Fue la primera visita de un aspirante presidencial de Estados Unidos en la historia de nuestro país, pero también del candidato que ha sido más crítico de México y los mexicanos. Además, hubo un IV Informe de Gobierno que en lugar de tener un mensaje a la nación ha concluido con una especie de reality show, que no ha ganado nuevos adeptos para el presidente, pero sí ha desencantado a quienes consideran que el respeto a las tradiciones es importante para la vida republicana.
La pasada fue una semana muy intensa para el presidente Enrique Peña Nieto. La aceptación de Donald Trump a la invitación que el mandatario hizo a los dos principales candidatos estadunidenses apenas el 26 de agosto seguramente sorprendió al propio equipo de Los Pinos. ¿Quién iba a pensar que Trump aceptaría de inmediato y se trasladaría a México el miércoles 31 de agosto?
Nada nuevo surgió de la reunión, pero nada podía esperarse. ¿Realmente pensaba el presidente que convencería a Trump, en una hora de discusión a puerta cerrada, de los beneficios de los inmigrantes mexicanos y del Tratado de Libre Comercio? En la conferencia de prensa posterior a la reunión el presidente reiteró las posiciones mexicanas, pero Trump no hizo más que reafirmar las suyas: el muro se construirá y el TLC beneficia solamente a México.
Trump se abstuvo de tocar en la conferencia el hecho de que piensa obligar al gobierno de México a pagar por el muro. Después indicó que el tema no se había tratado en la reunión, pero Peña Nieto afirmó que desde un principio le dijo que México no pagaría por el muro. Sin embargo, para que no hubiera dudas sobre su posición, la misma noche del 31 de agosto, en Phoenix, Arizona, el candidato republicano reiteró: “Vamos a construir un gran muro en la frontera sur… Y México, créanme, va a pagar por el muro 100%… Todavía no lo saben… y son gente grandiosa y líderes grandiosos, pero van a pagar por el muro”.
Inéditos
Al final la decisión de invitar a Trump ha resultado desastrosa. No se perciben beneficios de la presencia del polémico candidato. Los cuestionamientos al presidente por la invitación han sido enormes. El único logro de la visita fue permitirle a Trump presentarse ante sus simpatizantes como un candidato tomado en serio por un gobierno extranjero y que sabe mantenerse firme ante las presiones de ese gobierno. Fox News dijo, de hecho, que Peña Nieto había aceptado la necesidad de construir un muro.
Al día siguiente de la visita el presidente envió el Informe de Gobierno al Congreso en mano del secretario de Gobernación. Hace ya años que el presidente no pronuncia un mensaje a la nación desde la máxima tribuna, lo cual es un tributo a la intolerancia política, pero había ofrecido cuando menos ese mensaje posteriormente en el Auditorio o en Palacio Nacional. En esta ocasión ni siquiera se logró eso. El presidente decidió que tendría una discusión informal con alrededor de 300 jóvenes con la idea de mejorar la aceptación del mandatario entre las nuevas generaciones.
El presidente Peña Nieto se enfrenta a retos inéditos. Dos primeros años de gobierno marcados por acuerdos inéditos y la realización cuando menos de once reformas estructurales han sido seguidos por dos años de conflictos y cuestionamientos. Hoy tiene la popularidad más baja del sexenio y la menor para cualquier presidente desde la crisis económica de 1995. Ni la visita de Trump ni el nuevo formato del informe parecen haber ayudado.