Rosario Castellanos. Cartas a Ricardo. UNAM. 404 pp.
Este 25 de mayo se cumplen 100 años del natalicio de Rosario Castellanos (1925-1974). La fecha justifica las actividades que se han realizado alrededor de la escritora chiapaneca y una de las más recomendables sin duda es la exposición Un cielo sin fronteras. Rosario Castellanos. Archivo inédito, que se realizó con material prestado por su hijo, Gabriel Guerra, y que se puede ver en el Colegio de San Ildefonso.
En paralelo a esta exposición se han editado y reeditado varios de sus títulos, de algunos de los cuales hemos dado cuenta en este espacio.
Sin embargo, uno de los que más llaman la atención es el recién publicado por la UNAM dentro de su colección Vindictas, Cartas a Ricardo, que cuenta a manera de bonus tracks con un prólogo de Elena Poniatowska e introducciones de Juan Antonio Ascencio y Sara Uribe.
Pasaron varias décadas antes de que este volumen, hasta ahora prácticamente inconseguible, volviera a circular, a pesar de que su importancia es inobjetable para entender la compleja, amorosa y entregada vida de Castellanos.
“Voy a matarme de trabajo, pero voy a ser escritora”, escribe en uno de los mensajes la autora de Oficio de tinieblas. Sus palabras recalcan su interés por ganarse un lugar dentro de un mundo que no hacía concesiones para nadie y menos para una mujer que se tenía que dividir entre la academia, la literatura, el hogar y el cuidado de su hijo.
Vocación
Abierta la gaveta de la correspondencia, la figura de Rosario Castellanos adquiere una dimensión mayor. Solo quienes son cortos de miras podrán cuestionarle que con tal de defender su trabajo como escritora, su ánimo por trascender y por colocar en radar de la tradición de la literatura mexicana temas como la realidad de los indígenas y cotidianeidad de la vida femenina, sacrificara labores que entonces se adjudicaban a las mujeres. Recordemos que hasta no hace mucho tiempo los grandes temas eran aquellos que los hombres escogían.
El libro deja ver las contradicciones, sentimientos de culpa y expiaciones con los que la escritora tuvo que aprender a convivir en aras de no sacrificar su vocación. Y quizá sea esta faceta más íntima y personal lo que mejor ilustran estas cartas que desde ya aportan una parte importante del inmenso rompecabezas que es la vida y el legado de una narradora a la que todavía falta valorar como se debe.
Otros títulos de Rosario Castellanos son Balún Canán, Álbum de familia y Poesía eres tú.
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Enrique de Rivas y María Zambrano. A través de tantos laberintos. Cartas 1959-1989. Bonilla Artigas Editores. 496 pp.
La primera carta de la correspondencia entre Enrique de Rivas y María Zambrano se remonta a 1959. Luego de largos años de exilio en América, ambos habían decidido regresar a Europa y establecerse en Roma. Las misivas muestran el origen y el desarrollo de proyectos filosóficos, literarios y poéticos.
Rosario Castellanos. La rueda del hambriento. UNAM. 191 pp.
A manera de coda, proponemos este libro que reúne una selección de relatos que permiten ver los cambios experimentados en el estilo de Castellanos para contar tanto los escenarios urbanos como chiapanecos.
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Vuelve a circular este ejercicio memorístico de la poeta mexicana. Esta novela desarrolla un viaje para buscar a los últimos hablantes del ladino en Bulgaria. El recorrido es además una indagación sobre la identidad y el origen.