Kiev, enero 30.- El gemido de las sirenas de ataque aéreo es un sonido común en Bélgorod, una ciudad fronteriza rusa cuyos residentes se sienten nerviosos tras el ataque ucraniano con misiles, ocurrido en el fin de semana de Año Nuevo, el cual produjo decenas de muertos y heridos.
Este mes, una gran explosión sacudió una enorme terminal de exportación de combustible en el Mar Báltico, al sureste de San Petersburgo, provocada por un dron ucraniano, lo que obligó a la empresa energética Novatek a suspender operaciones durante varios días.
La semana pasada, un aparente ataque con drones en el puerto de Tuapse, en el Mar Negro, en la región sureña Krasnodar, dañó una de las más grandes refinerías de Rusia y provocó un incendio, mientras que otra refinería de gran tamaño en la ciudad de Yaroslavl, en el río Volga, al norte de Moscú, fue atacada la mañana del lunes, sin provocar ningún daño, según las autoridades.
También se han producido ataques contra una fábrica de pólvora en la región de Tambov, y contra productores de armas e instalaciones militares en las regiones de Briansk, Smolensk y Tula.
Ataques como esos son un duro golpe contra los intentos del presidente Vladimir Putin de asegurar a los rusos que la vida en su país prácticamente no ha sido afectada por la guerra, que ya ha durado dos años.
“Ucrania ha aumentado su capacidad de contraatacar a Rusia”, dijo en un podcast reciente Michael Kofman, experto militar de la Fundación Carnegie.
“Vemos un aumento de los ataques ucranianos contra infraestructura fundamental Rusia, ataques en represalia contra ciudades como Bélgorod, y ataques mayores contra la base militar rusa en Crimea”, dijo.
Putin, que impulsa su campaña previa a la elección presidencial de marzo, desea mantener un ambiente de normalidad. Pero los ataques ucranianos han aumentado la visibilidad de la guerra en el territorio ruso, y existen otras señales de que el conflicto está complicando el estricto control de la escena política por parte del Kremlin.
Miles de personas en toda Rusia han firmado peticiones en apoyo a la improbable candidatura presidencial del político liberal Boris Nadezhdin, cuyo principal tema de campaña es el fin de la guerra. Las esposas de algunos soldados desplegados en una movilización parcial realizada en 2022 han presionado para que sean relevados. Y a pesar de una estricta prohibición de las protestas, cientos de personas se manifestaron en la provincia de Baskortostán, chocando con la policía, en contra del encarcelamiento de un activista local.
Sin duda, el ataque del 30 de diciembre contra Bélgorod constituyó una sangrienta escalada en la mente de muchos rusos. Una andanada de misiles cayó sobre la ciudad de 340.000 habitantes, ubicada a unos 40 kilómetros (25 millas) al este de la frontera con Ucrania, en un fin de semana feriado, cuando las personas estaban fuera de casa, haciendo compras, patinando sobre hielo y disfrutando las festividades de Año Nuevo. Las autoridades señalaron que 25 personas murieron, entre ellas cinco niños, y más de 100 resultaron heridas.