El Vaticano se prepara para anunciar al nuevo líder de la Iglesia católica luego de lo que se perfila como una elección histórica entre reforma y tradición.
La muerte del Papa Francisco el 20 de abril pasado abre una nueva etapa en la Iglesia católica, donde el pontificado destacó por una visión pastoral de atención a los pobres y apertura a las periferias: hoy en el cónclave en que se elegirá a su sucesor priva el debate entre quienes se pronuncian por preservar ese camino y aquellos que se inclinan por volver a ciertas políticas más conservadoras del Vaticano.
El proceso del cónclave se realiza en la Capilla Sixtina bajo estricto hermetismo. Solo participan los cardenales menores de 80 años. Tras la misa Pro eligendo Summo Pontifice se suceden las votaciones hasta que un candidato alcanza los dos tercios necesarios. El resultado se anuncia con humo blanco, símbolo de que hay nuevo Papa.
Este rito milenario es uno de los momentos más solemnes del catolicismo. Instituido formalmente en 1274 por Gregorio X, el cónclave mezcla tradición, espiritualidad y normas precisas. Su nombre proviene del latín cum clave(“con llave”), en referencia al aislamiento al que se someten los cardenales.
Aunque en teoría cualquier varón católico bautizado puede ser elegido, en la práctica siempre se escoge a un cardenal. Los papables suelen tener experiencia pastoral o en la Curia, reconocimiento internacional y sólida formación teológica.
Francisco nombró a casi tres cuartas partes de los actuales 135 electores, lo que ha diversificado el mapa del Colegio Cardenalicio. Hoy América Latina, África y Asia tienen un peso sin precedentes, lo que influye en el perfil de los posibles sucesores.
El cónclave no solo elige a un líder religioso sino que define el rumbo espiritual, político y cultural de la Iglesia en un mundo en transformación.
Corrientes
El Colegio Cardenalicio actual refleja una pluralidad de sensibilidades dentro del catolicismo, herencia directa del proceso de internacionalización iniciado por Juan Pablo II y Benedicto XVI, y profundizado por Francisco. De los 135 cardenales electores actuales, las tendencias ideológicas se agrupan aproximadamente de la siguiente manera.
Progresistas (15) Abogan por una Iglesia inclusiva y en evolución doctrinal. Son favorables a revisar el celibato sacerdotal, avanzar hacia una mayor apertura a la comunidad LGBTQ+, ordenar mujeres como diaconisas o incluso sacerdotes. Aunque su número es reducido, tienen fuerte presencia mediática y apoyo de sectores eclesiales de Europa Occidental.

Pietro Parolin.

Pierbattista Pizzaballa.
Bergoglianos (53) Conforman el bloque más numeroso. Siguen la visión de Francisco: una Iglesia con vocación social, abierta al migrante, defensora del medio ambiente, dialogante con otras culturas y religiones. No buscan romper con la tradición, pero sí flexibilizar posturas y priorizar la praxis pastoral sobre el rigor doctrinal.
Periféricos (37) Cardenales originarios de África, Asia y América Latina. Aunque cercanos a la sensibilidad franciscana en lo social, son firmemente conservadores en lo moral: rechazan la ideología de género, el aborto y defienden la familia tradicional. Su visión combina una crítica al capitalismo global con una teología anclada en valores tradicionales.
Conservadores (25) Representan la continuidad doctrinal. Valoran la ortodoxia, el magisterio clásico, la teología sólida. Suelen mostrarse críticos de los “experimentos pastorales” del pontificado de Francisco y buscan preservar la unidad doctrinal ante lo que consideran riesgos de ambigüedad.
Tradicionalistas (5) La fracción más pequeña, pero ideológicamente muy clara. Críticos de las reformas litúrgicas posVaticano II, defensores de la misa tridentina y opositores del enfoque pastoral de Francisco. Ven la tradición como bastión de identidad ante una modernidad líquida.
Candidatos
La muerte del Papa Francisco marca un momento clave para la Iglesia católica. Su pontificado, centrado en los pobres, el medio ambiente y una pastoral de cercanía, dejó una profunda huella en Roma y el mundo. Con la sede vacante, 135 cardenales menores de 80 años se preparan para elegir a su sucesor en el cónclave.

Péter Erdo.

Reinhard Marx.

