SEQUÍA HISTÓRICA EN DIVERSAS ÁREAS DEL MUNDO

“Norteamérica atraviesa por su peor sequía de los últimos 114 años, el fenómeno detonará la reducción de agua del Río Colorado”.

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Martha Mejía
Internacional
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Europa es uno de los continentes más afectados: atraviesa el peor estrés hídrico de los últimos 500 años, que deja sin agua a ríos como el Po, el Danubio y el Rin.

Los efectos del cambio climático no dan tregua al planeta: mientras que en algunas zonas se registran fuertes inundaciones, expertos prevén que la sequía extrema por la que atraviesa Europa se mantendrá por al menos otros tres meses, además de que esta no es la única región afectada por la falta de lluvias y el aumento de la temperatura.

De acuerdo con Copernicus, el sistema de observación satelital de la Unión Europea y la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), el viejo continente enfrenta la peor sequía de los últimos 500 años y esta deja ya sin agua a los ríos Danubio, Po y Rin, entre muchos otros.

Asimismo, la escasez de agua pone en peligro la seguridad alimentaria y el suministro de energía eléctrica.

“Ciertas zonas de la Unión Europea (UE), ya resecas, podrían sufrir tres meses más de condiciones más calurosas y secas a medida que la región se enfrenta a una sequía considerable que alimenta incendios forestales, evapora ríos y devasta cosechas”, alerta el programa Copernicus.

Señala que es probable que se produzcan condiciones más cálidas y secas de lo habitual en la región euromediterránea occidental en los próximos meses y hasta noviembre de 2022, especialmente en España y Portugal.

“Casi la mitad de las 27 naciones de la UE está bajo alerta de sequía y las condiciones empeoran en Alemania, Bélgica, España, Francia, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal y Rumania”, agrega el informe.

Tour hot

Luego de que este mes se declaró “estado de sequía” en Reino Unido, el gobierno británico tomó algunas medidas, entre las que se obliga a las compañías de agua a elaborar planes de contingencia para hacer frente a la escasez al tiempo que se prohíbe regar, lavar coches y llenar piscinas privadas.

En República Checa, tras 20 días de lucha, los bomberos lograron extinguir un inmenso incendio forestal en un parque nacional en la frontera con Alemania, el mayor siniestro por fuego en la historia del país.

Esto sucede al tiempo que Francia registra hasta el momento 50 mil hectáreas consumidas por incendios forestales. Cerca de mil 100 bomberos galos reciben el refuerzo de 361 efectivos de Alemania, Polonia, Austria y Rumania, así como aviones cisterna de la UE.

Mientras, en Portugal unos mil 500 bomberos tratan de atajar un incendio activo desde hace casi una semana, el cual ha destruido diez mil hectáreas en el parque natural de la Serra da Estrela. “Las llamas, que destruyeron zonas de bosques únicas, han causado daños irreparables”, lamentó el presidente de la asociación ecologista Zero, Francisco Ferreira.

Portugal tuvo su julio más caluroso en casi un siglo y en Francia las precipitaciones fueron 84% inferiores a las habituales durante el periodo 1991-2020.

Copernicus agregó que la escasez de lluvia y una secuencia de olas de calor desde mayo provocan condiciones secas y niveles más bajos de los ríos, lo que a su vez afecta al sector energético al privar de agua a centrales hidroeléctricas y de otro tipo.

Otras zonas

En China, el río Yangtsé se está secando un año después de desbordarse. El país asiático soporta más de dos meses de una intensa sequía con temperaturas que no bajan de 35 grados Centígrados de noche. Sin embargo, en el oeste del país un repentino aguacero mató a más de una docena de personas.

La situación no es mejor en África, donde luego de cuatro temporadas de lluvias fallidas la sequía arrasa con cultivos y pastizales, obligando a que decenas de miles de personas abandonen sus hogares en busca de agua y alimentos.

Según los últimos pronósticos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) son muy altas las probabilidades de que la próxima temporada de lluvias de octubre a diciembre también sea insuficiente.

Como consecuencia principalmente del cambio climático, la sequía extrema es generalizada y persistente sobre todo en Somalia, Kenia y las zonas de pastoreo de Etiopía, que reciben escasas precipitaciones, por lo que casi 17 millones de personas enfrentan una inseguridad alimentaria aguda alta.

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU) esta cifra podría ascender a 20 millones en septiembre.

La falta de lluvia afecta también a las regiones del lado sur del Mediterráneo, como Marruecos. Ahí los poblados situados entre Casablanca y Marrakech son golpeados por el “estrés hídrico” que amenaza al país. Los embalses marroquíes tienen actualmente una tasa de apenas 27% de abastecimiento, una situación “preocupante” agravada por “la peor sequía” que vive el país en al menos 40 años, indica Copernicus.

Por otra parte, también Norteamérica atraviesa por su peor estrés hídrico de los últimos 114 años.

