Jartum, Sudán, a 16 de abril. El ejército sudanés y un poderoso grupo paramilitar se enfrentaban el domingo por segundo día por el control del país, un reflejo de que no estaban dispuestos a poner fin a las hostilidades pese a la creciente presión diplomática.
Fuertes combates en los que participaban vehículos blindados, ametralladoras montadas en camiones y aviones de guerra se produjeron el domingo en la capital Jartum y en otros puntos del país. Se calcula que hay miles de combatientes de cada rival solamente en la capital.
Al menos 61 civiles han muerto y al parecer decenas de combatientes han fallecido, según el Sindicato de Médicos de Sudán. El grupo también reportó de 670 heridos entre civiles y combatientes.
Los enfrentamientos son parte de una lucha de poder entre el general Abdel-Fattah Burhan, comandante de las fuerzas armadas, y el general Mohammed Hamdan Dagalo, líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés). Antes, ambos eran aliados y orquestaron un golpe militar en octubre de 2021 que descarriló la breve transición de Sudán a la democracia.
Los combates seguían a meses de tensiones sobre cómo deben integrarse las RSF en las fuerzas armadas y qué autoridad debe supervisar el proceso. La fusión es una condición clave del acuerdo de transición con fuerzas políticas, que aún no se ha firmado.
En los últimos meses, las negociaciones respaldadas internacionalmente revivieron las esperanzas de tal transición, pero las crecientes tensiones entre Burhan y Dagalo finalmente retrasaron un acuerdo con los partidos políticos.
En Jartum y Omdurman se reportaron enfrentamientos en torno al cuartel general del ejército, el Aeropuerto Internacional de Jartum y sedes de la televisora estatal. Un mando militar dijo que combatientes de las RSF se enfrentaron a soldados en cuarteles el domingo de madrugada y que se registró un incendio en un recinto para tropas de tierra.
“Las batallas no se han detenido”, dijo la destacada activista de derechos Tahani Abass desde su casa familiar, cerca del cuartel. “Se disparan entre sí en las calles. Es una guerra abierta en zonas residenciales”.
Abass dijo que su familia había pasado la noche refugiada en la planta baja de la vivienda. “Nadie pudo dormir y los niños lloraban y gritaban con cada explosión”, dijo.
Cazas militares también atacaron bases de las RSF por toda la capital.
Tanto el ejército como las RSF dijeron tener el control de lugares estratégicos de Jartum y otros puntos del país. No era posible verificar sus afirmaciones de forma independiente.
Ambas partes indicaron el sábado por la noche que no estaban dispuestas a negociar.
El ejército pide desmantelar a las RSF, que describió como una “milicia rebelde”. Mientras, Dagalo dijo a la televisora por satélite Al Arabyia que descartaba negociar y pidió a Burhan que se rindiera.
Entre tanto, la presión diplomática parecía ir en aumento.
Diplomáticos de alto nivel como el secretario de Estado de Estados Unidos, el secretario general de Naciones Unidas, el jefe de política exterior de la Unión Europea, el líder de la Liga Árabe y el jefe de la Comisión de la Unión Africana instaron a los dos bandos a detener la violencia. Miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, enfrentados en otras crisis en el mundo, pidieron el fin inmediato de las hostilidades y el regreso a las conversaciones.