Ozzy Osbourne muere a los 76 años

El lider de la banda de heavy metal falleció rodeado de su familia

Ozzy Osbourne
Foto: AP
Internacional
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Ozzy Osbourne, mejor conocido como el “Príncipe de las Tinieblas” por haber sido el vocalista de la banda pionera del heavy metal Black Sabbath, murió a los 76 años.

La noticia fue confirmada por la cadena británica Sky News, citando un comunicado familiar.

“Con más tristeza que las palabras pueden expresar tenemos que informar que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”.

Hasta siempre

Los últimos años para Ozzy no fueron fáciles. El músico sufrió una serie de problemas de salud, relacionados con lesiones en el cuello provocadas por un accidente de quad en 2003, que empeoraron tras una caída en 2019, solo para diagnosticarle más tarde, en ese mismo año, la enfermedad de Parkinson.

Con todo y sus problemas de salud, Osbourne se mantuvo activo hasta bien entrados los setenta años.

En 2013 se reunió con sus compañeros de Black Sabbath para grabar el álbum Never Say Die!, y en 2022, sacó su último disco en solitario Patient Zero, donde colaboró con estrellas como Eric Clapton, Taylor Hawkins, el fallecido Jeff Beck y el baterista de Foo Fighters.

Pero no es necesario ir tan lejos. Hace apenas unos días, Ozzy Osbourne dio el último show de su carrera en el escenario de Back to the beginning, en Birmingham, Inglaterra, su ciudad natal.

Sentado —en medio del escenario debido a su enfermedad— interpretó clásicos como “Crazy Train”, “Mr. Crowley” y “Mama I’m Comming Home”, siendo este uno de los momentos más emotivos del concierto.

Ícono

Ya sea vestido de negro o con el torso desnudo, el cantante a menudo era blanco de críticas de grupos de padres por su imagen, y una vez causó un escándalo al morder la cabeza de un murciélago. Esa imagen contrastaría años después, cuando se revelaría como un padre torpe y dulce en el programa de telerrealidad “The Osbournes”.

El álbum debut homónimo de Black Sabbath de 1969 ha sido comparado con el Big Bang del heavy metal: llegó durante el apogeo de la Guerra de Vietnam y arruinó la fiesta hippie, revelando amenaza y presagio. La portada del disco mostraba una figura espeluznante contra un paisaje desolado. La música era fuerte, densa y enojada, y marcó un cambio en el rock ‘n’ roll.

El segundo álbum de la banda, “Paranoid”, incluyó clásicos del metal como “War Pigs”, “Iron Man” y “Fairies Wear Boots”. La canción “Paranoid” solo alcanzó el número 61 en la lista Hot 100 de Billboard, pero se convirtió en muchos aspectos en la canción emblemática de la banda. Ambos álbumes fueron votados entre los diez mejores de heavy metal de todos los tiempos por los lectores de la revista Rolling Stone.

Dave Navarro de la banda Jane’s Addiction escribió en un homenaje de 2010 en Rolling Stone: “Black Sabbath son los Beatles del heavy metal. Cualquiera que sea serio sobre el metal te dirá que todo se reduce a Sabbath. Hay una línea directa que puedes trazar desde el metal de hoy, pasando por bandas de los ochenta como Iron Maiden, de regreso a Sabbath”.

Vida de excesos

Osbourne encarnó la extravagancia del metal. Sus insólitas hazañas incluyeron orinar en el Álamo, inhalar una línea de hormigas de una acera y, más memorablemente, morder la cabeza de un murciélago vivo que un fan arrojó al escenario durante un concierto en 1981. (Dijo que pensó que era de goma).

Osbourne fue demandado en 1987 por los padres de un adolescente de 19 años que murió por suicidio mientras escuchaba su canción “Suicide Solution”. La demanda fue desestimada. Osbourne dijo que la canción realmente trataba sobre los peligros del alcohol, que causó la muerte de su amigo Bon Scott, cantante principal de AC/DC.

El entonces cardenal John J. O’Connor de Nueva York afirmó en 1990 que las canciones de Osbourne llevaban a la posesión demoníaca e incluso al suicidio. “Eres ignorante sobre el verdadero significado de mis canciones”, escribió el cantante en respuesta. “También has insultado la inteligencia de los fanáticos del rock en todo el mundo”.

El público en los conciertos de Osbourne podía ser objeto de burlas o escupitajos por parte del cantante. A menudo se les instaba a gritar juntos, pero el Osbourne invocador de Satanás solía enviar a las multitudes a casa con los oídos zumbando y un enérgico "¡Dios los bendiga!”.

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