IMPERATIVO, REDUCIR EL NÚMERO DE PARTIDOS POLÍTICOS

“A la sociedad le urge frenar la creación de partidos cuya operación termina engrosando el gasto público”.

Samuel Rodríguez
Columnas
RODRIGUEZ-cuartoscuro_781784_impreso.jpg

Dentro de las prioridades de la 4T en la esfera del ajuste al gasto público resulta imperativo reducir el número de partidos políticos con registro, lo que no solo ajustará el desembolso de recursos sino también la diversidad de opciones que se presentan a la ciudadanía y, en paralelo, se acabaría con el negocio que representa a la fecha la creación de institutos políticos como parte de proyectos personales.

Al respecto debe destacarse que la historia reciente del sistema electoral mexicano está llena de ejemplos particulares. Institutos políticos creados como parte de un esfuerzo personal para no dejar de figurar en el escenario electoral. Pequeños partidos que terminan por conformar coaliciones con la esperanza de sobrevivir al amparo de los grandes institutos y en el mejor de los casos cabildear abiertamente su apoyo a cambio de prebendas.

El panorama en la actual contienda es claro y permite apreciar solos dos opciones para el votante: refrendar su apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador o bien expresar su respaldo al bloque opositor.

No hay más opción: sufragar por la continuidad o el cambio. El resto de las alternativas simple y sencillamente no pintan, tanto en el plano nacional como en las esferas estatal y municipal.

Esto de manera obligada lleva a considerar como poco útiles para la democracia nacional, por su rala penetración entre el electorado, a los partidos pequeños y los de reciente creación.

Por supuesto que no faltará quien argumente que un mayor número de partidos fortalece a la democracia, pero esa posición es más que debatible simple y sencillamente porque a la fecha la historia de esos institutos demuestra que son más que nada un negocio, o en el mejor de los casos, instrumentos de cabildeo político.

Freno

Claro que se ha avanzado mucho: por ejemplo, al establecer un respaldo mínimo para que mantengan su registro, así como reglas que definen el destino del patrimonio que obtienen con recursos públicos.

Sin embargo, la realidad es que las finanzas nacionales no están en condiciones de mantener a un mayor número de partidos políticos.

En consecuencia es necesario frenar hasta donde sea posible su creación, sobre todo la de aquellos que están lejos de representar una opción real en el plano de las propuestas.

Para el ciudadano la opción debe ser tan simple como izquierda, derecha o centro, sin medias tintas.

Falta ver si el proyecto de reforma que anunció el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, y el que tiene en mente el presidente López Obrador prevén esa acción, cuya aprobación de entrada se antoja complicada por parte de los integrantes de la clase política nacional.

Se trata de una decisión que necesariamente debe pasar por una consulta ciudadana nacional y discutirse ampliamente en un Parlamento Abierto.

A la sociedad le urge frenar la creación de partidos cuya operación termina engrosando el gasto público y con ello encareciendo desmedidamente la democracia.