En los últimos años, la inteligencia artificial ha demostrado una capacidad de aprendizaje exponencial. Mientras a los humanos nos toma cierto tiempo dominar alguna habilidad. Y es que, la IA puede asimilar más información en cuestión de horas o días, encargándose de procesos que antes requerían meses de estudio y práctica para las personas. Es por esto que la IA no solo aprende más rápido si no que mejora su rendimiento con cada interacción.
De esa forma y teniendo en cuenta los avances tecnológicos, los investigadores de Google DeepMind y de OpenAI demostraron que ciertos modelos superan en aprendizaje a humanos en tareas específicas como resolución de problemas matemáticos o comprensión de lectura en inglés avanzado, donde el ser humano requiere descanso y pausas, en cambio los modelos de IA pueden entrenarse de forma continua 24/7, acelerando su evolución.
“Para ser más precisos, los modelos de IA están mejorando a 3X el ritmo de un humano. El modelo más avanzado se graduó de la preparatoria este año, el próximo año se va a graduar de la universidad, y así sucesivamente”, comenta Javier Mata, CEO de Yalo.
En esta línea, si lo llevamos a un lenguaje de sistemas, un adulto en promedio puede retener entre 1 y 2 GB de información activa en su memoria de trabajo, mientras que los sistemas de IA son capaces de almacenar, procesar y acceder a cantidades de datos que son virtualmente ilimitadas, sin olvidar ni deteriorar los datos a lo largo del tiempo.
Es por esto que Yalo, destaca la evolución tecnológica que está revolucionando a las empresas que incorporan equipos híbridos más eficientes con la integración de trabajadores virtuales como agentes inteligentes. La IA ya no solo asiste, sino que colabora activamente interpretando datos, optimizando flujos y proponiendo soluciones que antes requerían una intervención humana directa y actúa, como lo haría cualquier otro colaborador humano.
“La IA no viene a reemplazarnos, sino a potenciarnos. Cualquier persona que sepa escribir y con una computadora, podrá programar o trabajar en conjunto con ella, maximizando nuestro talento y dedicándole tiempo de calidad a cosas más estratégicas”, agrega Mata.
La colaboración entre humanos y máquinas es un tema del presente donde se convierte en una cuestión de operatividad. Los equipos híbridos constituyen no sólo una mayor velocidad de ejecución, sino una capacidad analítica más compleja y profunda. En este sentido, las habilidades humanas como la creatividad, la ética o la toma de decisiones estratégicas terminan teniendo un nuevo valor, y no podrán ser reemplazadas fácilmente por la IA.
De acuerdo con McKinsey, los sistemas de inteligencia artificial generativa podrían automatizar hasta el 60-70% del tiempo que los trabajadores dedican a tareas laborales actuales cognitivas, como revisar contratos, analizar bases de datos o redactar informes. Esta eficiencia impulsa el crecimiento acelerado del mercado global de IA, que, según datos de Statista, este mercado de inteligencia artificial superó los 184 mil millones de dólares en 2024 y donde se espera que supere los 826 mil millones de dólares en 2030.
“En el mundo de la inteligencia artificial tienes 5 niveles de conciencia o inteligencia. Puede hablar, razonar, usar herramientas, innovar e innovar a gran escala. Hoy estamos viviendo en la versión más “arcaica” de estos modelos tecnológicos, lo que proyecta un futuro muy prometedor, por lo mismo es importante usar esta IA estratégicamente, porque de lo contrario puedes desaparecer del mercado”, concluye el directivo.