Una vez pasado el famoso Supermartes numerosos analistas dan por hecho que Donald Trump será el próximo presidente de Estados Unidos. Ciertamente podemos dar por hecho que volverá a ser el candidato presidencial del Partido Republicano, pero no está escrito sobre piedra que regresará a la Casa Blanca.
Unos y otros apuntan a las encuestas, donde se nota una ligera ventaja de Trump sobre Joe Biden, y al hecho continuamente destacado por los medios sobre la edad avanzada del actual presidente.
Por mi parte, desconfío de los consensos entre analistas. Esta semana se publicó en la revista The New Yorker una pieza periodística magistral del ganador del Premio Pulitzer Evan Osnos. Es un ensayo a caballo entre el reportaje, la crónica y el análisis político titulado Joe Biden’s Last Campaign, en el cual Osnos recuerda a sus lectores que en 2020 los mismos analistas decían que el triunfo en la campaña presidencial de Biden era imposible. Posteriormente, esos analistas también pronosticaron que el Partido Republicano arrasaría en las elecciones intermedias de 2022, sepultando la presidencia de Biden. No fue así en ninguno de los dos casos. ¿Por qué creerles ahora?
Osnos sostiene que después de entrevistarse recientemente con Biden, él lo percibe dotado de plena lucidez y optimista respecto de sus posibilidades de victoria en la elección presidencial de este año.
Y es que los resultados de su gobierno en términos económicos, sociales y de seguridad pública son dignos de presumirse. No obstante, por algún motivo esto no se refleja de manera contundente en las encuestas. Osnos lo explica a partir de la percepción de fracaso en cuestiones internacionales que muchos electores y medios de comunicación le atribuyen a Biden: el retiro de tropas de Afganistán, la interminable guerra en Ucrania y ahora la guerra en Oriente Medio, en particular la crisis prevaleciente en Gaza. Sobre esto último, Osnos considera que lo más grave y aquello potencialmente más perjudicial para Biden es la pérdida de los electores musulmanes-norteamericanos como consecuencia de su respaldo incondicional a Israel. Parece entonces que nos quedamos en las mismas. ¿Ganará Trump o Biden?
Estrategia
Mi apreciación es que Biden se parece al general Kutúzov, inmortalizado por Tolstoi en Guerra y Paz. No era un hombre carismático ni el favorito de los círculos políticos en Rusia. Ni siquiera fue la figura preferida de los técnicos especialistas en la guerra. Cuando quedó al mando de las tropas rusas ante la invasión napoleónica, todos desconfiaron de su estrategia de retiradas estratégicas. No obstante, esas retiradas agotaron al ejército napoleónico, exhausto ante el frío inclemente de Rusia y la falta de provisiones.
Eventualmente esa marcha permanente sin enfrentar al enemigo condujo a los franceses a la derrota. Rusia ganó y todos tuvieron que darle la razón al general Kutúzov, quien con modestia, discreción y sin una propuesta de confrontación abierta logró llevar a su país a la victoria.
Me da la impresión de que Biden tiene una estrategia electoral similar y aunque no es el favorito de los círculos políticos y todos temen su fracaso, él mantiene una posición similar a la del general Kutúzov. Lo sabremos pronto.