Bogotá, Colombia, 15 de octubre de 20205. — La Organización de las Naciones Unidas advirtió que la contaminación por mercurio derivada de la minería ilegal de oro en la cuenca del río Atrato en Colombia ha creado una “grave y continua crisis de derechos humanos”, poniendo en riesgo la salud y la supervivencia de las comunidades indígenas y afrodescendientes que dependen del río para su alimentación, agua y cultura.
En una carta publicada el martes, tres relatores especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU expresaron al gobierno colombiano su preocupación por el cumplimiento insuficiente de un fallo de 2016 emitido por la Corte Constitucional donde se reconoció al río Atrato como una entidad legal con derecho a protección y restauración.
“Han pasado diez años y hemos visto que la implementación y el cumplimiento de los términos de esa decisión han sido insuficientes”, declaró Marcos Orellana, el relator especial de la ONU sobre tóxicos y derechos humanos. “Una gran parte del problema se origina en la presencia del crimen organizado: contrabando de mercurio, contrabando de oro y corrupción en las fuerzas militares y policiales”.
El río Atrato, una de las mayores vías fluviales de Colombia, serpentea casi 805 kilómetros (500 millas) desde los Andes occidentales hasta el mar Caribe a través de las exuberantes selvas del Chocó, una de las regiones con mayor biodiversidad, pero también con mayor pobreza del país. Es hogar de comunidades predominantemente afrocolombianas e indígenas que dependen de la pesca y la agricultura a pequeña escala, medios de vida que ahora están amenazados por la contaminación.
La minería ilegal de oro es uno de los principales impulsores de la deforestación y la contaminación en muchas de las regiones amazónicas de América Latina. Los crecientes precios del metal y los débiles sistemas de trazabilidad han alimentado la demanda de oro extraído ilícitamente que a menudo se infiltra en las cadenas de suministro globales. El mercurio utilizado para extraer oro ha devastado la vida silvestre, incluidos los delfines de río y los peces, y ha contaminado las fuentes de alimento de las comunidades indígenas en áreas remotas de Amazonía.