SANTIAGO, noviembre 16.- Preocupados por la inseguridad y la migración irregular, los chilenos acudían el domingo a las urnas para elegir presidente para los próximos cuatro años en unos comicios en los que por primera vez el voto es obligatorio y que están marcados por una fuerte polarización entre la izquierda y la derecha.
También se renovará la totalidad de la Cámara de Diputados, compuesta por 155 legisladores, y se elegirán 23 senadores en siete de las 16 regiones del país.
Con pequeñas colas en algunos lugares de sufragio, la votación se desarrolló de forma apacible. Entre los frecuentes, algunos acudían con ropas de ejercicio antes de su carrera matinal, otros en sillas de ruedas o apoyados por bastones. Otros, iban acompañados de sus perritos o niños.
El voto es obligatorio en esta jornada después de la promulgación de una ley en 2022 que, además, estipula multas de hasta 100 dólares para quienes se ausenten de la votación. Anteriormente el sufragio sólo era obligatorio para los electores que se hubieran registrado previamente.
“A mi no me hace problema el voto obligatorio porque siempre voto”, dijo a The Associated Press la corredora de seguros Aura Ruíz, de 54 años.”Es lo mínimo que uno debe hacer para ejercer algún derecho”.
El saliente presidente Gabriel Boric fue uno de los primeros en sufragar y acudió acompañado de Violeta, su hija nacida el pasado junio. Se detuvo a saludar y sacarse fotos con algunos simpatizantes que lo esperaban en un colegio de Punta Arenas, en el extremo sur de Chile.