Luis Antonio Tagle.
Francisco designó a casi tres cuartas partes de los electores, lo que modificó el equilibrio interno del Colegio Cardenalicio. Esto favorece el perfil de pastores con experiencia en contextos complejos, más que figuras burocráticas.
Entre los nombres que suenan con más fuerza para sucederlo, destacan los siguientes.
Cardenal Matteo Zuppi (Italia, 69 años) Arzobispo de Bolonia y actual presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Es cercano al movimiento Comunidad de San Egidio, conocido por su trabajo en mediación de paz y atención a los más vulnerables. Zuppi representa una Iglesia en salida, como predicaba Francisco, pero con un carisma cálido, popular y pastoral. Su estilo es cercano al pueblo y ha sido clave en iniciativas de diálogo social en Italia. Si la Iglesia desea reforzar su dimensión pastoral sin renunciar a la tradición, Zuppi podría ser el indicado.
Cardenal Pietro Parolin (Italia, 70 años) Secretario de Estado del Vaticano desde 2013, es una figura central en la diplomacia vaticana. Su perfil es técnico, moderado y muy respetado dentro y fuera de la Iglesia. Tiene una extensa experiencia en relaciones internacionales y ha sido una figura clave en negociaciones delicadas, como las relaciones con China. Para los expertos, Parolin encarna una continuidad institucional con Francisco, pero con mayor inclinación hacia el equilibrio interno entre distintas sensibilidades doctrinales.
Cardenal Pierbattista Pizzaballa (Italia, 60 años) Patriarca latino de Jerusalén, su experiencia en el corazón de Tierra Santa lo convierte en un candidato con profundo conocimiento del diálogo interreligioso. Es joven, comparado con otros papables, y su perfil mezcla sensibilidad pastoral, firmeza doctrinal y visión global. Pizzaballa podría representar una apuesta por una Iglesia con vocación ecuménica, capaz de tender puentes en una región constantemente en conflicto.

Jean-Claude Hollerich.

Wilton Gregory.

Peter Turkson.
Cardenal Péter Erdo (Hungría, 72 años) Teólogo brillante y arzobispo de Esztergom-Budapest, Erdo representa a la corriente más conservadora y doctrinalmente firme. Su candidatura podría atraer a quienes buscan un regreso a una mayor claridad doctrinal y orden en la liturgia. Es visto como una figura de equilibrio entre la tradición y una cierta modernidad eclesial centroeuropea.
Cardenal Reinhard Marx (Alemania, 71 años) Arzobispo de Múnich y Freising, fue elegido por Francisco como asesor clave en 2013. Posteriormente, Marx fue nombrado para encabezar el consejo que supervisó las finanzas del Vaticano durante la implementación de reformas y un ajuste para cuidar gastos.
Cardenal Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años) Considerado el “Francisco de Asia”, es uno de los rostros más reconocidos del catolicismo en Oriente. Fue arzobispo de Manila y actualmente es prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Tagle es carismático, profundamente espiritual y una voz cercana a los jóvenes y los pobres.
Cardenal Jean-Claude Hollerich (Luxemburgo, 66 años) Arzobispo de Luxemburgo y relator general del Sínodo sobre la Sinodalidad, es uno de los representantes más notorios del ala reformista. Hollerich ha apoyado posiciones de escucha hacia la comunidad LGBTQ+, la revisión del celibato sacerdotal y una Iglesia más descentralizada.
Cardenal Wilton Gregory (Estados Unidos, 77 años) Arzobispo de Washington y primer cardenal afroamericano, Gregory ha ganado visibilidad como una figura de diálogo en un país profundamente polarizado. Aunque su perfil no es tradicionalmente papable, su elección enviaría una señal potente sobre la inclusión y diversidad racial dentro de la Iglesia.
Cardenal Peter Turkson (Ghana, 75 años) Teólogo africano de proyección internacional, ha ocupado cargos clave como presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz y prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Turkson es admirado por su defensa de la justicia social y su discurso sobre el cambio climático y la desigualdad.

Robert Sarah.

Raymond Leo Burke.

