El último informe sobre el estado del clima en el planeta que elaboró y recién presentó la Organización Meteorológica Mundial (OMM) retrata un cambio climático “continuo e implacable” que promete no frenarse hasta cambiar radicalmente el mundo tal y como lo conocemos de no realizarse severos esfuerzos contra la contaminación ambiental.
Hacer frente a la crisis climática requiere una cooperación global sin precedente, así como un sentido compartido de urgencia y ambición: en ello coincidieron los más de 40 líderes mundiales que participaron el pasado jueves 22 y viernes 23 de abril en la Cumbre de Líderes Mundiales sobre Cambio Climático, que coincidió con el Día de la Tierra.
Por un planeta habitable
Como pocas veces en el ámbito internacional en esta cumbre virtual de dos días los jefes de Estado o de Gobierno participantes se declararon todos de acuerdo en que se requiere profundizar los recortes de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y reducir a la mitad la cantidad de vapores de carbón y petróleo.
Puntualizaron que a estas alturas del siglo XXI es un hecho que la humanidad aprendió al fin la lección de que solamente trabajando en conjunto, con solidaridad e intercambio de experiencias positivas, podrá revertirse el daño que durante décadas hemos causado a la naturaleza.
Realizar la reunión precisamente en estos momentos de crisis ambiental, recalcaron, debe servir para algo más que preservar el planeta: se trata de proveer un futuro mejor para todos.
Añadieron que si bien el mundo vive hoy un momento de peligro debido a los graves problemas que registra nuestro medio ambiente a nivel internacional, los seres humanos encaramos a la vez un tiempo de oportunidades para resolver esos conflictos y recuperar nuestros bosques, lagos, selvas, mares y biodiversidad en general a favor de generaciones futuras.
Al inaugurar el evento el presidente estadunidense, Joe Biden, advirtió a nombre de todos los participantes: “Los indicios son inconfundibles. La ciencia es innegable. El costo de la inacción sigue acumulándose”.
Por ello, agregó, hoy la cooperación y el multilateralismo son la única vía capaz de permitir al mundo ganar la batalla contra el cambio climático.
Al poner un ejemplo de voluntad política a favor del medio ambiente, Biden mismo se comprometió a impulsar una reducción de las emisiones estadunidenses de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de hasta 52% para 2030, medida que marca el regreso de esa nación a los esfuerzos climáticos mundiales luego de cuatro años de retirada bajo la administración de Donald Trump.
Trascendencia
Pero no fue el único que mostró que hoy el calentamiento global es sin duda una preocupación para todos: en la cumbre climática los principales países emisores de GEI se pronunciaron a favor de las nuevas tecnologías y de la reducción de emisiones. Y los ejemplos de cooperación sobraron.
El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, anunció que su país estableció un objetivo de 46% de reducción de estos gases.
Por su lado el premier de India, Narendra Modi, señaló que junto al presidente de Estados Unidos impulsan una agenda indo-estadunidense de clima y energía limpia para 2030 que movilizará inversiones, demostrará tecnologías limpias y permitirá la colaboración ecológica.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, llamó a la comunidad internacional a alcanzar la neutralidad climática en 2050 siguiendo los pasos de la Unión Europea (UE), que se ha marcado legalmente el objetivo para mitad de siglo de emitir solamente el CO2 (dióxido de carbono) que pueda absorber.
“Europa quiere ser el primer continente climáticamente neutral del mundo. Pero para salvar al planeta necesitamos a la comunidad internacional. Necesitamos que todas las grandes economías asuman sus responsabilidades”, declaró Von der Leyen.
En este sentido destacó en la cumbre la colaboración que se dijeron dispuestos a ofrecer el presidente ruso, Vladimir Putin; el líder chino, Xi Jinping, y el presidente brasileño Jair Bolsonaro, tres frecuentes adversarios de Estados Unidos y principales contribuyentes al cambio climático por medio de los combustibles fósiles o la deforestación.
Putin prometió una gran acción y “reducir significativamente el volumen acumulado de emisiones netas” en Rusia. Afirmó que “es obligatorio que logremos una cooperación internacional fuerte para lograr una reducción, buscar nuevas tecnologías para la mitigación y la adaptación” al cambio climático.
“El desarrollo no debe ser solamente verde: debe ser sustentable”, añadió el mandatario ruso.
En tanto Bolsonaro se comprometió a proteger a la selva amazónica, pero dio un plazo de diez años antes de terminar con la deforestación ilegal en esa selva tropical, la más grande y rica en biodiversidad del planeta.
