La negación

Si consideramos a los mexicanos nacionalizados estadunidenses y a los descendientes de mexicanos, la cifra se eleva a 35 millones

Donald Trump
Foto: NTX
Columnas
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Los sicoanalistas la llaman negación. Es la actitud de una persona cuando niega un conflicto o una amenaza. En el caso de Donald Trump los mexicanos hemos estado siempre en estado de negación. Primero negamos que su candidatura fuera seria. Después descartamos la posibilidad de que pudiera ganar. Hoy sostenemos que sus acciones no nos afectarán o que si somos valientes y nos enfrentamos a él lograremos que desaparezca. Todo es simple negación.

Hay vecinos que pueden vivir alejados el uno del otro y no preocuparse de la existencia mutua. No es el caso de los mexicanos y los estadunidenses. Estamos condenados a convivir. No solo Estados Unidos conquistó la mitad del territorio nacional en el siglo XIX, sino que más de once millones de mexicanos viven en la Unión Americana. Si consideramos a los mexicanos nacionalizados estadunidenses y a los descendientes de mexicanos, la cifra se eleva a 35 millones.

Desde que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) los lazos entre los dos países no han hecho más que estrecharse. El comercio entre México y Estados Unidos pasó de 81 mil 498.3 millones dólares en 1993, con un déficit para México de mil 663.3 millones de dólares, a 533 mil 153 millones de dólares en 2015, con un superávit para México de 60 mil 662.8 millones de dólares. Millones de empleos a ambos lados de la frontera dependen del comercio entre los dos países.

Riesgo

La abrogación del TLCAN tendría un impacto negativo brutal para la economía mexicana. El problema no es la posibilidad de que se pierda un superávit comercial con Estados Unidos, que ha sido en buena medida consecuencia del tratado sino la disrupción de un sistema de producción de industrias como la automotriz que se extienden por toda Norteamérica.

Las declaraciones de los políticos mexicanos en el sentido de que el gobierno mexicano debe confrontar al nuevo presidente de Estados Unidos no toman en cuenta la influencia de la economía norteamericana sobre la de nuestro país. Nos guste o no, lo que ocurre al norte de la frontera tiene un impacto enorme sobre lo que sucede en México. La pérdida de mercados en la Unión Americana podría significar un desplome de la economía nacional.

La posibilidad de que haya deportaciones masivas de inmigrantes mexicanos desde Estados Unidos es una gran preocupación, pero no sería un cambio importante. Es verdad que el actual presidente Barack Obama buscó una reforma migratoria, que fue rechazada por el Congreso, pero ha sido también el presidente que más indocumentados deportó durante su mandato. Donald Trump dijo primero que deportaría a once millones de indocumentados, pero se calcula que los mexicanos son seis millones. Después afirmó que expulsaría a tres millones con antecedentes criminales, pero el número de mexicanos indocumentados con estos antecedentes es mucho menor. La construcción del muro sería muy cara y no será tan fácil cobrársela a México; pero ya una tercera parte de la frontera tiene muros o vallas y otra tercera parte un río, sin que ninguna de estas barreras haya modificado los flujos migratorios a lo largo de décadas.

La posible abrogación del TLCAN es el verdadero riesgo para México. Todavía hay políticos mexicanos que por ideología rechazan el libre comercio, que piensan que ningún perjuicio a la economía mexicana puede sobrevenir si se pierde este acuerdo comercial. Es otra forma de esa negación que ha caracterizado a nuestros políticos en el caso de Trump.

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