NO SE LITIGA EN LAS CALLES LO QUE SE GANÓ EN LAS URNAS

Samuel Rodríguez
Columnas
NO SE LITIGA EN LAS CALLES

Más allá de su dimensión, el alcance de la marcha del pasado 13 de noviembre es nulo. Los opositores a la reforma electoral tratan de pasar por encima de uno de los principios fundamentales de la democracia, que es el mandato de las mayorías.

Tanto en la elección de 2018, como en la de 2021, la mayoría de los ciudadanos le dieron a través del voto su respaldo a Morena para llevar a cabo la cuarta transformación del país.

Y por si fuera poco, en una consulta realizada a instancias del Instituto Nacional Electoral (INE) el resultado fue contundente: los participantes se pronunciaron a favor de una reforma electoral.

En términos generales el grueso de la sociedad mexicana está a favor de la renovación estructural y conceptual del INE, así como en una modificación sustancial del Congreso de la Unión, que pase de manera obligada por un ajuste al financiamiento que reciben los partidos políticos.

De ello no hay duda. La mayoría de los mexicanos están a favor de un ajuste en términos de costo de nuestro sistema político-electoral, así como de una reducción del financiamiento público que reciben los partidos, aunado a una compactación del número de diputados y senadores. Amén, por supuesto, de una reducción de los organismos electorales.

Y están además a favor de la implementación del voto electrónico y la institucionalización de las consultas populares.

Breve

En pocas palabras, la suma de voluntades de quienes salieron a las calles para expresar su deseo de que no cambien las reglas del juego está por debajo del abrumador volumen de aquellos que avalan y dan su apoyo para la realización de una reforma de fondo en materia electoral.

No se trata de propiciar una confrontación lesiva y estéril que solo provoca encono, sino de partir del hecho irrebatible de que la voluntad ciudadana le otorgó a Morena el respaldo necesario para llevar a cabo la 4T.

De tal suerte que no les queda más a todos los actores políticos que acatar las reglas de la democracia que por fortuna prevalecen en el país.

Y como dicen en el pueblo, el que no ha bailado que se levante a bailar y el que ya bailó que se siente a observar. Así que sentaditos.

Así de breve, conciso, macizo y preciso. No hay más.