DE UNA GENERACIÓN A OTRA

"¿Qué representa el fin de la hegemonía de una generación?”

Brecha generacional
Columnas
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Después de un determinado tiempo las generaciones se extinguen. Todas y todos aquellos moldeados por su contexto y estáticos a su periodo se enfrentan a la única verdad cuya naturaleza hasta la fecha no se puede poner en duda: la muerte.

¿Qué representa el fin de la hegemonía de una generación? Me refiero a cuando la gran mayoría de quienes ostentan el poder, o su voz, van dejándolo para abrir paso a las nuevas generaciones.

Cabe aclarar un elemento de suma importancia: al hablar de generaciones este texto no se refiere a la Teoría generacional de Strauss-Howe, la cual observa la historia a partir de ciclos y contiene un carácter teleológico (incluso astrológico). Cualquier historiador/a competente tiene la capacidad de detectar las señales de alerta de dicha teoría.

El desvanecimiento de una cohorte generacional y el ascenso de otra significan una serie de continuidades y discontinuidades de poder, influencia y normas políticas, sociales y culturales. No sobra preguntarse si es posible pensar históricamente las brechas generacionales.

Un ejemplo se encuentra en el libro Nueva historia general de México (2010), editado por El Colegio de México, donde Andrés Lira y Anne Staples escriben un pequeño subcapítulo dentro del capítulo Del desastre a la reconstrucción republicana, 1848-1876 dedicado al relevo generacional de mediados del siglo XIX. Para ese entonces las últimas figuras políticas novohispanas nacidas antes de la Independencia habían muerto o abandonado la vida política (como fue el caso de Antonio López de Santa Anna tras el movimiento derivado del Plan de Ayutla). A ellos les siguió una nueva generación de gobernantes, intelectuales y líderes políticos formados en el México independiente.

Continuidad y ruptura

No todos compartían los mismos ideales ni tenían una concepción uniforme del proyecto nacional. Dentro de cada generación coexistían diversas corrientes intelectuales, posturas divergentes y discusiones internas. Cabe destacar que estas personas no vivieron directamente el periodo de dominio español; su conocimiento acerca de este contexto provenía de fuentes secundarias, es decir, relatos de quienes presenciaron el conflicto o, en algunos casos, de testimonios indirectos de tercer grado.

Sería erróneo en términos epistemológicos creer que el relevo generacional explica todas aquellas condiciones detrás de los procesos históricos. Cada caso presenta una variedad de características específicas. No obstante, merece la pena el análisis de aquellos factores que forman a una nueva generación frente a otra y cómo, a su vez, influyen en la toma de decisiones.

La extinción de una generación y el ascenso de otra no solo implica un cambio en los rostros que ocupan los espacios de poder, lo cual es un nivel superficial: también lleva a una reconfiguración del imaginario colectivo y de las prioridades que definen el rumbo de un país.

Existe una dialéctica constante entre las ideas heredadas y las nuevas propuestas, entre la continuidad y la ruptura. Cada generación decide qué mantener del pasado y qué innovar. Así surge el dinamismo y la complejidad al pensar el futuro político.

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