Cardenales ingresan a la Capilla Sixtina para iniciar el cónclave

133 prelados elegirán al nuevo papa

Cardenales en la última misa previa al cónclave.
Foto: AP
Redacción
Internacional
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Ciudad del Vaticano, 7 de mayo. Con todo el boato, el drama y la solemnidad que la Iglesia católica puede desplegar, 133 cardenales comenzaron este miércoles el ritual secreto y centenario para elegir a un sucesor del papa Francisco, dando inicio al cónclave más geográficamente diverso en los dos mil años de historia de la fe.

Los cardenales ingresaron de dos en dos a la Capilla Sixtina entonando la meditativa “Letanía de los Santos” mientras una fila de guardias suizos se mantenía en posición de atención. El himno, y el que le siguió, imploran a los santos y al Espíritu Santo que ayuden a los cardenales a encontrar un nuevo líder para la Iglesia Católica, que cuenta con mil 400 millones de fieles.

El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado durante el reinado de Francisco y un fuerte candidato a sucederlo como papa, encabezó el proceso como el cardenal de mayor edad, pero menor de 80 años, elegible para participar en el cónclave.

Hablando en latín, Parolin se situó ante la obra maestra de Miguel Ángel “El Juicio Final” y dirigió a los cardenales en un extenso juramento. Cada uno lo siguió, colocando su mano sobre el Evangelio y prometiendo mantener el máximo secreto.

Procedentes de 70 países, los cardenales se aislaron del mundo exterior, entregaron sus celulares y se bloqueó la cobertura alrededor del Vaticano para evitar que puedan comunicarse hasta que encuentren un nuevo líder para la institución.

Francisco nombró a 108 de los 133 “príncipes de la Iglesia”, eligiendo a muchos religiosos a su imagen y semejanza de países tan lejanos como Mongolia, Suecia y Tonga, que nunca antes habían tenido representación cardenalicia.

Su decisión de superar el límite habitual de 120 cardenales electores e incluir a más jóvenes del llamado “sur global” —aquellos países a menudo marginados y con menos poder económico— ha inyectado un grado inusual de incertidumbre en un proceso que siempre está rodeado de misterio y suspenso, con señales de humo que indicarán al mundo si se ha elegido un papa o no.

Muchos no se conocían hasta la semana pasada y lamentaron no haber tenido más tiempo para hacerlo, lo que plantea dudas acerca de cuánto tiempo podría tardar un religioso en asegurar la mayoría de dos tercios, u 89 votos, necesarios para convertirse en el 267 pontífice.

“Esperar y ver, un poco de paciencia, esperar y ver”, expresó el cardenal Mario Zenari, embajador del Vaticano en Siria.

Una misa final y después “Todos fuera”

En las primeras horas del día, el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, presidió una misa matutina en la basílica de San Pedro, donde instó a los votantes a dejar de lado los intereses personales y encontrar un papa que valore la unidad. El mundo de hoy necesita un líder que pueda despertar conciencias, dijo.

“Oremos para que Dios conceda a la Iglesia un papa que sepa cómo despertar mejor las conciencias de todos y las energías morales y espirituales en la sociedad actual ", dijo Re.

La majestuosidad de los frescos de la capilla, y en particular los de Miguel Ángel, busca recordar a los cardenales la gran responsabilidad que tienen por delante. En su normativa para el cónclave, san Juan Pablo II escribió que, en la Capilla Sixtina, “todo es propicio para una conciencia de la presencia de Dios”.

Después de que los cardenales presten sus juramentos, un veterano cardenal ofrecerá una meditación. El maestro de ceremonias litúrgicas papales, el arzobispo Diego Ravelli, pronunciará la frase en latín “extra omnes”, o “todos fuera”. Quienes no tienen derecho a voto se retirarán entonces y las puertas de la capilla se cerrarán para que empiece el trabajo.

Los cardenales no tienen que realizar una primera votación el miércoles, aunque se espera que lo hagan. Suponiendo que no haya acuerdo, el Vaticano indicó que podría esperarse que el humo negro salga de la chimenea instalada sobre la Capilla Sixtina alrededor de las siete de la tarde.

Los cardenales se retirarán a descansar y regresarán el jueves por la mañana. Puede haber hasta dos votaciones en la mañana y otras dos en la tarde hasta que se encuentre un ganador.

Aunque los cardenales expresaron esta semana que esperaban un cónclave corto, es probable que haya al menos algunas rondas de votación. Durante el último siglo, se han necesitado entre tres y 14 votaciones para encontrar papa. Juan Pablo I —quien gobernó la Iglesia durante 33 días en 1978— fue elegido a la cuarta. Para dar con sucesor, san Juan Pablo II, se necesitaron ocho rondas. Francisco salió en la quinta en 2013.

Cabildeo previo al cónclave

Aunque se supone que los cardenales deben resistir cualquier influencia “secular” en su elección, el cabildeo ha abundado en Roma en los últimos días, y varios grupos les han recordado lo que los católicos de a pie quieren en un líder.

Los jóvenes católicos escribieron una carta abierta recordando a los prelados que no hay Iglesia sin jóvenes, mujeres y laicos. La prensa católica conservadora les hizo llegar copias de un libro en papel satinado con sus valoraciones de los aspirantes. Los sobrevivientes de abusos sexuales por parte del clero advirtieron a los cardenales que se les hará rendir cuentas si no encuentran un líder que tome medidas enérgicas contra décadas de agresiones y encubrimiento.

Los defensores de la ordenación de mujeres enviaron señales de humo rosa sobre el Vaticano para exigir que se permita que sean sacerdotes, para que también puedan votar en un cónclave.

Hasta la Casa Blanca se ha involucrado, publicando una foto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vestido de papa. El mandatario afirmó que se trataba de una broma, pero el gesto fue criticado por el ex primer ministro italiano Romano Prodi como una interferencia política “indecente” en asuntos de fe que recordaba a tiempos en que los gobernantes laicos solían usar la religión para mantenerse en el poder.

Desafíos para un nuevo papa

El nuevo pontífice enfrentará una serie de retos que pesan sobre los cardenales, sobre todo, si se debe continuar y consolidar el legado progresista de Francisco en la promoción del papel de las mujeres en la institución, la aceptación de la comunidad LGBTQ+, el medio ambiente y los migrantes, o retroceder para intentar unificar una Iglesia que se ha polarizado durante su pontificado. El escándalo de los abusos sexuales cometidos por el clero se cernió sobre las conversaciones previas al cónclave.

Dado que Francisco eligió al 80% de los votantes, es probable que haya continuidad, pero la forma que podría tomar es incierta.

Como resultado, identificar a los favoritos ha sido todo un desafío. Pero algunos nombres siguen apareciendo en las listas de “papables”, es decir, cardenales que reúnen las cualidades para el cargo.

— El cardenal Pietro Parolin, de 70 años, es un italiano que destaca por la naturaleza de su cargo: fue secretario de Estado de Francisco, el número dos del Vaticano, y es uno de los principales contendientes.

— El cardenal filipino Luis Tagle, de 67 años, es uno de los principales candidatos a convertirse en el primer papa asiático de la historia. Desempeñó un cargo también destacado al frente de la oficina de evangelización de la Santa Sede, responsable de la Iglesia católica en gran parte del mundo en desarrollo.

— El cardenal húngaro Peter Erdo, de 72 años, es arzobispo de Budapest y el candidato más destacado del ala más conservadora de la institución.

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