Para Morgan Bazilian, experto en política energética internacional, un indicador del éxito real de la cumbre puede ser China. “La diplomacia entre Estados Unidos y el gobierno de Beijing en el periodo previo a la reunión climática de la ONU en París fue considerada en general como esencial para su éxito hace cinco años”, afirma.
Este año, dijo, “cuando el enviado presidencial para el clima, John Kerry, se reunió con su homólogo chino unos días antes de la cumbre del 22 de abril, una declaración conjunta para abordar la crisis climática concluyó con un acuerdo algo genérico para cooperar sobre el cambio climático y garantizar que el mundo cumpla con los objetivos de París”.
Tan es así que durante su participación el líder chino Xi Jinping prometió limitar las emisiones de carbón para “lograr el tope de las emisiones para 2030 y neutralidad en 2060. Nos comprometemos con el multilateralismo para trabajar sobre la base del derecho internacional”, agregó el mandatario, para quien “mejorar el medio ambiente es impulsar la productividad”.
De este modo naciones pertenecientes a organismos multilaterales tan importantes como el Grupo de los 20 (G-20), la Unión Europea (UE) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) coincidieron en destacar la urgencia de que la cooperación y el multilateralismo sean la base para combatir el cambio climático.
Sembrando vida
En su intervención el presidente Andrés Manuel López Obrador expuso las acciones que el gobierno de México impulsa para hacer frente a este fenómeno y revertir sus consecuencias.
López Obrador destacó la implementación del programa Sembrando vida, del que afirmó se trata de una experiencia exitosa que “posiblemente sea el esfuerzo más grande de reforestación en el mundo”.
El mandatario mexicano presentó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien convocó a esta cumbre virtual, una propuesta para ampliar esa iniciativa desde el sudeste de México hasta Honduras, El Salvador y Guatemala, con el propósito de controlar la migración a partir de oportunidades de trabajo.
López Obrador explicó que el proyecto consiste en sembrar tres mil millones de árboles y generar un millón 200 mil empleos. “Tomemos en cuenta que con cuatro millones de hectáreas de árboles se absorben 70 millones de toneladas de dióxido de carbono por año”, remarcó.
En su discurso ante la cumbre virtual el presidente de la República sostuvo que la migración ha contribuido históricamente a la configuración de las naciones, por lo que reafirmó su convicción de darle cauce al flujo migratorio desde el humanismo, el juicio práctico y la cooperación para el desarrollo.
“Como lo sabemos todos, el fenómeno migratorio no se resuelve con medidas coercitivas sino con justicia y bienestar. Con migrantes, con esos seres excepcionales, se han hecho las grandes naciones. Es cosa de ordenar los flujos migratorios y darles cauce con humanismo y juicio práctico. Junto con el amor a la naturaleza y la responsabilidad de heredar a las nuevas generaciones un planeta habitable, debe también prevalecer la fraternidad universal”, subrayó.
De realizarse esta propuesta, señaló el jefe del Ejecutivo, México se compromete a asumir la responsabilidad económica y ayudar en la organización productiva y social para ejecutar el programa Sembrando vida. Estados Unidos apoyaría a financiarlo en Guatemala, Honduras y El Salvador.
Adicionalmente, indicó López Obrador, el gobierno estadunidense podría ofrecer a los beneficiarios la posibilidad de obtener una visa de trabajo temporal después de sembrar sus tierras durante tres años consecutivos; y luego de otros tres o cuatro años obtener la oportunidad de recibir la residencia en Estados Unidos o la doble nacionalidad.
El jefe del Ejecutivo puso así sobre la mesa un valor universal clave para salir adelante frente a la crisis climática: la fraternidad universal.
Detalles
Al detallar su propuesta el presidente informó que actualmente laboran en Sembrando vida 450 mil campesinos y campesinas, quienes reciben un salario de cinco mil pesos mensuales para plantar árboles frutales y maderables en sus tierras o parcelas.
Hasta el momento, agregó, se han sembrado 700 millones de plantas y la meta es cultivar mil millones para abarcar un millón de hectáreas.
El presupuesto anual asciende a 29 mil millones de pesos, equivalentes a cerca de mil 400 millones de dólares.
López Obrador expuso que aun cuando en México se han descubierto tres grandes yacimientos de hidrocarburos el petróleo se destinará a cubrir la demanda de combustibles del mercado interno y se acabará con la práctica de exportar petróleo crudo y comprar gasolinas. “De esta forma ayudaremos a evitar el uso excesivo de combustibles fósiles”, aseveró, objetivo que coincide con una de las premisas de la cumbre.
