ENTRE FORMAS Y RUPTURAS: UN SIGLO DE ESCULTURA EN MÉXICO

“Una exposición para repensar lo escultórico”.

Escultura México
Cultura
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El Museo de Arte Moderno (MAM) abre sus puertas a la exposición Derivas de la forma escultórica: irrupción y densidad, que revisita casi un siglo de evolución en la escultura mexicana, desde 1927 hasta el presente.

La muestra, organizada por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), ofrece una mirada profunda y sugerente por los procesos de transformación, ruptura y persistencia que han dado forma a la escultura moderna y contemporánea en el país.

La exposición se estructura en cuatro ejes temáticos que se entrecruzan dentro del espacio circular del museo. Se conforma por 42 piezas de 38 artistas —17 mujeres y 21 hombres—. La curaduría, a cargo de Katnira Bello y Silverio Orduña, destaca el diálogo entre generaciones, materiales y formas tridimensionales, así como la relación física entre obra, artista y visitante.

Durante la inauguración, Bello señaló que la propuesta curatorial forma parte de una metáfora urbana: “Nos permitió hacer cuatro ejes que fueron pensados como el Viaducto o los ejes viales, que se van a entrecruzar numerosas veces entre sí y en momentos van a ir solos, por lo que hay lecturas que se hacen radiales de la sala de punta a punta, aunque algunas piezas están más agrupadas dentro de algunas de las secciones”.

Estas cuatro aproximaciones estructuran el discurso curatorial sin imponer jerarquías: lo figurativo y lo abstracto conviven con expresiones táctiles, materiales frágiles o sólidos, operaciones espaciales que irrumpen o dialogan con el entorno y formas de investigación que exploran los límites de lo escultórico. El espectador es invitado a transitar, detenerse y dialogar con cada obra desde el cuerpo físico, emocional y crítico.

De igual manera, el nombre de la muestra está pensado para el espacio que ofrece el MAM: “El título va mucho en relación con la presencia que tiene la escultura en el espacio. Siempre resulta una irrupción volumétrica, siempre hay una relación física con ella y dentro de la muestra nos interesaba mucho tanto trabajar con el cuerpo de las obras y su materialidad, como hacer referencia al cuerpo de los artistas que se enfrentan a la materia cuando trabajan las piezas, así como al cuerpo de las personas que visitan las salas y la forma en que se interrelacionan con el espacio”, comentó Bello.

INBAL

Lenguaje expandido

Derivas de la forma escultórica: irrupción y densidad toma como punto de partida una serie de obras emblemáticas del acervo del MAM, muchas de ellas premiadas en certámenes organizados por el propio INBAL a lo largo del siglo XX.

Entre ellas destacan La hamaca (1957), de Francisco Zúñiga, ganadora del Salón Anual de Escultura; Mujer, de Elizabeth Catlett; y Chi, de Kiyoshi Takahashi, ambas premiadas en la Segunda Bienal Nacional de Escultura de 1964, entre otras.

Estas piezas no solo representan momentos clave del arte escultórico mexicano, sino que también sirven como nodos de conexión con las obras de artistas contemporáneos cuyas exploraciones técnicas y conceptuales dialogan, complementan o retan las formas establecidas.

La exposición incluye trabajos de artistas fundamentales como Germán Cueto, Helen Escobedo, Jesús Mayagoitia, Jorge Dubon, Naomi Siegmann, María Lagunes, Luis Ortiz Monasterio, Mathias Goeritz, Geles Cabrera y Ángela Gurría, figuras que marcaron las primeras etapas de la escultura moderna en México.

También se presentan obras de artistas contemporáneos que han expandido las posibilidades del medio, como Gabriel Orozco, Jorge Méndez Blake, Diego Pérez, Cynthia Gutiérrez, Perla Krauze, Hilda Palafox, Laura Anderson Barbata, Aurora Noreña y Claudia Luna, cuyas prácticas abordan problemáticas contemporáneas relacionadas con el cuerpo, el género, la memoria, la ecología y la percepción.

La exposición no se limita a la contemplación de piezas estáticas. Cada obra puede leerse como un gesto de irrupción: ya sea por su materialidad, su interacción con el cuerpo del espectador o su capacidad de alterar el espacio. Esto resuena con las preocupaciones contemporáneas de la escultura como práctica expandida, es decir, más allá del objeto: como instalación, intervención, proceso, archivo o performance.

Este enfoque permite que los artistas jóvenes presentes en la exposición —como Emanuel Tovar, Jorge Ismael Rodríguez, Manuel Velázquez o Claudia Luna— presenten propuestas que dialogan con lo escultórico desde ángulos frescos e inusuales.

Además, la diversidad generacional y de género en la exposición constituye un acierto: las 17 artistas mujeres representan, además de un número creciente dentro de la escena escultórica nacional, una voz contundente que ha contribuido históricamente a la innovación y la crítica en este medio.

Derivas de la forma escultórica: irrupción y densidad ofrece un espacio de preguntas, contrastes y resonancias. Es una muestra que celebra la vitalidad de un medio que ha sabido adaptarse, expandirse y reinventarse a lo largo de casi 100 años.

El público podrá visitar la muestra hasta el 28 de septiembre. Se trata de una oportunidad única para acercarse a la riqueza tridimensional del arte mexicano desde la tradición modernista hasta las búsquedas más contemporáneas.

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