CHICAGO, septiembre 8.- El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció el lunes el inicio de una nueva operación de inmigración en Chicago, generando confusión y ansiedad mientras la ciudad permanecía en alerta por una intervención federal que el presidente Donald Trump ha promocionado durante los días.
La nueva operación, que critica las llamadas leyes santuario de Chicago e Illinois, apunta a las personas que no cuentan con permiso legal para vivir en Estados Unidos y tienen antecedentes penales. El plan circuló en redes sociales con las fotos de 11 hombres nacidos en el extranjero que, según se decía, deberían ser deportados.
“Esta operación del ICE se centrará en los extranjeros ilegales con antecedentes penales que se congregaron en Chicago e Illinois porque sabían que el gobernador (JB) Pritzker y sus políticas de santuario los protegerían y les permitirían deambular libremente por las calles estadounidenses”, afirma un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).
Pritzker, quien ha mantenido un continuo debate con Trump durante días, criticó la medida. Él y el alcalde Brandon Johnson han defendido las leyes del santuario del estado y la ciudad que prohíben la coordinación entre la policía local y los agentes de inmigración. Han acusado al gobierno de Trump de usar tácticas intimidatorias, particularmente con los residentes latinos en la tercera ciudad más grande del país.
“Una vez más, esto no es para combatir el crimen. Eso requiere apoyo y coordinación, pero no hemos experimentado nada de eso en las últimas semanas”, dijo Pritzker en un comunicado. “En lugar de tomar medidas para trabajar con nosotros en la seguridad pública, la administración Trump se ha centrado en asustar a los habitantes de Illinois”.