Asimismo, añadió, las plantas hidroeléctricas están en proceso de modernización para reducir el uso de combustóleo o carbón en la producción de electricidad.
“La energía que se produce con agua es limpia y barata. De ahí que hemos decidido cambiar turbinas antiguas por equipos modernos, lo cual nos permitirá aprovechar el agua de los embalses para producir más energía, sin construir nuevas presas y sin causar afectaciones”, acotó el mandatario.
En análisis a la propuesta del presidente mexicano altos funcionarios estadunidenses declararon: “Vemos valor en soluciones con base en la naturaleza. Si analizamos la agenda de cambio climático el tema de las reforestaciones es de muy alto valor”.
Contra el calentamiento global
En su más reciente informe la OMM presentó algunos indicadores del sistema climático, entre los que se incluyen las concentraciones de GEI, el incremento de las temperaturas terrestres o el aumento del nivel del mar, datos que según el secretario general de la ONU, António Guterres, muestran que “el cambio climático es una realidad” y que “se nos agota el tiempo para actuar”.
Esta agencia de la ONU lleva ya 28 años publicando sus evaluaciones anuales y la conclusión es tajante: las evidencias e impactos del calentamiento global se agolpan. Por ejemplo, 2020 estuvo entre los tres años más cálidos jamás registrados, recordó la OMM. Los otros dos fueron 2016 y 2019.
A pesar de los daños al clima los científicos afirman que aún se puede limitar el incremento de la temperatura global a 1.5 grados Celsius con respecto de los niveles preindustriales, pero ello requiere reducir las emisiones globales de GEI en 50% para finales de esta década y conseguir la neutralidad a mitad de siglo.
Y es que la temperatura global promedio en 2020, señaló el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, “se estableció en aproximadamente en 1.2 grados Celsius por encima del nivel preindustrial (1850-1900) y existe al menos 20% de posibilidades de que supere temporalmente los 1.5 grados para 2024”.
Para detener el calentamiento global a 1.5 grados Celsius, objetivo del Acuerdo Climático de París, se requerirá un esfuerzo global inmediato que pueda transformar los sistemas energéticos y hacer que las emisiones caigan en picada a tasas nunca antes observadas en la historia.
Ante el escaso margen de tiempo actuar de inmediato se vuelve una necesidad vital, y esa exigencia fue precisamente lo que se debatió el pasado 22 y 23 de abril durante la Cumbre de Líderes Mundiales sobre Cambio Climático convocada por Estados Unidos.
Financiamiento
Sin duda revertir la situación actual se perfila difícil ya que el modelo económico se ha vuelto adicto al CO2. Si en 1950 las emisiones de dióxido de carbono solo eran de cinco gigatoneladas, actualmente superan las 40 gigatoneladas.
Además al analizar el origen de esos gases la conclusión es que la culpa del calentamiento global está muy concentrada: por países, cuatro naciones o zonas económicas (China, Estados Unidos, Unión Europea e India) generan 70% de las emisiones; por fuentes energéticas, 80% de las mismas proceden del uso del carbón y del petróleo, y por sectores la industria y el transporte son responsables de 50% del total, revela un informe de Citigroup.
Consciente de ello el mandatario chino Xi Jinping indicó que los países desarrollados, responsables de mayores emisiones de carbono históricas, deberían asumir una mayor responsabilidad y ayudar a las naciones en desarrollo a financiar su transición a economías bajas en carbono. “Debemos estar comprometidos con el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas”, apuntó.
En concordancia el presidente Joe Biden comentó que Estados Unidos duplicará su ayuda a los países en desarrollo que enfrentan la crisis. “Con el fin de ayudarlos a alcanzar ese objetivo EU duplicará para 2024 nuestro financiamiento público para el clima de los países en desarrollo”, señaló.
“Las buenas ideas y las buenas intenciones no son lo suficientemente buenas. Necesitamos asegurarnos de que la financiación esté ahí”. añadió.
Biden afirmó que invertir en negocios ecológicos no es una sangría para la economía sino una oportunidad. Expresó que el cambio climático “es más que una amenaza” y presenta las mayores oportunidades para la creación de empleo en el futuro.
Indicó que la lucha contra el cambio climático requerirá la movilización de fondos a una escala sin precedente y adelantó que Washington anunciará en breve un plan internacional de financiamiento climático, que involucra no solo a los gobiernos sino también al sector privado.
Por su lado, durante su participación en la cumbre, el empresario Bill Gates afirmó que “el cambio climático es un problema muy complicado. La gran dificultad actual es que todas las fuentes energéticas que no emiten CO2 son más caras que sus alternativas con base en los combustibles fósiles”.
