UNA APP SALVA DE LA EXTINCIÓN A LA LENGUA MAZAHUA

J. Alberto Castro
Columnas
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México posee una evidente riqueza lingüística. Se estima que hay 7.4 millones de personas de tres años y más que hablan alguna lengua indígena. Tenemos hablantes de 68 lenguas originarias, las cuales se relacionan respectivamente con un pueblo indígena.

Estas lenguas son a su vez agrupaciones lingüísticas, ya que pueden estar conformadas por conjuntos de una o más variantes lingüísticas.

A lo largo de las 32 entidades del país se hablan 364 variantes lingüísticas, que representan un importante indicador de la enorme diversidad lingüística y cultural.

Sin embargo, el feroz embate del idioma hegemónico (el español) contra las lenguas indígenas y factores como la discriminación y marginación ponen a estas frente a la posibilidad de su propia extinción, ya que 60% de ellas está en riesgo de desaparecer.

Entre las lenguas que se encuentran en peligro extremo de extinción se encuentran ku’ahl y kiliwa de Baja California; awakateko de Campeche; mochó de Chiapas; ayapaneco de Tabasco; ixil nebajeño y kaqchikel de Quintana Roo; zapoteco de Mixtepec; e ixcateco y zapoteco de San Felipe Tejalápam, Oaxaca.

Dice la doctora Lucero Meléndez Guadarrama que al perderse una lengua se pierde parte de la cosmovisión de un grupo, pero lo más importante es que se pierde un derecho humano fundamental: el de hablar tu lengua materna.

El pueblo campesino de San Antonio La Ciénega no era ajeno a este drama social, puesto que en ese rincón del Estado de México el mazahua, lengua original de esa localidad, estaba en riesgo de desaparecer. Los únicos hablantes eran los ancianos, apenas unos 100, cuyo número disminuía conforme pasaban los años.

Con fuertes raíces indígenas, ubicado a dos mil 600 metros sobre el nivel del mar y próximo a la frontera con Michoacán, este poblado también es conocido por su nombre original, Roxaxi, “Lugar donde hay rosas”. Como ha ocurrido en muchos pueblos de México, desde hace medio siglo la lengua mazahua dejó de hablarse y se consideró un “asunto de abuelos”.

Dispuesto a revertir esta situación César Cruz, originario de ese lugar, inventó una aplicación (App) digital para celular y tabletas llamada MazahuaApp a fin de enseñar el idioma a los niños y adolescentes de la región. Optó por una App y no por una página web porque muy pocas personas de su pueblo tienen internet.

Vértigo contactó al ingeniero mecatrónico y creador de la herramienta que facilita clases de introducción al mazahua a estudiantes que cursan la primaria, secundaria y telebachillerato del lugar.

Antes de ir a la UNAM, Cruz se formó en estas escuelas y después en la Facultad de Ingeniería desarrolló la App, que sirvió como proyecto de tesis para graduarse y obtener el título de licenciatura en la especialidad.

Recuerda que al emprender los estudios de ingeniería, lejos de su casa y su familia, pasaban por su mente momentos en que escuchaba hablar mazahua a algún tío adulto mayor o a un anciano del pueblo; también se preguntaba por qué en su familia su abuelo no lo hablaba, ni tampoco su papá; y, por el contrario, en otras familias las personas mayores aún lo hablaban.

Dice que la nostalgia por ese mundo que había dejado y el descubrir que no hay materiales didácticos, ni diccionarios y libros para aprender una lengua originaria lo colocaron frente a una computadora para darle forma a un software que desde un inicio fue pensado como un vehículo que le devolvería parte de su esencia a su comunidad.

El desarrollo de la App requirió de la ayuda de dos egresados de la carrera de Lengua y Cultura en la Universidad Intercultural del Estado de México y vecinos del lugar: Avisahín Cruz y Diego Mateo. De esta forma, Cruz se encargó de la informática, la parte técnica y el diseño visual, mientras que Avisahín y Diego se encargaron de los aspectos pedagógicos y lingüísticos.

