Sao Paulo, Brasil, 14 de agosto. Los abogados del expresidente brasileño Jair Bolsonaro negaron las acusaciones en su contra durante su defensa final en el juicio en el Supremo Tribunal, en que se le acusa de un intento de golpe de Estado y de querer permanecer en el poder tras perder las elecciones de 2022 ante el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Los abogados argumentaron el miércoles por la noche que no se había presentado evidencia sólida para demostrar que Bolsonaro actuó contra las instituciones democráticas de Brasil o incitó a otros a hacerlo, y señalaron que el hecho de que permitiera que la transición presidencial procediera contradice la acusación básica de que planeó frustrarla. “Esto es una evidencia que elimina lo más esencial de las premisas acusatorias”, manifestaron.
El expresidente y otros acusados debían presentar sus argumentos finales ayer miércoles. Es el último paso procesal antes de que concluya el juicio, lo cual se espera para finales de año.
Un panel de cinco jueces del Tribunal Supremo decidirá ahora si Bolsonaro y sus aliados son culpables. Si es condenado por intentar un golpe de Estado, Bolsonaro podría enfrentar hasta 12 años de prisión. Combinado con otros cargos, podría pasar décadas tras las rejas. Incluso si es condenado, Bolsonaro puede apelar la decisión ante el pleno del Tribunal Supremo.
El máximo tribunal electoral de Brasil ya inhabilitado al líder de extrema derecha para postularse a un cargo hasta 2030, dictaminando que abusó de su autoridad al socavar la confianza en el sistema electoral del país.
Bolsonaro ha estado bajo arresto domiciliario desde el 5 de agosto. El juez Alexandre de Moraes, quien supervisa el caso, señaló que Bolsonaro violó medidas cautelares al difundir contenido a través de sus tres hijos legisladores. La semana pasada, De Moraes suavizó las restricciones, permitiendo visitas familiares sin restricciones.
El caso ha captado la atención de Brasil y ha provocado una disputa comercial con Estados Unidos.
Bolsonaro ha recibido apoyo del presidente estadunidense Donald Trump, quien ha calificado la acusación como una “caza de brujas” y ha vinculado su decisión de imponer un arancel del 50% a las importaciones brasileñas con los problemas legales de Bolsonaro.