De acuerdo con la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos (CILA) este fenómeno detonará la reducción de agua del Río Colorado entre los dos países durante 2023.

Esta comisión informó que como consecuencia de la terrible sequía la asignación de agua para México se reducirá en 86 millones de metros cúbicos (mm3); en este contexto, el país tendrá que contribuir con 42 mm3 de ahorro de agua recuperable bajo el Plan Binacional de Contingencia ante la Escasez de Agua.

Cambio climático

Los científicos consideran que la multiplicación de las olas de calor, los incendios forestales y las sequías son “consecuencia directa del calentamiento del planeta”.

El primero de esos fenómenos es pura física, señalan los especialistas: al calentarse, la atmósfera retiene más agua, 7% más por cada grado Celsius.

“Piense en una esponja gigantesca”, indica el climatólogo Daniel Swain, de la Universidad de California (UCLA) y de Nature Conservancy. “Absorbe más agua un terreno reseco, como una esponja, lo que explica por qué vemos sequías más fuertes en algunos sitios”, expresa.

Es así como las temperaturas más altas aceleran la evaporación, las plantas sedientas absorben más humedad y la reducción de las nevadas en el invierno limita el suministro de agua dulce disponible para riego durante el verano.

Antonio Benjamín Ordoñez Díaz, profesor investigador del Tec de Monterrey, explica a Vértigo que “la sequía también puede dar espacio a que comience la escasez de agua. El estrés hídrico es también uno de los elementos que permite medir qué tan intensa es esta anomalía climatológica”.

De acuerdo con el especialista en cambio climático, las altas temperaturas favorecen a la evaporación del agua y, con ello, la escasez de la misma. “Existen temperaturas elevadas, esto hace que el agua que está en charcos, ríos o en las vegetaciones se evapore: a esto se le conoce como evapotranspiración”, dice.

La escasez de agua y el estrés por calor también están reduciendo el rendimiento de los cultivos, siendo el maíz, el trigo y la soya los más afectados. Las lluvias recientes en agosto han ayudado a algunas regiones del planeta, pero las cosechas en otras zonas han sido golpeadas por tormentas eléctricas.

¿Qué hacer?

De acuerdo con Fernando J. González Villarreal, coordinador técnico de la Red Agua de la UNAM y director del centro regional de seguridad hídrica Unesco, las condiciones de cambio climático representan retos puntuales que afectan la disponibilidad del vital líquido y generan riesgos a las personas y comunidades.

“En el país estos escenarios de sequía se vivieron desde el año anterior en el Valle de México e Hidalgo, y los que se están presentando en el transcurso de este (año) en el norte en ciudades como Monterrey y los estados de Baja California, Chihuahua y Sonora, lo que deja ver con claridad una tendencia que se está convirtiendo ya en una constante año con año”, indicó durante la presentación del estudio Perspectivas del agua en México: propuestas hacia la seguridad hídrica.

“La agricultura es el uso del agua que tiene los mayores volúmenes concesionados en todas las regiones hidrológico-administrativas”, señala el documento. En este sentido el análisis propone que al hacer más eficientes los sistemas de riego y reducir en 10% el volumen destinado a este uso, el volumen ahorrado podría destinarse al abasto de agua potable, pues representa la mitad de ese uso, o sería equivalente al uso destinado para fines industriales, incluidas las plantas termoeléctricas.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en México, 76% del agua concesionada se destina a usos agrícolas —agrícola, pecuario y acuacultura—; 15% al uso público urbano doméstico y otros usos conectados a las redes de agua potable; 5% al uso no doméstico autoabastecido —industria, comercio y servicios—; 4% a la generación de electricidad, excluida la hidroelectricidad.

Por otra parte, en el país las pérdidas por fugas superan 40% del volumen de agua que ingresa en la mayoría de los sistemas de agua potable. Además 60% de los cuerpos de agua presentan algún grado de contaminación y solo 50% del volumen recolectado en alcantarillado recibe tratamiento, esto sumando a que 71% del territorio nacional presenta altos grados de presión hídrica, en total son 106 municipios en el país los que presentan alta vulnerabilidad a sequías.

En este sentido el reporte propone como solución a la problemática, incrementar el ritmo en la construcción de infraestructura hídrica; impulsar la eficiencia de los sistemas de agua potable y saneamiento. De igual manera, invita a reducir el uso destinado al riego y establecer programas de reparación de fugas y adopción de tecnologías.

En el tema presupuestario, González Villarreal, director del centro regional de seguridad hídrica Unesco destacó que se requieren más recursos, estos actualmente provienen de dos fuentes: la primera, tarifas y derechos de conexión, y la segunda, subsidios.

“Necesitamos que la suma de los dos se eleve y pueda constituirse más allá del doble de lo que hoy tenemos para poder afrontar estas necesidades. Necesitamos diversificar también las fuentes para tener una participación más amplia y readecuar las tarifas para hacer sostenibles los servicios”, finalizó.