Negociación y revolución

La Secretaría de Gobernación tiene la idea de que la estrategia está funcionando. Pero la idea puede resultar falsa

Aurelio Nuño
Foto: SEP
Sergio Sarmiento
Columnas
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Dice el secretario de Educación, Aurelio Nuño, que no hay ningún acuerdo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Las negociaciones aún están avanzando, afirma, y mientras no concluyan nada ha quedado acordado. La propia reforma educativa, añade, no está sujeta a negociación.

Esta es la posición del gobierno de la República, pero se contradice con las informaciones de la CNTE que hacen gala de todas las concesiones arrancadas al gobierno que debilitan la reforma educativa.

Por otra parte, en los medios surgen ejemplos que señalan que en la práctica la reforma no se está aplicando en muchas regiones del país. Varios de los líderes detenidos han sido liberados. Los maestros faltistas, los que para participar en las movilizaciones de la CNTE no se presentaron a trabajar en Oaxaca y Chiapas, no solo no han sido despedidos sino que siguen recibiendo sus quincenas. Incluso en otros estados los ganadores de los concursos de selección no reciben plazas, las cuales están siendo otorgadas a candidatos del sindicato que ya tenían plazas y recibían salarios sin tener clases asignadas.

Las palabras del secretario Nuño son bienvenidas, pero mientras no haya una información concreta y fidedigna sobre lo que se negocia en la Secretaría de Gobernación es difícil tener confianza en que realmente no se están dando concesiones que perjudiquen al sistema educativo, a los alumnos y a la sociedad.

La Segob parece estar ofreciendo concesiones en papel, aunque sin hacerlas definitivas hasta que la CNTE acepte la reforma, por lo menos de palabra, y vuelva a clases. La idea es que así las dos partes podrían afirmar que han obtenido una victoria. La CNTE, sin embargo, negocia de forma distinta. Busca las concesiones y las considera definitivas, incluso una muestra de debilidad del gobierno, pero sin ninguna intención de aceptar la reforma al final.

Idea

El problema para la sociedad es que mientras estas negociaciones se llevan a cabo la CNTE toma a los ciudadanos como rehenes. Los líderes del movimiento han entendido que deben moderar ciertas acciones, para evitar un mayor rechazo de la población. Así, han liberado las vías de ferrocarril de Michoacán, aunque mantienen a activistas a los lados para mandar el mensaje de que las pueden cerrar cuando quieran. Permiten también el paso por algunas carreteras, pero a cambio de cuotas, y bloquean ya nada más a las cadenas comerciales importantes, como Walmart, con la idea de que así no generarán reacciones negativas de los ciudadanos. El daño económico para muchas empresas, sin embargo, es multimillonario.

La Secretaría de Gobernación tiene la idea de que la estrategia está funcionando. Pero la idea puede resultar falsa. La CNTE nunca aceptará la reforma porque su resistencia no es pragmática sino ideológica. Para los líderes esta movilización les vuelve a dar relevancia política y también mártires, como los de Nochixtlán. Su lucha no es solo contra la reforma educativa sino contra el sistema de libre empresa y elecciones democráticas. No me lo crea a mí. Vea las imágenes y pancartas de sus manifestaciones o escuche sus discursos. Para los líderes de la CNTE prolongar el conflicto y darle dimensiones mayores sería el mayor triunfo. No les interesan tanto las plazas magisteriales sino que estas puedan seguir siendo utilizadas para promover el cambio revolucionario.