MARTIN LUTHER KING

“Durante sus exequias se desató una ola de violencia”.

Copia de COLUMNAS (1920 × 1080 px)-2.png
Columnas
Compartir

Tengo un sueño. Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación donde no sean juzgados por el color de su piel, sino por su carácter.

Martin Luther King

El 1 de diciembre de 1955 en Montgomery, Alabama, Rosa Parks, una mujer de color, se subió a un camión y no quiso luego cederle su lugar a un hombre blanco. Este en apariencia sencillo hecho trajo consecuencias y protestas contra la segregación racial en Estados Unidos.

El reverendo protestante Martin Luther King, quien fuera un activista de los derechos de los afroamericanos, comenzó un boicot contra el sistema de transporte después del incidente de Parks (a ella la arrestaron por no ceder su lugar).

“Pedimos a todos los negros que no suban a los autobuses el lunes, en protesta por el arresto y el juicio”, anunció.

Ellos se organizaron y comenzaron a usar sus propios automóviles. El boicot duró 382 días y el gobierno norteamericano se vio en la obligación de abolir la segregación en los transportes públicos.

Martin Luther King, entre los años 1950 y 1960, fue líder de diferentes protestas bajo el principio de no violencia, muy al estilo de Gandhi. El principio de “desobediencia civil sin violencia” se volvió un estandarte a nivel mundial.

En 1960, en Birmingham, Alabama, lo metieron a la cárcel por reunirse con un grupo de estudiantes negros. Fue puesto en libertad con la ayuda de John F. Kennedy, quien era candidato a la presidencia.

Realizó luego, en el verano de 1963, una histórica marcha en Washington que reunió a más de 250 mil almas. Ahí, junto al memorial de Lincoln, pronunció su más

célebre discurso: Tengo un sueño y fue recibido por el entonces ya presidente Kennedy.

El 7 de marzo de 1965 en Selma, Alabama, aproximadamente 600 manifestantes pacíficos marcharon, guiados por John Lewis y Hosea Williams, para denunciar la falta de derechos electorales y demandar el derecho al voto para la raza negra. La policía local y soldados estatales los atacaron, lo cual terminó en tragedia. Ese día se conoce como el Domingo sangriento estadunidense.

Martin Luther King fue asesinado el 4 de abril de 1968 a manos de James Earl Ray, un delincuente de raza blanca, quien huyó con un pasaporte falso y fue detenido en Londres.

Mientras se celebraban las exequias del doctor King en la iglesia de Edenhaëser, en Atlanta, se desató una ola de violencia que se extendió por todo el país, lo que no hubiera querido el propio reverendo Martin. Toda su vida activa fue perseguido por el entonces director del FBI, John Edgar Hoover, quien se decía tenía más poder que los propios presidentes.

Y aunque no se ha comprobado nada, durante más de diez años los teléfonos del propio doctor fueron intervenidos por el FBI, por lo que se supone que fue Hoover el autor intelectual de la muerte del activista.

La no violencia

Tris, aunque era partidario de usar la menor fuerza posible, siempre estuvo rodeado de violencia física. Su padre había sido maldito por una gitana, quien conjuró que él y su hijo siempre estarían rodeados de violencia.

Al principio, Tris no entendía el significado de las palabras de aquella mujer. Con el tiempo lo fue asimilando, ya que en su vida fueron muchas las ocasiones en que estuvo involucrado o rodeado de violencia. Lo más extraño de todo es que su padre era un ser amoroso y nunca le levantó ni siquiera la voz. Paradojas de la vida. Su padre siempre se refería a Tris con un cariñoso “mi’jo”, hasta el día de su muerte.

Tris se fue acostumbrando a la violencia, sobre todo en las calles, y lo llegó a ver como algo normal. Entendía que el ser humano es un ser violento por naturaleza. Las convenciones sociales y la vida en comunidad hicieron que paulatinamente el hombre fuera cambiando su comportamiento, pero en el fondo todos tenemos arranques de violencia.

Eso Tris lo sabía de sobra.