BRICS: REUNIÓN EN SUDÁFRICA SIN PUTIN

“Los cinco países BRICS mueven unidos casi 50% de la economía mundial”.

Claudia Luna Palencia
Internacional
BRICS PUTIN

La necesidad de crear un sistema monetario internacional diverso y que las economías corten su dependencia respecto del dólar como moneda de reserva global figura entre los principales temas de discusión.

Ya estaba Luiz Inácio Lula da Silva como presidente en Brasil en noviembre de 2008 cuando surgió la idea de organizar la primera cumbre de jefes de Estado miembros de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Entonces el mandatario ruso era Dmitry Medvedev y Vladimir Putin fungía de primer ministro luego de dejarle a aquel las riendas del Kremlin.

La reunión se consolidó en junio de 2009 en Ekaterimburgo, Rusia, y a partir de ese momento los países miembros mantienen una presidencia rotatoria y encuentros anuales.

En 2010 sumaron a Sudáfrica, convirtiéndose en los BRICS, por invitación expresa del entonces mandatario chino Hu Jintao, quien veía en la economía africana un enorme potencial de expansión.

Ahora, 15 años después desde su primera cumbre, la nueva cita en Johannesburgo del 22 al 24 de agosto tiene un matiz diferente: sobre Putin pesa una orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) desde marzo pasado, acusándole de presuntos crímenes de guerra relacionados con la deportación y el traslado ilegal de niños desde Ucrania hasta Rusia.

Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica, como anfitrión de la cumbre estaría obligado a cumplir con la orden de arresto dado que el país africano es uno de los 123 países miembros de la CPI. En cambio, no lo son Estados Unidos, Rusia, China, India, Israel, Paquistán, Turquía ni Corea del Norte.

Ramaphosa ha pedido reiteradamente a Putin que no asista en persona a la cumbre de los BRICS, lo que para el ruso es una afrenta porque tendrá que quedarse en Moscú mientras la delegación de su país queda representada por su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.

Putin tendrá que conformarse con hablar por videoconferencia, aunque ha tenido parte activa en los temas de la agenda que conversarán todos los mandatarios y sus respectivas delegaciones.

En especial, al líder ruso le interesa acelerar el proceso de desdolarización de las economías BRICS. De hecho, Rusia lleva desde la primera cumbre poniendo énfasis en la necesidad de crear un sistema monetario internacional diverso y que las economías corten su dependencia respecto del dólar como moneda de reserva global.

A esta iniciativa ha ido incorporando con ahínco a China a tal punto, que Putin habla de llevar a cabo relaciones comerciales, de inversión y económicas a través de yuanes.

También le apoya Lula da Silva. Hace un par de meses el presidente brasileño puso sobre la mesa a sus contrapartes de América del Sur y socios del Mercosur la necesidad de contar con una moneda propia, algo así como un euro sudamericano. Una divisa que dejase de lado al dólar.

Objetivos

Los cinco países BRICS mueven unidos casi 50% de la economía mundial y tanto China como India tienen un potencial de crecimiento que los analistas llevan tiempo ubicando como eje del liderazgo económico en el siglo XXI.

Juntos son un grupo poderoso, recuerda Anwar Zibaoui, experto en economía y en asuntos internacionales. Y es que además significan 45% de la población del planeta. “Si bien los BRICS también sufren los impactos del conflicto de Ucrania y otras crisis globales, mantienen expectativas de crecimiento. En estos momentos asistimos a una nueva configuración internacional con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita y nuevas adhesiones de países importantes a los BRICS”, indica.

Y es que China quiere añadir a nuevos participantes y Rusia la secunda poniendo en la agenda la inmediata inclusión de Irán. Aunque la visión del mandatario chino, Xi Jinping, es más ambiciosa porque él quiere incluir en los BRICS a Argelia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto, Argentina, México y Nigeria; y no descarta tampoco a Bangladesh, Filipinas, Indonesia, Pakistán, Turquía y Vietnam.

También está el papel cada vez más activo del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), con sede en Shanghái y creado con la contribución de los bancos centrales de los BRICS.

El NBD tiene objetivos claros: escapar de la hegemonía del dólar al promover el uso de las monedas nacionales; estimular la demanda interna de los países, el comercio e inversión; o intentar evitar la especulación financiera de divisas. Los créditos se usarían para construir infraestructuras y reducir el riesgo de inflación.

Previo a la cumbre en Sudáfrica el NBD emitió su primer bono en rands, la moneda local, desplazando toda posibilidad de utilizar al dólar y convirtiéndose además en el emisor con la calificación más alta en emitir en el mercado sudafricano desde 2015.

“El bono está respaldado por más de dos mil 500 millones de rand (unos 130 millones de dólares) en ofertas en los tramos de tres y cinco años”, anunció la prensa local.

Este organismo de financiamiento al desarrollo pretende convertirse en un emisor trascendental en los mercados de capitales locales de cada uno de sus países miembros y busca ampliar la cartera de países adscritos. Su intención es financiar parte de su cartera de préstamos en la moneda local de cada país miembro; en los últimos años ha incorporado a Uruguay, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bangladesh.

Cortar al dólar

Mientras China y Rusia están ambos de acuerdo en que se incluya a Irán ya dentro de los BRICS, este gran punto de discusión en la agenda sobre el impulso de una moneda diferente al dólar es algo a lo que Putin viene urgiendo y más desde que parte del sistema financiero ruso quedó desconectado del sistema SWIFT como consecuencia de la invasión a Ucrania en febrero de 2022.

Una semana después de la invasión el sistema SWIFT anunció que a petición de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Japón y la UE un grupo de bancos rusos quedarían desconectados de su sistema.

