Si bien Morena, el partido dominante en la Cámara de Diputados, no alcanzó en la votación de este domingo 6 de junio la mayoría de 251 curules y ni siquiera igualó las 247 que consiguió para la hoy agonizante LXIV Legislatura, sí logró mantener la mayoría respecto de la oposición durante una jornada en la que, entre otros cargos, los ciudadanos sufragamos para renovar 300 diputados de mayoría relativa y 200 de representación proporcional.
Para esta elección PAN, PRI y PRD se aliaron en 220 distritos, mientras que la coalición Juntos Hacemos Historia que integraron Morena, PT y Partido Verde lo hizo en otros 183.
De acuerdo con la información del Instituto Nacional Electoral (INE) Morena reivindica su triunfo en la Cámara de Diputados y pese a la pérdida de diputaciones mantendrá la mayoría simple.
En la estimación del INE el partido oficialista alcanzará como mínimo 190 diputaciones, muy por encima de las 106 del PAN y las 63 del PRI, que serán una vez más segunda y tercera mayoría, respectivamente.
Dominio insuficiente
Morena entonces será mayoría pero deberá alcanzar acuerdos con sus aliados (PT y PVEM) para lograr un mínimo de 265 votos que le permitirían reformar prácticamente cualquier ley secundaria o incluso aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Donde tendrá un panorama más complicado será en controlar la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y la agenda legislativa en la cámara baja.
Mucho menos alcanzará —ni con sus grupos parlamentarios aliados— la mayoría calificada que representa las dos terceras partes, es decir, 334 de las curules en San Lázaro.
Para ello Morena y aliados tendrán que sacar a relucir sus dotes de negociadores para contar con el apoyo de partidos de oposición cuando deseen impulsar reformas constitucionales.
En especial teniendo en cuenta que además de las postulaciones de candidatos en común, la alianza opositora Va por México (PAN, PRI y PRD) firmó un acuerdo legislativo para ir juntos en la LXV Legislatura como contrapeso al gobierno federal desde el Congreso de la Unión.
Se trata de diez compromisos concretos con el fin de establecer la función de control constitucional y de gobernabilidad democrática en la Cámara de Diputados, restablecer el equilibrio de poderes y que no se avalen reformas constitucionales —a su decir— “a capricho del Ejecutivo”.
También plantea un análisis colegiado e incluyente para aterrizar el Proyecto de Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, así como el respeto a la independencia de los órganos autónomos constitucionales.
Reto
Otro de los desafíos en la próxima Legislatura será mantener y ampliar la paridad de género, que no se agota en la etapa de registro de las candidaturas sino que debe ir más allá mediante la asignación de curules de representación proporcional.
Hay que tomar en cuenta que en la actual conformación de la cámara baja 241 de los 500 asientos los ocupan mujeres.
Cabe recordar que el INE señala que la participación ciudadana se ubicó entre 51.7% y 52.5% en la elección para renovar la Cámara de Diputados federal.