CABILDEO: CLAVE PARA LA CONTINUIDAD DE LA 4T

“Sin duda, ninguna diferencia es eterna ni insalvable”.

Samuel Rodríguez
Columnas
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La voluntad de los votantes expresada en la jornada electoral del 6 de junio trazó el devenir del futuro inmediato de la nación por lo que hace a la operación del sistema político democrático.

El electorado optó por un equilibrio de fuerzas en la Cámara de Diputados que obliga, sin el menor recato, a la negociación y el cabildeo fino entre las fuerzas políticas que tendrán representación en el recinto legislativo de San Lázaro.

A partir de ya, quienes se desempeñarán como coordinadores de las diversas fracciones partidistas, pero sobre todo la de Morena, tendrán que reconfigurar el discurso y mostrarse proclives a la negociación sana y el diálogo respetuoso con quienes serán sus pares.

Como lo estableció el presidente Andrés Manuel López Obrador requieren del apoyo de unos cuantos diputados federales para sacar adelante las reformas constitucionales necesarias para dar continuidad a la 4T.

En consecuencia, más allá de ofrecer prebendas económicas o políticas se tendrán que plantear argumentos que permitan resaltar los beneficios sociales de las iniciativas que se impulsen. Exhibir el evidente beneficio nacional para conseguir el acompañamiento.

Lo ideal en ese derrotero será que se logre un acuerdo generalizado en torno de un proyecto común de nación que privilegie el bienestar de las familias mexicanas.

Y en ese propósito la designación de un coordinador de la fracción, así como de un presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, que en principio desde la óptica más básica como fuerza mayoritaria corresponderá a Morena en el primer año de la próxima Legislatura, serán vitales.

De ahí que la atención se centre ahora en la lista de diputados plurinominales de Morena, en concreto en la figura de la exsecretaria de ese instituto político y operadora destacada de López Obrador, Yeidckol Polevnsky, quien sin duda tiene la capacidad necesaria para dirigir con firmeza las negociaciones en términos políticos y con la civilidad que se requiera.

Ideas

Bajo las circunstancias que marcarán la conformación de la LXV Legislatura Morena y sus legisladores, así como el resto de quienes ocuparán una curul, están obligados a dar muestras públicas de su resiliencia política para anteponer el interés social y nacional a los de los institutos que los postularon.

Y Morena, ante todo, por medio de su coordinador y presidente de la Junta de Coordinación Política deberá establecer las bases de la conducción de los asuntos parlamentarios en los próximos tres años.

De entrada la colectividad puede estar tranquila por lo que hace a la aprobación del presupuesto nacional y el resto de los rubros que solo requieren de mayoría absoluta para su aprobación.

El punto fino, la arena en la que deberán hacer gala de su capacidad de negociación, hasta donde se aprecia estará ante un frente legislativo conformado por PRI, PAN y PRD que en algún momento habrá de ceder ante los argumentos y la presión ciudadana en temas de innegable beneficio social.

Sin duda, ninguna diferencia es eterna ni insalvable; todos los campos de la agenda nacional, social y económica se pueden salvar mediante una negociación respetuosa y la aproximación de las ideas.

Para ganar, en ocasiones hay que ceder. Y eso es algo que los integrantes de la LXV Legislatura deben tener presente, pero sobre todo los líderes de la fracción morenista.

Pero en principio resulta fundamental que el presidente López Obrador y Mario Delgado, como dirigente nacional de Morena, no se equivoquen en la selección de quienes liderarán la fracción morenista.

Y aunque el hubiera no existe, en este caso sin duda si no hubieran dejado fuera a Porfirio Muñoz Ledo contarían con una pieza valiosa, que hubiera sido capaz de remontar el panorama negociador con la maestría que dan la experiencia y el conocimiento del entramado de la política nacional.