Desde que se formó la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), además de que su presidencia ha sido rotatoria, lo fundamental es que todas las decisiones que se toman se alcanzan por mayoría absoluta, sin disenso alguno.
Y ahora teniendo al frente al gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, de extracción morenista, es claro que la Conago está obligada a cambiar de piel.
Pero no solo porque la presida un gobernador emanado de Morena, sino por el hecho irrebatible de que la mayoría de mandatarios estatales fueron postulados por ese instituto político y, en concordancia, los acuerdos que se tomen a partir de ahora en la Conago estarán más orientados a apoyar a la 4T que antes.
En este contexto, los pocos gobernadores que quedan emanados de partidos de oposición tienen ante sí la valiosa oportunidad de sumarse a la nueva filosofía y rumbo marcado por el cambio o disentir abiertamente. O en el extremo, como se intentó no hace mucho, optar por formar una nueva organización minoritaria que en todo caso estaría más que reducida y acotada.
No cabe duda que bajo la presidencia de Jara la Conago sufrirá una inevitable transformación. Así de simple: llegó la hora de las definiciones para los pocos gobernadores de oposición. La única opción que tienen en el campo de la política moderna es alinearse y acompañar al ciudadano presidente o aislarse y exhibirse así ante los habitantes de sus respectivas entidades como poco proclives al cambio y la transformación.
Además de que su oposición se traduciría en un abierto reconocimiento de poca capacidad de adaptación a la realidad política que permea en el país desde 2018 y que poco a poco se consolida.
Cirugía mayor
Morena se ha convertido en el partido mayoritario del país y domina en el mayor número de estados, tanto en el plano del poder Ejecutivo como en el Legislativo, sin dejar de considerar el de las presidencias municipales.
El mensaje no podría ser más claro. Como presidente de la Conago, Salomón Jara advirtió: “Llevaremos a este espacio institucional a una nueva etapa. Quienes la integramos, trabajaremos de la mano del presidente López Obrador en una agenda social para construir un Estado de derechos e impulsar la transformación de México. No hay espacio para la duda.
Hasta el momento todas las decisiones en la Conago se aprueban por mayoría absoluta. Falta ver si los gobernadores de oposición son capaces de aceptar el reto.
De cualquier forma, el presidente López Obrador amplía su campo de injerencia. Durante los próximos meses la Conago será sometida a cirugía mayor y los ajustes realizados, evidentemente, se alinearán con la estrategia de cambio de la 4T.