Desde que se aceptó de forma generalizada la teoría de la selección natural de Charles Darwin y el hecho de que las especies no son inmutables, el hombre se ocupa en buscar a sus ancestros, en reconstruir la cronología de la especie humana, en hallar ese “eslabón perdido” o forma intermedia a partir del cual nuestro linaje se separó de los simios.
Actualmente se sabe que la evolución del ser humano no es una línea recta sino que tiene muchas ramificaciones y forma parte de una gran familia, los homínidos, que incluye tanto a orangutanes, chimpancés, gorilas y bonobos, como a un cúmulo de especies ya extintas.
El ser humano es el único superviviente del género Homo, pero antes que él hubo otros muchos e incluso convivió con algunas especies como Homo neanderthalensis durante miles de años.
La historia del origen del ser humano es tan apasionante, que se reescribe casi cada día porque en muchos rincones del planeta se estudian nuevos yacimientos y se conocen gracias a las últimas técnicas disponibles muchos más detalles sobre cómo vivían nuestros antepasados extintos.
Continuamente se producen nuevos hallazgos que transforman lo que conocíamos sobre el origen del género humano y de nuestra propia especie, Homo sapiens.
Hallazgo
Recientemente un equipo que lideran científicos chinos anunció que encontró los restos de una nueva especie humana que vivió en Asia hace al menos 146 mil años y sería el pariente evolutivo más cercano del Homo sapiens: se le bautizó como Homo longi u hombre dragón en referencia al nombre de la región del noreste de China donde se halló el cráneo fósil.
El análisis de esta calavera apunta a que se trataba de un hombre de unos 50 años, probablemente alto y fuerte. Este humano presenta rasgos primitivos y modernos: una cabeza aplanada, gruesos arcos sobre las cejas, una boca ancha y unos dientes bastante más grandes que los de cualquier persona actual.
Pero también cuenta con uno de los cráneos más grandes que se conocen en el género humano y que podía alojar un cerebro del mismo tamaño que el nuestro.
Quiang Ji, investigador de la Universidad GEO de Hebei y coautor de los tres estudios que describen la nueva especie y su datación publicados en The Innovation, explica que “este fósil tiene características clave para entender el origen del género Homo y la aparición de nuestra especie”.
Quiebre de paradigma
Con base en la forma y el tamaño del cráneo de Harbin, como llaman los científicos al hombre dragón, y comparándolo con otros fósiles conocidos, los investigadores plantean que se relaciona estrechamente con varios fósiles humanos desconcertantes de esta misma época hallados en Asia últimamente.
El análisis de los investigadores sugiere que todos estos fósiles pertenecen a un grupo estrechamente relacionado con nuestra especie, quizá incluso más que los neandertales.
Así la propuesta de los científicos chinos cambia los términos de la conocida teoría sobre el origen del género humano y de nuestra propia especie, que ve en el Homo sapiens una especie única y elegida, ya que indica que hace unos 200 mil años había en la Tierra siete especies humanas diferentes que en ocasiones compartían hábitat e incluso tenían relaciones sexuales e hijos.
Estas especies, explica Chris Stringer, investigador del Museo de Historia Natural de Londres y coautor de dos de los estudios sobre el hombre dragón, “serían los sapiens, neandertales, Homo daliensis, Homo erectus, el hombre de flores, el de Luzón y esta nueva”.
Y a dichas especies habría que sumar al Homo de Nesher Ramla, el posible ancestro de los neandertales cuyos restos hallados en Israel se presentaron prácticamente a la par que los del hombre dragón, agrega.
Desde hace tiempo ya los fósiles humanos que se encontraron en China plantean un enigma sin resolver. En esa nación se hallaron cráneos y otros huesos de homínidos que no encajan en ninguna de las especies conocidas.
Tienen por un lado rasgos que los acercan al Homo erectus, un homínido alto y corpulento que fue el primer miembro de nuestro género que salió de África hace un millón 900 mil años y se expandió por Asia. Por otro lado presentan características similares al Homo sapiens, que llegó a esta zona del planeta hace unos 50 mil años.
Los científicos responsables del estudio indican que todos esos fósiles son de Homo longi. Sus estudios apuntan a que esta sería la especie más cercana a la nuestra en la evolución, más que los neandertales, puesto que proponen que la separación de estos y los sapiens se dio 400 mil años antes de lo que se pensaba hasta ahora.
“El fósil de Harbin y otros de China pertenecen a un tercer linaje de humanos que coexistieron con neandertales y sapiens”, comenta Stringer. “Si aceptamos que los neandertales son una especie distinta, también lo es esta”, señala.
Polémica
Sin embargo, la agrupación y designación propuestas de especies suscita un debate entre los científicos. Algunos expertos ven indicios tentadores de que el hombre dragón podría estar vinculado a los misteriosos denisovanos, un grupo hermano de los neandertales del que se encontraron escasos restos fósiles: unos pocos dientes, un trozo de cráneo fracturado, un hueso del meñique y quizás una mandíbula rota.
Aunque le entusiasma la conservación y el mosaico de rasgos del cráneo de Harbin, “en este momento no tengo tan claro lo diferente que es de otros grupos ya conocidos”, afirma María Martinón Torres, directora del Museo Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CNIEH) en Burgos, España. “Es un fósil espectacular, pero decir que es una nueva especie va demasiado lejos, sobre todo porque no se conoce el contexto —el terreno— en el que fue descubierto”, opina la paleoantropóloga.
Entre los fósiles que los científicos chinos etiquetan como hombre dragón está la mandíbula de Xiahe, hallada en plena meseta del Tíbet. En 2019 un equipo consiguió extraer proteínas del hueso y estas mostraron que se trataba de un denisovano, la especie hermana de los neandertales que habitó Asia. “No se puede ser hermano de los neandertales y de los sapiens a la vez. El análisis que han hecho tiene inconsistencias y yo opino que lo más lógico es emparentar esta nueva especie con los neandertales”, añade Martinón Torres.
Independientemente de si el hombre dragón es o no una nueva especie sus características bien conservadas hacen recordar que la naturaleza rara vez se sujeta a las líneas y que la clasificación solo se volverá más compleja a medida que surjan nuevos hallazgos.
El fósil de Harbin
La historia de este fósil es extraordinaria. En 2018 un campesino le llevó el cráneo a Quiang Ji, investigador de la Universidad GEO de Hebei. El fósil lo halló un compañero de su abuelo en 1933 mientras trabajaba en la construcción de un puente sobre el río Songhua en la ciudad de Harbin, al noreste de China. El abuelo escondió la calavera en un pozo para que no se la llevasen los japoneses durante la guerra que enfrentó a ambos países. La calavera pasó de generación en generación hasta llegar a las manos de este campesino, que decidió donarla a la ciencia. El principal problema de esta historia es que se desconoce el entorno en el que se halló el fósil, por lo que es más difícil datarlo. En los estudios publicados los científicos chinos analizaron los compuestos químicos del sedimento que el fósil tiene aún pegado en la cavidad nasal y lo compararon con el de una columna de tierra extraída de la orilla del Songhua, donde supuestamente apareció la calavera hace casi un siglo. Las edades coinciden y arrojan una antigüedad de al menos 146 mil años.
Fuente: The Innovation