Los jóvenes contactaron a los ancianos de San Antonio La Ciénaga y aunque estos no estaban familiarizados con las nuevas tecnologías, fueron los más participativos con el proyecto. Ellos abrieron las puertas de sus casas y por primera vez se enfrentaron a un micrófono. Las voces escuchadas en la grabación son las de ellos, ya que se dejaron grabar, conscientes de que las nuevas generaciones podrán saber de primera mano cómo se pronuncia su lengua materna, el mazahua (o jñatrjo, auténtico nombre de este idioma ancestral).

Realidades

Producto de la interacción con estos adultos mayores, los creadores de la App se dieron cuenta de que la interfaz de esta tendría que ser amigable y de fácil consulta. Pensando en ello idearon que en la pantalla del dispositivo aparezca, por ejemplo, la imagen de un gato y debajo de esta una barra rectangular de color rosa mexicano que al oprimirse con el dedo emite el audio de la palabra gato en mazahua.

Cruz ha descubierto en el proceso de creación de su App realidades inesperadas en relación con su lengua materna. En uno de los encuentros con los adultos mayores de la comunidad, estos le desvelaron que su abuelo paterno era un niño muy inteligente que hablaba mazahua y también fue el primero en aprender con gran facilidad el español. Lo inexplicable es que una vez dominado el idioma de Cervantes nunca más volvió a hablar la lengua mazahua.

Aunque fue una revelación sorpresiva y triste, el joven ingeniero comprendió que su abuelo Marcelino quizás olvidó el mazahua por temor a ser discriminado, no solo él sino también su familia. Cabe recordar que el Estado mexicano impulsó, sobre todo después de la Revolución, dotar de un solo idioma a todo el país. Más allá de fomentar el bilingüismo, la castellanización forzada implicó también la eliminación de las lenguas indígenas por medio de diferentes castigos físicos y verbales que se implementaron sobre todo en el ámbito escolar.

Para poner en marcha en San Antonio La Ciénega los cursos de enseñanza del mazahua Cruz y sus colaboradores recibieron apoyo de la UNAM mediante del Sistema de Becas para Estudiantes Indígenas y Afrodescendientes y del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, así como del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y de la Universidad Intercultural del Estado de México.

La App que enseña la lengua a los niños y adolescentes de la localidad ha estado en fase piloto durante tres meses y comienza a dar resultados. Las familias de los estudiantes empiezan a notar una mejora en el aprendizaje de la lengua y a escuchar a sus hijos hablar mazahua en casa.

La herramienta digital es bien recibida por la comunidad, entusiasmada con la idea de recuperar su lengua y su cultura. La profesora Mariana Medina se encarga de impartir el curso, que impacta positivamente en los alumnos que manifiestan un interés creciente por la lengua de sus abuelos.

Entretanto la App está en constante mejora y el siguiente objetivo es perfeccionar el software para llevarlo a las comunidades vecinas, adaptándola a las variantes de mazahua habladas en esas zonas. Actualmente, la App solo está disponible en Android, pero ya se trabaja en una versión para sistemas iOS y agregar un sistema de reconocimiento de voz.

Cruz pide a la SEP que voltee a verlos “porque en el país hay muchas lenguas originarias a punto de extinguirse que se podrían digitalizar y evitar que sean desplazadas”.

Y reflexiona: “MazahuaApp es un sueño hecho realidad. Si hubiera tenido una herramienta así cuando era niño, habría sido una persona diferente, con una visión más amplia del mundo”.

Los mazahuas

• La lengua mazahua es fundamental para la supervivencia de esta cultura. La palabra jñatrjo, que designa a los mazahuas, significa “Los que hablan” y es una evidencia etimológica de que para esta cultura si no hay lengua no hay pueblo.

• Las raíces del pueblo mazahua provienen de la fusión racial y cultural de los asentamientos tolteca-chichimeca.

• Actualmente constituyen el pueblo indígena originario más numeroso en el Estado de México; cuentan con 132 mil 710 hablantes de esa lengua. Los municipios que concentran mayor parte de esta población son San Felipe del Progreso, Ixtlahuaca y Atlacomulco.

• También hay asentamientos mazahuas en Michoacán, en los municipios de Susupuato y Zitácuaro.

• En 2010 había 136 mil hablantes.

• En 2020 se registraron 132 mil hablantes.