El SWIFT es un método de mensajería dominante que sustenta las transacciones financieras globales. La desconexión de Rusia es una de las herramientas más poderosas que las autoridades occidentales han utilizado para castigar a Moscú por lo que este describe como una “operación especial” en Ucrania.

Los bancos fueron elegidos en función de sus conexiones con el Estado ruso y con bancos públicos ya sancionados después de la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.

En junio del año pasado el Sberbank, el mayor prestamista de Rusia, fue incluido en la lista de bancos rusos desconectados del SWIFT, asestándole un duro golpe al Kremlin. También se añadió al Credit Bank of Moscow y al Russian Agricultural Bank.

A la fecha van diez grandes bancos rusos desconectados del SWIFT, lo que implica que 60% del mercado bancario de Rusia carece de conexión con el sistema financiero internacional.

De todos los miembros BRICS es la economía rusa la que tiene mayores problemas debido a las sanciones; y aunque en un principio se estimaba un mayor daño económico, sus ventas de petróleo y gas a China y a otros países con los que ha intensificado sus relaciones comerciales han permitido que la caída sea más suave.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2022 el PIB de Rusia cayó 2.1%; en comparación, sus otros compañeros BRICS tuvieron el siguiente desempeño: Brasil creció 2.9%; India 7.2%; China 3%; y Sudáfrica 1.9 por ciento.

Las perspectivas para 2023, según el FMI, son las siguientes: un PIB de 2.1% para Brasil; de 1.5% para Rusia; para India de 6.1%; China y Sudáfrica, 5.2 y 0.3%, respectivamente.

La realidad es que China ayuda a Rusia a suavizar el impacto de las sanciones y del veto occidental y aunque tiene su propio sistema para operaciones paralelas financieras 70% de sus operaciones pasan por el sistema SWIFT.

Acelerar el CIPS

Putin quiere más alcance del Sistema de Pago Interbancario Transfronterizo (CIPS, por sus siglas en inglés) y es una de las propuestas que se analizarán en la cumbre de los BRICS en Johannesburgo.

Este sistema CIPS lo creó Beijing desde 2015 y ahora gana especial relevancia para las instituciones financieras rusas, que ven en él una alternativa para acelerar la expansión del propio sistema fronterizo de pagos y de liquidación sin tener que depender del SWIFT.

Rusia viene además presionando en cierta forma al gobierno de Xi para que sea el yuan la moneda que adopte el papel relevante de intercambio y de compensación.

El líder ruso intenta que las sanciones por una guerra a la que no se le ve fecha de conclusión tengan los menores efectos en su economía y pretende convencer a China de crear a gran escala un sistema internacional independiente de pago y compensación en yuanes que conecte con los mercados de compensación.

¿Quiénes sustentan al CIPS? El Centro Nacional de Compensación de China, una filial del banco central, que es el mayor accionista con una participación de 15.7%; la Asociación Nacional de Inversores Institucionales del Mercado Financiero; la Bolsa de Oro de Shanghái; China Banknote Printing and Minting Corporation y China Union Pay, con una participación de 7.85% respectivamente.

Los bancos extranjeros también tienen acciones en CIPS, incluida una participación de 3.92% propiedad de HSBC Holdings; 2.36% de Standard Chartered y 1.18% del Banco de Asia Oriental.

El sistema se creó para impulsar el uso internacional de la moneda de China, una misión que comenzó en 2009 con un enfoque inicial en la liquidación comercial. Se volvió más importante después de que Beijing inició la ambiciosa iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, que involucra cientos de miles de millones de yuanes en inversiones chinas en el extranjero.

El papel de China dentro de los BRICS es sustancial. Se espera que Xi anuncie más inversiones para crear infraestructura a través de la Nueva Ruta de la Seda.

Papel global

De acuerdo con un documento que elaboró Estudios de Desarrollo de Oxford, en las últimas dos décadas los países BRICS han experimentado transformaciones dramáticas en el uso de la tierra o han iniciado proyectos de infraestructura a gran escala dentro de las regiones de las que forman parte.

En China está la Nueva Ruta de la Seda, que busca vertebrar a Europa con Asia, África y América Latina; en India, el plan de la administración del primer ministro Narendra Modi para desarrollar 100 ciudades inteligentes conectadas por trenes bala; la aspiración de Moscú de convertir el Lejano Oriente ruso en un nuevo puente económico a través del desarrollo de Zonas Económicas Especiales Avanzadas; y la expansión de la agricultura industrial a gran escala en Brasil y Sudáfrica. Son todas manifestaciones de las visiones BRICS para el desarrollo sostenible.

Estas transformaciones del uso de la tierra son resultado de intereses y prioridades económicas cambiantes; sin embargo, los autores del estudio, Mihika Chatterjee e Ikuno Naki, advierten que el aumento de la hostilidad entre India y China en los últimos años y el desempeño económico moderado de Brasil y Sudáfrica son serias amenazas contra la cohesión de los BRICS.

El rublo y el dólar

El lunes 14 de agosto el rublo cayó a su punto más bajo en 17 meses: el Banco Central Ruso ha tenido que subir 12% las tasas de interés y salió a vender divisas.

El rublo perdió ya casi una cuarta parte de su valor frente al dólar desde que Rusia invadió Ucrania el año pasado. Las sanciones occidentales dañan la balanza comercial rusa y el gasto militar se dispara a medida que la ofensiva relámpago originalmente prevista por el Kremlin se convierte en una agotadora batalla de desgaste sin final a la vista.

El Banco Central de Rusia afirma que la repentina caída en el valor no amenazaría la estabilidad financiera general del país y atribuye la caída a las exportaciones rezagadas, junto con una mayor demanda de importaciones.