Por ello, explicó Gates, “necesitamos nuevos productos sin huella de carbono que sean tan asequibles como los productos contaminantes que tenemos ahora. Esto será difícil, pero podemos hacerlo. Para eso es necesaria una gran inversión”.
Y es que, como señala Bazilian, formalmente el nuevo objetivo de Estados Unidos es lo que se conoce en el Acuerdo Climático de París como una “contribución determinada a nivel nacional”.
De hecho, agrega, “es una promesa no vinculante para el resto del mundo. Más allá de las cifras principales, incluida la nueva promesa de reducir las emisiones en 50-52% para 2030 en comparación con los niveles de 2005, la promesa de Biden presta atención a la necesidad de adaptarse a los cambios climáticos que ya están en marcha y desarrollar la resiliencia”.
Recuperación verde
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) consideró que si se apuesta por una recuperación verde que incentive las formas de generar energía libres de dióxido de carbono los países podrían enderezar el rumbo y avanzar hacia el objetivo de ese pacto climático: que el incremento de la temperatura se quede dentro de los límites menos catastróficos posibles.
En concreto, el PNUMA juzga que una recuperación verde mundial podría hacer que se recortaran 25% las emisiones de GEI mundiales en 2030 respecto de lo que ocurrirá con las políticas actuales. Esto supondría que los países se situarían en la senda para cumplir una de las metas del Acuerdo de París, que cumplió ya cinco años: que el aumento de la temperatura se quede por debajo de los dos grados centígrados respecto del nivel preindustrial.
Pero para lograr la meta más ambiciosa del acuerdo —que el aumento no supere los 1.5 grados— todavía harían falta esfuerzos adicionales, afirma.
El PNUMA hace énfasis en señalar cómo los Estados pueden encaminarse por la buena senda climática si se apuesta por una recuperación verde, que implicaría priorizar “el apoyo directo a las tecnologías e infraestructuras de cero emisiones”, además de “la reducción de los subsidios a los combustibles fósiles”, el veto a nuevas plantas eléctricas alimentadas con carbón y soluciones con base en la naturaleza, como la reforestación a gran escala.
“Gastamos en los paquetes de estímulo un dinero que pagarán las siguientes generaciones”, subraya la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen. “Es algo bueno pero se van a prestar al sector industrial cantidades astronómicas y espero que esa financiación ayude a una transición verde”.
El problema es que de momento los principales países del mundo no han tomado claramente este camino. Un claro ejemplo son los integrantes del G-20, “que son responsables de 70% de las emisiones mundiales”, pero “en sus programas de recuperación han empleado hasta ahora 230 mil millones de dólares en estímulos para los combustibles fósiles y 150 mil millones en el sector de las renovables”, expresa Andersen.
Por ahora las cartas sobre la intención de esta cumbre climática ya están sobre la mesa y se espera que naciones, integrantes del sector público y privado, junto a la sociedad civil, puedan adaptar y apoyar el camino hacia la próxima gran cumbre del clima, la Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP26), que se celebrará entre el 1 y el 12 de noviembre en Glasgow.
Puntos de acuerdo EU-China para crisis climática
1. Estados Unidos y China están comprometidos a cooperar entre sí y con otros países para abordar la crisis climática con la seriedad y urgencia que exige. Esto incluye tanto mejorar sus respectivas acciones como cooperar en procesos multilaterales, incluida la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París.
2. En el futuro, EU y China están firmemente comprometidos a trabajar juntos y con otras partes para fortalecer la implementación del Acuerdo de París. Las dos partes recuerdan el objetivo del acuerdo de conformidad con el artículo 2 de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de los 2 grados y continuar los esfuerzos para limitarlo a 1.5 grados.
3. Ambos países comparten el objetivo de la cumbre de incrementar la ambición climática global en mitigación, adaptación y apoyo en el camino hacia la COP26 en Glasgow.
4. EU y China tomarán otras acciones a corto plazo para contribuir aún más a abordar la crisis climática.
5. Ambas naciones continuarán discutiendo, tanto en el camino hacia la COP26 como más allá, acciones concretas en la década de 2020 para reducir las emisiones destinadas a mantener al alcance el límite de temperatura alineado con el Acuerdo de París.
6. Las dos partes cooperarán para promover una COP26 exitosa en Glasgow con el objetivo de completar los acuerdos de implementación del Acuerdo de París y promover significativamente la ambición climática global en mitigación, adaptación y apoyo.
Fuente: Departamento de Estado de EU