Tokio, Japón — Este domingo, los ciudadanos japoneses acudieron a las urnas para renovar la mitad de los escaños de la Cámara Alta del parlamento, en una elección clave que podría debilitar aún más al primer ministro Shigeru Ishiba y a su coalición gobernante.
El Partido Liberal Democrático (LDP) y su aliado Komeito necesitan asegurar al menos 50 escaños para mantener la mayoría simple junto a los 75 que ya poseen. Sin embargo, encuestas anticipan un retroceso importante, reflejo del malestar ciudadano ante el alza de precios, salarios estancados y problemas en el sistema de seguridad social.
La votación se da en un contexto marcado por el ascenso de partidos populistas como Sanseito, con un discurso nacionalista y antiinmigrante que ha generado alarma entre activistas y residentes extranjeros. A pesar del desgaste del oficialismo, la oposición permanece fragmentada.
Un mal resultado para Ishiba no provocaría un cambio inmediato de gobierno, pero intensificaría las presiones internas en su partido para que renuncie o busque nuevos aliados.
Los primeros resultados se esperan esta misma noche.