La cuenta regresiva para Qatar 2022 comenzó. Justo en un año se estará disputando la primera Copa del Mundo de Futbol en Oriente Medio y será la primera que se realice en noviembre y diciembre. El reencuentro de lo mejor del balompié internacional, los retos de la nueva normalidad y el choque cultural serán algunos de los principales focos para los próximos doce meses.
En lo futbolístico Francia defenderá su título conseguido en Rusia 2018, para lo cual ya se encuentra calificado. Al igual que otras nueve selecciones europeas consiguió su boleto directo al quedar líder de su grupo y se perfila como uno de los equipos favoritos para ganar la Copa, junto a selecciones como Bélgica, Alemania, Países Bajos o Inglaterra.
Además del país anfitrión las otras dos naciones no europeas ya con el boleto asegurado son Brasil y Argentina. Los dos colosos sudamericanos matemáticamente están dentro, a falta de cuatro jornadas por disputarse.
La respuesta contundente de estas selecciones no llegó de igual manera por parte de la Selección Mexicana. Con dos derrotas al hilo ante Estados Unidos y Canadá se encuentra rezagada en tercero en la eliminatoria de la Concacaf. Será hasta el próximo año cuando deba buscar su pase directo en medio de cuestionamientos sobre su desempeño y la presión en aumento para jugadores y cuerpo técnico.
Más allá de Qatar está el mundial de casa para el tricolor. Pese a ello no se muestra un plan de trabajo ni proyección para las generaciones que deberán llegar en su mejor momento dentro de cinco años.
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La Copa del Mundo de Oriente Medio se da aún en plena pandemia de Covid-19. A diferencia de los Juegos Olímpicos de Tokio, Qatar presenta un mejor escenario para alojar una justa internacional: una población vacunada en 90%, en plena aplicación a menores de edad y con planes de implementar una tercera dosis.
A esto se suma un plan definido para recibir a miles de aficionados de todas partes del mundo, el cual incluye la exigencia de estar vacunados, presentar prueba PCR antes de entrar al país y tener el Fan ID, que también servirá como registro sanitario y de movilidad de los asistentes.
El país sede ofrecerá una de las mejores infraestructuras con siete de los ocho estadios ya inaugurados, todos en un radio de 75 kilómetros en torno de Doha y con sistemas de refrigeración para aminorar las altas temperaturas. Las opciones de hospedaje irán desde tradicionales hoteles, pasando por airbnbs y hostales, hasta hoteles flotantes, fan villages y cruceros.
Quizás uno de los puntos más inquietantes será el choque de Occidente con Oriente, pero el Estado árabe flexibiliza sus posturas respecto del consumo de alcohol, códigos de vestimenta o muestras de cariño en espacios públicos. Las máscaras y sombreros hasta el momento se prohíben en los estadios, en lo que sería algo desilusionante para los aficionados mexicanos.
A un año de distancia se estima que 50 mil mexicanos asistan. Todos esperanzados en poder ver al representativo nacional en competencia y en un escenario que se acerque más a la antigua normalidad. El balón mundialista está próximo a rodar.