Ciudad de México, México, 28 de octubre. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lleva a cabo trabajos de restauración en la escultura del caracol, conocida como Sol de viento, de Iker Larrauri; el relieve escultórico Imagen de México, de José y Tomás Chávez Morado, y la placa en honor al arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, artífice del proyecto del Museo Nacional de Antropología (MNA); así como en los frisos de mármol de la fachada principal del recinto y del que remata la Fuente de Cuatro Chorros.
La restauradora del Laboratorio de Conservación del MNA, Gilda Salgado Manzanares, titular del Proyecto de Obra Moderna y Contemporánea del recinto, enfocado en realizar obras en favor de los bienes muebles del mismo, supervisa los trabajos, los cuales son financiados por el Patronato del MNA AC, para el caso de las esculturas de bronce; y por el INAH, para las obras de mármol.
“En los elementos de bronce estamos eliminando suciedad y recuperando la pátina, a través de reactivos químicos. Tenemos algunos pequeños puntos de corrosión que atendemos puntualmente; se retira la cera degradada por la intemperie y volveremos a aplicarla para que continúe manteniendo los metales en buenas condiciones, y los protejan del exterior”, explicó.
Los trabajos de restauración están a cargo de un equipo especializado en bienes metálicos de la empresa Cobalto Barroco, encabezado por la restauradora Roxana Ríos, quien detalló que las tres piezas (la escultura Sol de Viento, el fuste de El Paraguas y la placa de Pedro Ramírez Vázquez) presentaban envejecimiento en sus capas de protección, además de que acumulaban polvo y presentaban cambios de color en sus pátinas, resultado del contacto con la humedad.
“Es más visible en la parte inferior del fuste de ‘El Paraguas’, que se encuentra blanquecina y conforme va subiendo, cambia de color, lo que no permite apreciar todos los detalles, por eso vamos a generar una pátina nueva en zonas específicas y aplicaremos otra vez la capa de cera para que tenga un tono homogéneo y se vean correctamente los relieves”, indicó.
Con la intervención se busca dar diferentes tonalidades al bronce para que las piezas se vean más proyectadas y tengan más volumetría. “Dependiendo del reactivo que ocupemos, son los colores que obtendremos. En este caso, vamos a aplicar sulfuros, que nos van a dar tonos cafés oscuros o, incluso, verde olivo”, precisó.
Posteriormente, se aplicará nuevamente una placa de protección para que aísle el bronce y los productos de corrosión de la lluvia, el polvo y todos aquellos agentes que provocan el deterioro de las piezas.
En el caso de la placa en honor a Ramírez Vázquez, se eliminarán pequeños puntos de corrosión activa, se recuperará la pátina química y se aplicará cera de protección.
El grupo de restauradores está especializado en la generación de pátinas químicas, lo que garantiza los conocimientos necesarios para realizar el procedimiento adecuadamente. Se conforma por el restaurador David Vega, quien brinda la asesoría sobre las pátinas, y por los técnicos en restauración Fernando Santamarina, Marco Antonio Santamarina, Melissa Huitrón y Luis López.
Además de las obras en las piezas de bronce, Salgado Manzanares también supervisa los trabajos de mantenimiento mayor y limpieza de los frisos de mármol de la fachada principal del MNA y del que remata la Fuente de Cuatro Chorros, que se adjudicó mediante concurso al Grupo Construcción, Ingeniería e Infraestructura S.A. de C.V.
En estas labores trabaja un equipo conformado por seis personas, con la participación del restaurador David Flores, como residente. Se prevé que los trabajos concluyan el 31 de octubre de 2025.

