Evidentemente el incremento al salario mínimo debe reconocerse como un avance para los trabajadores, la materialización de un anhelo permanente que tiene ante sí varios asegunes; en principio, porque es necesario apreciar el panorama completo, a partir del hecho de si es suficiente o no.
Para 2026 el salario mínimo en México tendrá en términos generales un aumento de 13% y en la Zona Libre Fronteriza Norte (ZLFN) el alza será de 5%, para quedar en 315.04 y 440.87 pesos diarios, respectivamente, lo que se traduce en un ingreso mensual de nueve mil 582.47 pesos en el primer caso y de 13 mil 409.80 pesos en los 46 municipios que abarcan la región fronteriza norte.
El aumento puede ser alto, pero de ahí a que sea suficiente para satisfacer las necesidades de una familia, por pequeña que sea, hay una enorme distancia, además de que debe considerarse que una enorme cantidad de empleos en el país se encuentran en el sector informal, donde ese incremento está lejos de aplicarse en la misma proporción. Independientemente del hecho de que los afectados de alguna forma son quienes no perciben el salario mínimo y a quienes no aplica el incremento. Entre ellos, por supuesto, no solo los informales, sino también los técnicos, técnicos especializados y profesionistas en general, en cuyo caso la situación es incierta.
En el plano legal, el artículo 123 de la Constitución establece que “los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los segundos se aplicarán en ramas determinadas de la actividad económica o en profesiones, oficios o trabajos especiales. Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.
Referencias
En la cotidianidad, la autoridad omite presentar el panorama completo en torno del salario, que va mucho más allá del salario mínimo, lo que se asemeja a concentrarse en el árbol sin apreciar la inmensidad del bosque.
Y, por supuesto, en el plano del salario mínimo se debe precisar si ha alcanzado el nivel necesario para satisfacer las necesidades indispensables de una familia o bien si cubre el costo de la canasta básica y el resto permite proporcionar a la familia un nivel adecuado de calidad de vida.
A manera de referencia, cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que durante octubre pasado se observó un aumento interanual de 4.3% en el costo de la canasta básica en zonas urbanas de México. En concreto, considerando alimentos, servicios básicos y otros productos esenciales, el costo monetario de la canasta básica fue de cuatro mil 756 pesos mensuales, una cifra cercana a 50% del salario mensual que se cobrará en 2026, lo que deja la mitad de los ingresos para cubrir el resto de las necesidades elementales de una familia.
Por otra parte, de acuerdo al estudio experimental Cuantificando la clase media en México, elaborado por el INEGI, 42.2% de los hogares mexicanos se ubica dentro de la llamada clase media. El estudio indica que un miembro de la clase media percibe un ingreso mensual cercano a los 20 mil pesos.
En términos generales, el estudio apunta que una persona que forma parte de la clase media suele contar con: un empleo estable, vivienda segura, posibilidad de salir de vacaciones y capacidad para ahorrar con miras al futuro; datos que indican que todos aquellos que perciben el salario mínimo están muy lejos de acceder a una calidad de vida satisfactoria, aun en los hogares donde haya más de una persona empleada, ya que si bien aumentan los ingresos, también se enfrentan gastos adicionales, generalmente enfocados en el cuidado y la educación de los hijos.
Finalmente, un informe del INEGI con base en la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) recopiló datos del territorio nacional para ejemplificar cuánto dinero se necesita para vivir de manera digna en México. Los resultados indican que el ingreso promedio necesario para cubrir gastos básicos asciende a 16 mil 421 pesos por persona al mes.
El estudio refiere que en las zonas más urbanas y costosas, como la Ciudad de México, se requieren 29 mil 500 pesos; y en Nuevo León, 23 mil 500.
El panorama de la economía laboral va más allá de la apreciación con base solo en el salario mínimo y su incremento, por más histórico que pueda ser.

