí, aun con todos los escándalos y juicios en contra del magnate la premisa de la campaña de DeSantis de que el electorado republicano está listo para abandonar a Trump a favor de una alternativa que pueda ser “Trump, pero sin el caos” está totalmente fuera de lugar.

Y DeSantis desperdició una oportunidad de oro: no solo no mencionó a Trump una sola vez, sino que eligió compartir el escenario con otro personaje quizá más controvertido e influyente que él: Musk.

En este sentido, se convirtió en una especie de actor secundario en su propia fiesta. El hecho de que el gobernador de Florida ni siquiera atacó directamente a su verdadero rival nos dice todo lo que podemos esperar de su campaña.

Como era de esperarse, Trump olió la sangre y se dedicó a destrozar el anuncio de DeSantis en su propia red, Truth Social. Hasta el propio presidente Joe Biden troleó el experimento fallido con un tuit que decía: “Este enlace sí funciona”, con un vínculo directo a su campaña.

Versión

Pero más allá del fiasco del anuncio, el contenido del mensaje es algo que no podemos echar en saco roto. La candidatura de DeSantis era algo que se venía anticipando desde su buen resultado electoral en las elecciones de noviembre del año pasado, cuando ganó la reelección como gobernador de Florida con una amplia mayoría. Desde entonces se ha dedicado a promover toda clase de leyes sacadas del manual del trumpismo republicano.

Desde enfrentarse a Disney hasta la ideología progresista, DeSantis ha forjado un legado que haría sonrojar al ala más radical del Partido Republicano.

Para muestra la recién aprobada ley SB 1718, conocida como la ley antiinmigrante de Florida, la cual implementará a partir del 1 de julio una larga lista de políticas destinadas a perseguir a los migrantes en hospitales, lugares de trabajo, hogares y hasta en las calles con inspecciones aleatorias por parte de autoridades locales. Y para sorpresa de nadie, en su arranque de campaña DeSantis dedicó una parte importante de su mensaje a atacar a México a tal grado, que prometió cerrar la frontera con nuestro país en su totalidad para combatir la migración y el tráfico de fentanilo.

DeSantis ha estado perfeccionando una versión del trumpismo en Florida que le ha ganado cierta notoriedad, pero una cosa es utilizar las fórmulas del exmandatario y otra muy distinta enfrentarse al propio Trump.

DeSantis no tiene el carisma de Trump, nunca ha sido puesto a prueba a nivel nacional, no se caracteriza por enloquecer a las multitudes y, al parecer, ni siquiera tiene una buena conexión a internet.