Sin contrapesos, el desequilibrio geopolítico y geoeconómico provocará un mundo caótico con mayores rispideces, países armados hasta los dientes y la imposibilidad de los organismos internacionales de frenar per se cualquier conflicto hasta que se reinstaure un nuevo orden de las cosas.
Un nuevo orden mundial que nacerá fruto de la invasión de Rusia a Ucrania, porque la dimensión de la atrocidad ordenada desde el Kremlin mantiene latente la obsesión europea de que en esa ruta imperialista seguirán los países bálticos o Polonia.
La semana pasada España cumplió su 40 aniversario de pertenencia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), fundada el 4 de abril de 1949. El país ibérico ingresó el 30 de mayo de 1982.
En la actualidad hay 30 países en la alianza y si por unanimidad aceptan a Finlandia y a Suecia crecerá la membresía; aunque nadie descarta que otros países medianos y pequeños toquen a las puertas de la OTAN para adherirse y beneficiarse de su paraguas militar protector.
A la celebración en Madrid, en el Teatro Real, acudió la mayor parte del gobierno del socialista Pedro Sánchez, salvo los socios con que gobierna de la ultraizquierda de Unidas Podemos, empeñados en repetir como un mantra “paz para Ucrania” y no más armamento.
El escenario estaba puesto para hablar de la OTAN y nada más. Durante los días previos los medios de comunicación españoles abordaron cómo el entonces presidente Leopoldo Calvo Sotelo, en esa delicada etapa de la transición, tuvo la visión —en plena Guerra Fría— de empeñarse en el ingreso de España a la Alianza no sin múltiples protestas y debates, unos a favor y otros en contra: un joven Felipe González, secretario general del PSOE y abierto opositor a la idea, llegó a exigir una consulta popular; finalmente la llevó a cabo en marzo de 1986, cuando él ya era presidente, y recibió de la gente una abrumadora respuesta de sí a la pertenencia con 52.54 por ciento.
Fortalecimiento gradual
Desde La Moncloa fuentes consultadas explican que en principio no conllevaba la incorporación de España a la estructura militar integrada y quedaba prohibido instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español.
“En 1996 el Congreso de los Diputados apoyó que el gobierno negociase el ingreso de España en la estructura de mandos de la OTAN. Pocos meses después, el 8 y el 9 de julio de 1997, España acogía la primera Cumbre de la OTAN en Madrid y aspiraba a participar de forma plena en la estructura militar integrada de la alianza, algo que se completó en 1999”, puntualizan dichas fuentes.
Cuatro décadas más tarde, en pleno 2022, otro socialista reivindica orgulloso el papel de España dentro de la alianza como socio fiable y comprometido con contribuciones a la seguridad.
Durante su mensaje el presidente Sánchez recalcó que España celebra 40 años de alianza con un grupo de países que comparten la misma idea de democracia y unas sociedades gobernadas desde la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. “La pertenencia a la OTAN cumple una misión trascendental: nos permite ser lo que somos y garantiza que seremos lo que España quiera ser. Porque no hablamos solo de una alianza militar, sino de un frente común en defensa de los principios que originan la prosperidad y el bienestar de nuestros pueblos”, declaró ante los presentes.
En 1992 España participó en la primera misión de la OTAN, pero han surgido muchas más: “Alrededor de 125 mil militares españoles se han integrado en 22 misiones en lugares como Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Libia, el Golfo de Adén, el Cuerno de África, Afganistán y en el Mediterráneo”.
A lo largo de estos años un total de 119 militares españoles han perdido la vida, incluidos dos intérpretes. Actualmente España participa en seis misiones OTAN dentro del cuerpo de Policía Aérea del Báltico; en los Grupos Navales Permanentes OTAN; en la Operación Sea Guardian en el Mediterráneo; también en Enhance Forward Presence en Letonia, así como en la operación Apoyo a Turquía y en la Misión OTAN en Irak.
Respecto de las bases de la alianza en el país ibérico se localizan las siguientes: 1) en Hoyo de Manzanares, Madrid, está el Centro de Excelencia contra Artefactos Explosivos Improvisados; 2) en Bétera, Valencia, está el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad, que también sirve de Cuartel General de Despliegue Rápido de la OTAN; 3) en Rota, Cádiz, el Sistema de Defensa contra Misiles Balísticos de la OTAN; 4) en Torrejón de Ardoz, Madrid, los Centros Aéreos Combinados Conjuntos (CAOC) para tratar asuntos estratégicos; y, 5) en Morón de la Frontera, Sevilla, se ubica la Fuerza de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines, preparado para intervenciones tanto en el Mediterráneo como en África.
No hay armamento nuclear en ninguna de las bases en territorio español. En Europa lo hay en Italia, Bélgica, Países Bajos, Turquía, Alemania, Reino Unido y Francia, todos con un código de seguridad.
También Estados Unidos tiene 150 bombas de gravedad nuclear B-61 en varios países europeos miembros de la alianza, de acuerdo con el Centro para el Control de las Armas.
La Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos refiere que durante la crisis de los misiles en Cuba (en octubre de 1962), Washington ordenó el despliegue de bombas nucleares B-61 de carácter táctico en Turquía y otros países europeos.
Con esta disuasión, Estados Unidos logró que Rusia negociara retirar los misiles balísticos de alcance medio (MRBM) R-12 y R-14. Las B-61 no fueron tocadas y siguen en Incirlik, Turquía.
Cumbre
A su vez, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, agradeció a España “su liderazgo personal” dentro de la alianza porque su compromiso con la seguridad trasatlántica es y seguirá siendo vital.
“España continuará desempeñando un papel fundamental dentro de nuestra alianza, porque en este momento de competencia global cada vez mayor nuestra unidad es nuestra fortaleza”, afirmó.
Esa unidad mostrada entre los 30 ha permitido proveer de armamento de diverso calibre a Ucrania para, primero, ayudarle a resistir el asedio militar; y, segundo, impulsarle a repeler a las tropas rusas y recuperar el territorio hasta el momento bajo control ruso tras más de tres meses de invasión y de guerra.
Sánchez aprovechó para reiterar que tanto la OTAN como la Unión Europea (UE) se enfrentan al mayor desafío de su historia, por lo que conminó a reforzar esa unidad de los países democráticos contra la guerra de Putin.
En Madrid hay mucho revuelo porque será sede el 29 y 30 de junio de la Cumbre de la OTAN. No solo acudirán los 30 dignatarios miembros, sino que también serán invitados Suecia y Finlandia; y por vez primera desde que inició la invasión de Ucrania, el presidente Zelenski podría asistir en persona.
Sánchez ya adelantó el punto de inflexión que marcará dicho cónclave por su carácter histórico y los acuerdos que serán signados, como la adopción del Concepto Estratégico de Madrid, un documento para los próximos diez años de la alianza y que no se limitará únicamente al ámbito militar convencional: abordará las amenazas híbridas, los desastres por la crisis climática y la emergencia sanitaria.
El Pentágono prepara además el anuncio en la cumbre de un nuevo sistema rotatorio de sus soldados porque habrá más desplazamientos de militares estadunidenses hacia los países de Europa del Este miembros de la alianza. El flanco se reforzará ante el temor de un inminente ataque ruso.
“Los aliados hemos elegido estar en el lado correcto de la historia, defendiendo la paz y el derecho internacional sin complejos ni temores y promoviendo todo aquello que Europa representa: un mundo más justo, próspero y seguro”, subrayó Sánchez.
Cambios inevitables
En el aniversario participaron cuatro extitulares de la OTAN, de diversos periodos. Cada uno compartió su visión de los momentos difíciles y emitió su opinión acerca de la invasión a Ucrania.
Uno de los más críticos fue el español Javier Solana (1995 a 1999), quien insistió en que el mundo entró en una nueva era que estará marcada por la desglobalización y el desacoplamiento mundial.
Acerca de la presencia de España en la alianza Solana resaltó que ayudó a consolidar su postura en asuntos logísticos y operativos, además de mostrar con el paso del tiempo que el país ibérico es un socio leal a los principios de solidaridad y de cohesión. Comparte valores, principios e intereses. “El multilateralismo es clave en nuestro enfoque. Cuando hay una bandera de la OTAN hay un militar español. Desde su primera misión en 1992 hasta la más reciente en Lituania”, dijo.
En 1997 España celebró una cumbre con los líderes de la alianza en la que tomaron tres decisiones: la primera, la ampliación de la alianza; la segunda, la creación del Consejo OTAN-Rusia; y la tercera, se creó el Consejo OTAN-Ucrania.
“Ya entonces teníamos una idea de por dónde podían evolucionar las cosas. Desgraciadamente dichos consejos han ido decayendo en interés en los últimos años y no pudimos terminar esas ideas fundamentales que llevaron a su creación en la Cumbre de Madrid”, recordó Solana.
De la invasión, el destacado político reiteró que es necesario pedir un alto al fuego y buscar una fórmula para lograr una pacificación inmediata, al recordar que la intención inicial de Vladimir Putin tenía como objetivo rendir a Kiev, deponer al gobierno e instaurar un gobierno títere a favor del Kremlin.
“Tenemos que conseguir un alto al fuego. Todos tenemos que hacer un esfuerzo para lograrlo: eso es lo que yo pienso. Un alto al fuego que permita encontrar una salida para mí es una exigencia absoluta”, reiteró Solana.
El danés Anders Fogh Rasmussen (2009 a 2014) comentó que durante su liderazgo la OTAN desarrolló seis misiones en tres continentes bajo un nuevo concepto estratégico; el flanco de Europa del Este fue reforzado y se marcó como prioritaria la meta de 2% del presupuesto militar antes de 2025.
“En estas circunstancias de seguridad aumentar el gasto militar es más necesario que nunca; nosotros hicimos que la OTAN fuera más rápida y más flexible. El ataque sin provocación de Rusia a Ucrania nos enseña que no podemos dar por sentada la libertad y la democracia: tenemos que luchar por ellas. Y los ucranianos tienen la voluntad de luchar. Debemos darles los medios, desde armas pesadas, y tenemos que dejar de financiar a Putin mediante un cese absoluto de las importaciones de petróleo y de gas”, reiteró convencido.
