TESLA: NEGOCIACIÓN DE ALTURA

“Incentivará la adquisición y uso de vehículos eléctricos”.

Samuel Rodríguez
Columnas
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La construcción de una planta de autos eléctricos de Tesla en territorio mexicano puede darse como un hecho. Lo que hay que considerar en principio es que los términos generales de la negociación, independientemente del estado que se eligió para alojar la planta, pasaron por el gobierno de la 4T.

El presidente Andrés Manuel López Obrador condujo con firmeza la parte inicial de la negociación por lo que hace al ámbito nacional. Al principio se planteó la posibilidad de que se eligiera a Nuevo León, pero el mandatario de inmediato cuestionó esa opción con el argumento irrebatible de escasez de agua en esa entidad.

Y en contrasentido, planteó la posibilidad de que se eligiera una entidad del sureste mexicano, con el evidente propósito de contribuir al desarrollo económico de la región.

Con ello el ambiente pareció tensarse; hubo temor de que, con los antecedentes del dueño de Tesla como un negociador duro y tajante, se optara por llevar su inversión a otro país. Pero contrario a todo el presidente se mantuvo firme y el lunes 27 de febrero sostuvo una conversión con Elon Musk que fue definitoria.

Se privilegió el diálogo y se buscó una solución para que tanto México como Tesla salieran ganando. Y con toda tranquilidad, luego de poner las cartas sobre la mesa, se llegó a la conclusión preliminar de que la planta de Tesla se instalará en México. Ello se traduce en un logro sustancial que en gran medida se concretará como consecuencia de la negociación que condujo de manera directa López Obrador.

Finalmente, la planta de Tesla sí se establecerá en Monterrey, Nuevo León. El presidente precisó, un día después, durante la mañanera del martes 28, que hubo un entendimiento y en contraparte se establecieron una serie de compromisos para enfrentar el problema de la escasez de agua.

Como era de esperarse, el presidente fue cauto al respetar el espacio empresarial para que sea la empresa o Musk quienes realicen el anuncio correspondiente a los detalles y particularidades en lo que hace a la instalación de la planta en Monterrey.

Por su lado, el gobernador Samuel García en lo inmediato no dudó en mostrar su beneplácito por la determinación que representa un beneficio innegable para Nuevo León en general y Monterrey en particular. Y que sin lugar a dudas deja en claro que la 4T no está peleada con el arribo de inversiones y existe en el más alto nivel voluntad de dialogar y alcanzar acuerdos en pro del desarrollo nacional.

La planta

Hasta donde ha trascendido, la planta de Tesla requiere de una superficie de 800 hectáreas y prevé una inversión superior a los diez mil millones de dólares, en varias etapas.

Uno de los objetivos de Tesla como empresa es aumentar su producción en 20 millones de vehículos eléctricos para finales de la presente década. Ello requiere de la instalación de alrededor de ocho megaplantas en diversos países y una de ellas, sin duda, estará en México.

En el fondo la instalación de Tesla en Monterrey tendrá serios efectos en varios aspectos: obligará a modificar el comportamiento de uso y adquisición de autos eléctricos en el plano nacional; acelerará la instalación de infraestructura nacional para la carga de autos eléctricos; por supuesto, establecerá una nueva pauta en la formación de recursos humanos para orientarlos hacia el ensamble y mantenimiento de autos eléctricos. En paralelo, incentivará la adquisición y uso de vehículos eléctricos.

Y claro, incentivará al resto de las armadoras que operan en el país para que aumenten su participación en el mercado de autos eléctricos.

Finalmente, se traduce en el mensaje evidente de que la 4T no solo apuesta en el campo del consumo de combustibles fósiles.