KARINA GIDI VUELVE CON INSTRUCCIONES PARA VOLAR

Karina Gidi
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En el escenario íntimo del Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico destaca una comedia que hace más de dos décadas despegó con delicadeza: Instrucciones para volar, puesta en escena que estelariza Karina Gidi, quien la coescribió junto con José Antonio Cordero —a cargo también de la dirección— con base en sus experiencias personales.

Acompañada por música en vivo que se alterna entre los músicos Klauz Duane y Alejandro Preisser, Gidi da vida a Paloma Rodríguez, una actriz desempleada, habitante de un país caluroso y que no puede despegar la mirada del monitor ni dejar de hablar con extraños a través de internet.

Mientras Paloma se enamora de un hombre desconocido que vive en un país frío mediante una aplicación en línea, paralelamente se desarrollan las cinco instrucciones de vuelo que imparte una sobrecargo.

Estas indicaciones incluyen enseñanzas simbólicas que funcionan para las relaciones amorosas; entre ellas se encuentran “abrir las alas”, “identificar el destino” y “calcular el riesgo”.

Cada una de estas instrucciones se despliega en escenas breves que combinan monólogos interiores, interacciones imaginarias con el interlocutor distante, fragmentos de música en vivo y evocaciones del espacio aéreo (turbulencias, altitud, control, riesgo).

La comparación entre el vuelo de un avión y el vuelo emocional funciona como columna vertebral: hay momentos de elevación, de gravedad, de pérdida de rumbo, de turbulencia y riesgo de caer.

El diseño escénico refuerza esa metáfora. Con apenas lo esencial —paneles móviles que evocan la imagen de un avión, una pista que cruza el escenario iluminada por focos, una silla y un marco que remite al espacio íntimo del personaje— se sugiere el tránsito, el aeropuerto, la sala de espera, el propio acto de despegar.

Sin embargo, luego de 25 años Gidi y Cordero modificaron un poco el texto: la protagonista, quien en la primera temporada era una veinteañera llena de expectativas, es ahora una mujer cercana a los 50, con cicatrices emocionales y dudas. Además, armonizan la obra con los nuevos modos de relacionarse en la era digital.

Muy entrada en personaje, Gidi ofrece una entrevista a Vértigo desde la sala de espera de un aeropuerto. Sobre los inicios de Instrucciones para volar, comenta: “Cuando escribimos este monólogo, hace 25 años, el amor a través de internet era visto como algo muy raro. En la actualidad vemos que ya es muy común e incluso hay aplicaciones para el celular que te permiten conocer personas”.

Apostar a lo incierto

Revivir Instrucciones para volar en estos tiempos no es para nada mera nostalgia, sino más bien un ejercicio para reconocer que las preguntas que motivaron el texto hace 25 años siguen vigentes.

En una era en que las citas virtuales, la hiperconectividad y el amor por la aplicación son el pan de cada día, esta obra ofrece una reflexión sensible sobre cómo amar con vulnerabilidad.

Para Gidi esta vigencia fue un motor. Al adaptar su personaje a una edad mayor, lo que se buscó fue “dar voz a quienes no quieren equivocarse otra vez, pero también quieren arriesgarse”.

Además de interpretar a Paloma, Gidi encarna a los personajes imaginarios, sus fantasmas, sus miedos y sus proyecciones. La voz del personaje se divide en voces interiores, alter egos y ecos de esperanza e inseguridad. Es esta multiplicidad interpretativa cargada de humor lo que dota de textura al monólogo.

El público, por su parte, se confronta con sus propias “instrucciones para volar”: lo que cada uno ha construido como barreras afectivas, las dudas sobre confiar y arriesgarse, las idealizaciones del otro y la paradoja de que amar implica lanzarse al vuelo, aunque el aterrizaje no esté garantizado.

Gidi apunta que “esta obra es una invitación para atrevernos a volar, a permitirnos amar aun cuando sabemos que podemos caer”. Dicha invitación se vuelve aún más potente cuando el personaje ya no es una joven con expectativas, porque demuestra que la valentía no es exclusiva de la juventud, sino que puede renacer, transformarse y reactivarse con la experiencia.

En su recreación Gidi no vuelve a la misma puesta en escena: más bien vuelve otra vez con ella, luciendo las huellas del paso del tiempo, cargada de experiencia y ternura.

De igual manera, nos recuerda que toda historia emocional verdadera requiere de coraje, entrega y altitud.

Por su parte, integran el equipo creativo Lizbeth Lambert en la producción y en la asistencia de dirección; Mariano Cossa y Yurief Nieves en la música original; Alejandro Preisser y Klauz Duane en la interpretación musical en escena; Guillermo Méndez en el diseño de escenografía; Antonio Garduño en la realización del dispositivo escénico y el atrezzo; Ingrid SAC en el diseño de iluminación; Mario Marín del Río en el diseño de vestuario; Israel Ayala Beltrán en la realización de vestuario; así como Pilar Gallegos y Juan Carlos Vives en la coreografía.

Instrucciones para volar se presentará hasta el 2 de noviembre los viernes (20:00 horas), sábados y domingos (18:00 horas) en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico. El costo del boleto es de 330 pesos y las localidades pueden adquirirse directamente en taquilla o a través de la página helenico.gob.mx.

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