A su vez, el belga Willy Claes (1994-1995) remarcó que el actual régimen de Moscú puede compararse con el periodo más negro del estalinismo, porque se comporta de forma peligrosamente impredecible.
“Tengo la sensación de que este conflicto provocará un cambio geoestratégico profundo y fundamental en el mundo. No podemos excluir el riesgo de una nueva estructura, con Estados autoritarios enfrentados a las democracias”, advirtió.
Claes puso énfasis en las maniobras que Beijing lleva a cabo en un intento de ampliar la coalición de los BRICS, intentando formar una estructura adversaria a Occidente. “Mi última consideración: debemos hacer todo lo posible por ayudar a nuestros amigos ucranianos y creo que ha llegado la hora de reforzar el apoyo que nos pide Ucrania. Por supuesto, albergamos dudas, no podemos negar las capacidades militares que tiene Rusia”, reconoció.
Y por último, añadió Claes, se está subestimando la evolución del armamento moderno y de la tecnología moderna; es más, vaticinó que la humanidad enfrentará riesgos muy serios para conservar la paz.
El británico George Robertson (1999 a 2003) trajo a colación que durante su mandato en la OTAN varias veces sostuvo conversaciones con los gobiernos de Finlandia y de Suecia para convencerlos de ingresar a la alianza.
“Yo pasé cuatro años dialogando con ellos y Putin lo ha conseguido en cuatro días. Serán unos miembros que enriquecerán la alianza de las naciones libres; seremos más de mil millones de personas con intereses afines en el mundo. Nunca hemos tenido un desafío tan importante como el de ahora; esta provocación cambia la geopolítica de manera fundamental… y tal vez para siempre”, afirmó.
Robertson comentó que él habló muchas veces con Putin en sus inicios tempranos. De hecho, se signó en 2002 la Declaración de Roma, que refrendaba la vocación de cada país de tomar sus propias decisiones sobre su propia seguridad.
“Putin ha roto este compromiso. Nuestra obligación es asegurarnos de que Ucrania tenga las capacidades para defenderse ante lo que está sufriendo. Hay que darles entrenamiento y armamento pesado, están desesperados”, reiteró.
El temor de todos los que encabezaron la OTAN es el mismo de Stoltenberg y del propio Pentágono: que Rusia tenga entre manos invadir Moldavia, Georgia y luego los tres países bálticos.
Ucrania no se rompe
Invitado por el Foro Nueva Economía aquí, en Madrid, Ihor Zhovkva, consejero político y director adjunto del gabinete del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, aseveró que su país no se va a romper y que persisten en la voluntad de defenderlo de las tropas rusas, así como de recuperar el terreno que está siendo ocupado por los invasores.
Zhovkva pidió a España y a Europa provean a su país de armamento pesado para ganar esta guerra, porque sin armas suficientes el esfuerzo es verdaderamente ingente.
A pesar de las durísimas sanciones a Rusia impuestas tanto por la UE como por Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y otros países, el político ucraniano dijo que “no es suficiente” y pidió mayores esfuerzos para ahogar a Putin a fin de sentarlo en una mesa de negociación.
El evento, al que asistió Vértigo, contó con la presencia de la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Ángeles Moreno Bau, quien reiteró que las sanciones son medidas con efectos negativos en “nuestras poblaciones y exigen un sacrificio de nuestras sociedades”, pero el costo de no adoptarlas sería mucho más elevado.
Finalmente, Zhovkva reiteró que están listos para ingresar en la UE y esperan que pueda ser un proceso rápido, porque Ucrania quiere mirar hacia Europa y no hacia el pasado ruso.
Sexta ronda de sanciones a Rusia
Se habló hace un mes en Bruselas, en el seno de la Unión Europea (UE), sobre la imperiosa necesidad de cerrarle el grifo energético a la Rusia de Putin para cortarle la maquinaria de dinero con que puede comprar más armas para usarlas contra Ucrania.
La semana pasada, en la reunión del Consejo Europeo con la presencia de los líderes de 27 países, fue finalmente acordado un veto parcial al petróleo ruso; y es parcial porque la Hungría de Víktor Orbán se opuso totalmente esgrimiendo que su país y otros de Europa del Este dependen del crudo que llega por los ductos.
Entonces lo que se veta es el envío de los barriles por la vía marítima, lo que implica más de dos tercios de las exportaciones de crudo ruso, para el malestar del Kremlin.
“Hemos decidido acabar con las importaciones de petróleo ruso en 90% para finales de 2022, nos mantenemos unidos y sobre todo fuertes. Seguiremos apoyando a Ucrania”, dijo Emmanuel Macron, presidente de Francia.
Además del veto al crudo a través de barcos, quedarán excluidos del sistema de pago SWIFT tres bancos rusos; se incluye en el listado de sancionados a 70 rusos más y se prohíbe la emisión de tres canales de televisión pública.