Gerhard Ludwig Müller.
El ala conservadora
En contraposición a los candidatos de perfil progresista o moderado, también existen nombres que representan una visión más tradicionalista de la Iglesia. Aunque menos probable su elección, su influencia en el cónclave es significativa.
En el ala conservadora, figuran los siguientes.
Cardenal Robert Sarah (Guinea, 79 años) Conservador firme, fue prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Defensor del silencio, la oración y la liturgia tradicional, Sarah ha sido crítico con algunos aspectos del pontificado de Francisco. Representa una vuelta al orden doctrinal y tiene apoyo entre sectores que consideran que la Iglesia se ha alejado de sus raíces.
Cardenal Raymond Leo Burke (Estados Unidos, 76 años) Figura controvertida dentro del Colegio Cardenalicio, Burke ha sido abiertamente crítico con el rumbo de la Iglesia bajo Francisco. Si bien sus posibilidades reales son escasas, representa a un sector importante del catolicismo norteamericano conservador.
Cardenal Gerhard Ludwig Müller (Alemania, 77 años) Teólogo de renombre y exprefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Aunque menos mediático, Müller es una figura con peso doctrinal y defensor de la ortodoxia teológica.
Rumbo
El próximo cónclave no solo será una elección personal sino también ideológica. En juego están dos visiones de Iglesia: una más centrada en la identidad doctrinal, la liturgia y la tradición; y otra más abierta a la inclusión, la escucha y el discernimiento comunitario. Mientras cardenales como Raymond Burke o Gerhard Müller defienden una vuelta a los “fundamentos”, muchos de los nuevos cardenales buscan una Iglesia más misionera y menos autorreferencial.
En la historia de los cónclaves no han sido raras las sorpresas. Francisco mismo fue un “tapado” en 2013; y en otras ocasiones, candidatos considerados papables no llegaron a reunir el consenso necesario. La búsqueda de un “hombre de síntesis” que pueda unir a las distintas sensibilidades del colegio podría abrir la puerta a candidatos menos visibles, pero con gran capacidad de articulación.
El próximo Papa heredará una Iglesia en transformación: con crisis de abusos, desafíos pastorales en una sociedad secularizada, crecimiento en el sur global y tensiones internas sobre moral sexual, gobernanza y ministerios. Más allá del nombre que salga de la Capilla Sixtina, el nuevo Pontífice será quien defina el rumbo del catolicismo para el siglo XXI.
Factores determinantes en la elección
Expertos en teología indican que el próximo cónclave se desarrollará bajo una serie de tensiones clave que marcarán el perfil del nuevo pontífice.
Continuidad o ruptura ¿Debe el nuevo Papa proseguir con las reformas de Francisco o reorientar la Iglesia hacia una línea más conservadora?
Geografía y globalización Con el crecimiento del catolicismo en Asia y África, ¿es hora de un Papa no europeo?
Estilo pastoral o académico ¿Se necesita un pastor cercano o un teólogo institucional?
Edad y duración del pontificado Un Papa joven podría garantizar continuidad a largo plazo; uno mayor, un pontificado de transición.
“Este rito milenario es uno de los momentos más solemnes del catolicismo”.
¿Cuántos cardenales participan en el cónclave?
El Colegio Cardenalicio está compuesto por 252 cardenales, de los cuales 135 tienen derecho a voto en el cónclave —porque tienen menos de 80 años— y 117 son no electores —tienen 80 o más años.
Del total de los 252 cardenales actuales la distribución según el Papa que los nombró es la siguiente: Francisco, 149; Benedicto XVI, 62; y Juan Pablo II, 41.
A falta de la confirmación oficial del listado definitivo, hoy en día van a participar en el cónclave 133 cardenales, ya que del total de electores dos han anunciado que no irán por motivos de salud: el español Antonio Cañizares y el bosnio Vinko Puljić.
Fuente: El Vaticano
¿De qué países proceden los cardenales?
El Colegio Cardenalicio se aleja de la visión eurocéntrica y occidental de los últimos siglos; desde que Francisco fue Papa ha ido adquiriendo una dimensión cada vez más periférica. Actualmente hay cardenales de 94 países de los cinco continentes. Aunque el Vaticano distribuye a los cardenales no por continentes, sino por regiones. El recuento actual es así:
Europa, 114; Asia, 37; Sudamérica, 32; África, 29; América del Norte, 28; América Central, ocho; y Oceanía, cuatro.
Fuente: El Vaticano