UNA ELECCIÓN POR LA SUPREMACÍA O LA SOBREVIVENCIA

“Se podría dar por terminada la era del PRI”.

Samuel Rodríguez
Columnas
Copia de COLUMNAS (1920 × 1080 px)-7.png

Las campañas electorales en el Estado de México y Coahuila están en marcha. La elección por la supremacía de Morena o la sobrevivencia del PRI en el horizonte político están en juego. La tendencia de los resultados de las elecciones previas en otras entidades favorece a los candidatos de Morena.

Así lo demuestran los cambios que se han realizado en los últimos años en el mapa geopolítico nacional. En términos generales los candidatos de Morena han arrasado, salvo contadas excepciones; pero evidentemente al momento es claro cuál es el partido dominante en la esfera nacional.

En el horizonte no hay tiempo ni lugar para las especulaciones: en menos de 60 días los mexiquenses y los coahuilenses habrán de acudir a las urnas.

Más allá de lo que puedan decir las estadísticas o cualquier encuesta el panorama es diáfano: se trata de una disputa entre dos institutos políticos. Por más que se quiera apreciar de otra forma, la disputa real en el Edomex es solo entre las candidatas de Morena y del PRI. Y entre los candidatos de Morena y el PRI en Coahuila, no hay más (Ricardo Mejía, como candidato del PT, no tiene nada que hacer, más allá de inscribir su participación como parte de su trayectoria política).

En el Edomex, Delfina Gómez tiene ante sí el reto no solo de ganarla sino de hacerlo con un margen tal, que termine por ubicar al otrora poderoso PRI en su justa dimensión. La candidata de Morena tiene claro el objetivo, como lo señaló en el acto que enmarcó su registro. “Hemos sido elegidos para poner fin a 100 años de corrupción y traer el cambio y la esperanza”, dijo, al tiempo que se comprometió a trabajar “sin descanso para que estos sean una realidad”.

Más allá de la ventaja con la que inició la campaña, que se ubica en dos dígitos, el reto es ampliar y ganar en las urnas de manera abrumadora. Arrebatarle al PRI la joya de la corona y minimizar de una vez por todas sus ínfulas y alcances en el ámbito político-electoral.

Coahuila

En el otro escenario Manolo Jiménez Salinas, por parte de la coalición Va por Coahuila, tendrá la difícil tarea de dar la batalla frente a Armando Guadiana. Además de que está en juego la renovación del Congreso estatal.

Destaca en lo inmediato el hecho de que, al arrancar en plena Semana Santa, las campañas tendrán una tregua momentánea. Pero en realidad ello tendrá un impacto mínimo en el resultado de la elección: militantes, simpatizantes y músculo social tanto de Morena como del PRI no variarán porque están definidos y en el fondo la verdadera disputa será por el sector de los indecisos.

Y, por supuesto, en pos de derrotar al ganador invencible de todos los procesos electorales que se han realizado en el país: el abstencionismo.

Pero lo que realmente impactará a la sociedad mexicana la noche del 4 de junio, cuando empiecen a fluir los resultados tanto en el Edomex como en Coahuila, será que en los hechos se podría dar por terminada la era del PRI como uno de los grandes partidos del país.

Y consiguientemente, tanto PAN como PRD tendrían que replantearse la conveniencia de seguir en coalición con un partido perdedor, que tiene poco que aportar de cara al proceso electoral del 2024 en que se elegirá presidente de la República, o seguir de frente en búsqueda de un nuevo esquema de participación.

Por lo pronto, a partir de los resultados de las encuestas previas al inicio de las campañas, todo indica que los candidatos del PRI deben estar atentos para anotar la matrícula de la maquinaria que les pasará por encima.