Arrancó la edición 34 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara en un formato inédito, el de la virtualidad. Hasta ahora el considerado como el mayor encuentro de la industria editorial en habla hispana tenía como regla no dicha: no se aceptan videoconferencias ni ponencias grabadas.
Hoy, pese a que este año se le reconoció con el Premio Princesa de Asturias 2020 en Comunicación y Humanidades, junto con el Hay Festival, el foro que preside Raúl Padilla y dirige Marisol Schulz enfrenta un revés histórico producto de la pandemia.
Todavía en agosto pasado el propio Padilla declaró a Vértigo que esperaba que las condiciones mejoraran a fin de hacer la feria presencial. Al final el resultado no fue el esperado y las poco más de 300 actividades que realiza desde el 28 de noviembre al 6 de diciembre son y serán vía streaming.
Las conferencias de autores como Lídia Jorge, Premio FIL de Literatura 2020; el historiador israelí Yuval Noah Harari; Guillermo Arriaga o Salman Rushdie podrán seguirse mediante la página de internet de la FIL de Guadalajara.
“Hicimos nuestro mayor esfuerzo para hacerla presencial pero tuvimos que atender al llamado de las autoridades sanitarias. La recomendación de la propia Universidad de Guadalajara fue trasladar los contenidos y programas al formato virtual”, comenta Raúl Padilla.
Costos
Las consecuencias de la medida tienen implicaciones en la programación pero también económicas. De entrada se suspendieron decenas de eventos, entre ellos los homenajes La Catrina y de periodismo cultural Fernando Benítez, la entrega de la Medalla Carlos Fuentes y la presencia del emirato de Sharjah como país invitado.
A fin de respaldar y promover la venta de libros el foro creó diversas herramientas para apoyar a los expositores registrados en 2019 y 2020, entre ellas un mercado de libros desde la página de internet de la feria y la plataforma FIL Negocios, en la que los profesionales podrán acceder a diálogos, estadísticas y contenidos relacionados con la industria editorial, además de generar un catálogo de derechos de autor y un directorio de agentes, editores y actores de la cadena del libro.
No obstante las autoridades de la FIL calculan que el formato implicará un déficit de entre 24 y 28 millones de pesos. El impacto se extiende a otros sectores: tan solo la ocupación hotelera producto del evento era de hasta 15 mil cuartos, lo que significa que el gremio dejará de percibir esta vez casi 110 millones de pesos.
De acuerdo con Gustavo Staufert, titular de la Oficina de Visitantes y Convenciones de Jalisco, la FIL de Guadalajara representa 700 millones de pesos en derrama directa y en este rubro convergen desde la industria del transporte, incluyendo taxis, hasta los restauranteros y artesanos.
Padilla concluye que al margen del encuentro la “industria editorial mexicana pasa por una situación realmente difícil. Fueron muchos meses que estuvieron cerradas las librerías. La economía no se reactiva y a esto hay que sumar los inmisericordes recortes que tienen los programas gubernamentales relacionados con la cultura, que ponen en una situación más difícil a la industria editorial”.
De cara al panorama para los próximos años Raúl Padilla reitera que si bien para 2020 no contaron “con un centavo” del gobierno federal, la mayoría de los patrocinadores se mantuvieron y espera que el déficit se pueda resarcir en los siguientes dos o tres años. “Hoy toca apretarnos el cinturón”.