Lenine, genio experimental

Cuando uno sigue a un artista, vive un sinnúmero de emociones encontradas para con él. Es casi como la relación con los padres.

Lenine, músico brasileño
Foto: Internet
Pablo Reyes
Columnas
Compartir

Cuando uno sigue a un artista, vive un sinnúmero de emociones encontradas para con él. Es casi como la relación con los padres, donde el amor, el odio, la admiración, la envidia, el respeto y el desaire conviven en un mismo conglomerado sentimental. Es así como “Me hubiera gustado componer algo como él lo hizo” se vuelve la frase célebre de todo músico que admira al guitarrista y cantante brasileño Lenine, quien como un genio experimental dentro de la música popular de su país se ha consolidado como un artista con una propuesta única, inigualable.

El cantautor pernambucano sabe de la responsabilidad que su estatura como artista conlleva. Empero, no le teme a las alturas y, sin vértigo, se atreve a todo. Se tira al vacío del universo sonoro y se mantiene curioso de experimentar, innovar y crear nuevas salidas para su música, sus canciones.

Es por ello que tras el éxito de su disco Labiata, que además de ser nominado al Grammy participó con la canción Martelo Bigorna como tema original de la telenovela Caminho das Indias, Lenine se arriesga nuevamente con un álbum de corte más electrónico, el cd Chão.

Chão significa “suelo” en español, y pareciera que el parangón que este músico, ya carioca, pretende plasmar, es de carácter contradictorio. Este álbum de 2011 no es en lo absoluto terráneo y es más bien etéreo, volátil y lleno de energía. Con esquemas musicales que rompen con lo habitual en su propia música, y llevando las canciones a sus últimas consecuencias, Lenine hace uso de capas de sonido, y a partir de un profundo trabajo de producción logra colores melódicos extraordinarios.

El show

El Auditorio Ibirapuera se llenó de un cautivo público para presenciar las tres primeras fechas del cantautor pernambucano este enero de 2013. Los días 25, 26 y 27 del primer mes del año vieron a los seguidores de Lenine abarrotar el bello auditorio.

Corría 1950 cuando el arquitecto Oscar Niemeyer concibió el proyecto original del Parque Ibirapuera, sitio donde está localizado este moderno auditorio.

Este foro nuevo en la ciudad de Sao Paulo tiene a bien funcionar con el mecenazgo de la fundación Itaú Cultural, de tal suerte que las entradas a los conciertos cuentan con una especie de subsidio, lo que resulta en precios sumamente accesibles para el público en general (el equivalente a 120 pesos mexicanos el billete más caro).

Con su hijo, Bruno Giorgi, al bajo; coros y electrónica; además del músico JR Tostoi en coros, efectos y guitarras, Lenine presentó un trabajo más experimental y minimalista, osado y a la vez sigiloso, porque lo que subyace en su música, como siempre, es “la canción”.

Chão provocó en el público risas y sonrisas, cantos y danzas que no pararon en las más de dos horas de concierto, en las que el repertorio vio nacer de nuevo algunas piezas “más maduritas”, como el propio Lenine anunció, además de los sencillos de este novedoso álbum.


Subsuelo

Debajo del predio del Auditorio Ibirapuera funciona la Escuela del Auditorio, un centro de educación de música con 170 alumnos, niños y adolescentes venidos, en su mayoría, de una selección realizada por la red municipal de enseñanza, que mantiene los conjuntos musicales Furiosa do Auditório y la Orquesta Brasileira del Auditorio. Un ejemplo para muchos otros países del continente.