SE ACABA EL AÑO Y LA PANDEMIA NO SE FUE

“A nivel global se han infectado más de 642 millones de personas”.

Internacional
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COVID-19 2023

En 2022 se cumplieron dos años de la declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a pesar del avance de la vacunación antiCovid a nivel global el organismo sigue reacio a levantar la alerta sanitaria porque la transmisión continúa siendo elevada.

Tedros Adhanom, titular de la OMS, declaró en su momento que el coronavirus llegó para quedarse entre los seres humanos y no se sabe por cuánto tiempo, ni qué más sorpresas dará a los virólogos por su incesante capacidad de mutación.

Precisamente él declaró la pandemia el 11 de marzo de 2020, uno de los momentos más críticos para la salud de la humanidad: un virus nuevo que la ciencia y la inteligencia del ser humano enfrentaron de manera sorpresiva.

A la fecha, de acuerdo con la OMS, a nivel global se han infectado 642 millones 924 mil 560 personas y han fallecido seis millones 625 mil 29 de todas las edades, condición social, económica y religiosa.

Hoy Europa es el epicentro del contagio de Covid-19 con 266 millones 466 mil 566 casos; le siguen América, con 182 millones 707 mil 356, y la zona del Pacífico Oeste, con 100 millones 439 mil 654 contagios.

Por países, Estados Unidos tiene el mayor número de personas infectadas por coronavirus: en datos estimados, 98 millones 72 mil 469 personas. Le siguen India, con 44 millones 674 mil 439, y Francia, con 37 millones 252 mil 86 infectados.

De manera paradójica China, que se considera la zona cero del coronavirus (algo que niega el gobierno del presidente Xi Jinping), asegura que de su numerosa población (más de mil 412 millones de habitantes) hasta el momento solo 1.88 millones de personas se contagiaron y cinco mil 235 murieron por este motivo.

China sigue cerrada al turismo extranjero y solo después de varias semanas de protestas ciudadanas contra la estricta política de Cero Covid el mandatario Xi ordenó —hace un par de semanas— un relajamiento de los controles, permitiendo los desplazamientos internos entre las diversas provincias; eliminando los bloques de edificios destinados para confinar a las personas por género y edad tras miles de denuncias de violación a los derechos humanos creando una especie de guetos para enfermos; la supresión de pruebas cada tres días para los trabajadores; tampoco será necesario mostrar el código QR para ingresar en espacios públicos; y se levanta el semiconfinamiento de varias ciudades, como Beijing.

Hasta la fecha los virólogos y expertos en salud pública siguen sin encontrar una respuesta concreta sobre el origen del SARS-CoV-2, aunque la mayoría coincide en la posibilidad de que sea zoonótico.

La OMS alerta que este nuevo coronavirus nunca antes había sido detectado, ni identificado, en seres humanos. El primer caso apareció a finales de diciembre de 2019 en la provincia china de Hubei, en su capital Wuhan.

La información respecto del virus advierte que es “altamente transmisible” y se cree que la tos y los estornudos son las vías más comunes para el contagio, pero también se propaga por gotitas que expulsan al aire las personas infectadas.

Sigue sin encontrarse una vacuna para evitar que una persona infectada deje de contagiar y por eso se recomiendan las cuarentenas en las personas que dan positivo y en sus grupos de contacto.

Vacunación

De acuerdo con Our World in Data a la fecha se han suministrado doce mil 900 millones de pautas completas (dos dosis) de sueros antiCovid y este año la OMS, junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se marcaron como meta inmunizar con una dosis a 70% de la población mundial. Un desafío que el organismo con sede en Ginebra ha dado por cumplido.

Si bien Estados Unidos y Europa fueron los primeros en comenzar a vacunar desde el año pasado, América Latina es la región del mundo con la mayor tasa de inmunización en el porcentaje de población con al menos una dosis: América Latina (86%); Asia (78%); América del Norte (76%); Europa en su conjunto (69%); Oceanía (68%) y África (32%) es el más rezagado.

En cuanto a las vacunas disponibles, hay doce fabricadas por diversos laboratorios: Cansino, Pfizer-Biontech, COVAX, Oxford AstraZeneca, Sputnik V, Sputnik Light, Sinovac, Sinopharm, Janssen de Johnson & Johnson, Moderna, Novavax y Abdala.

La Agencia Europea de Medicamentos dio autorización para cuatro vacunas disponibles para la población de la UE: la de Pfizer BioNTech, la de Moderna, AstraZeneca y la de Janssen. Ninguna china, ni rusa, ni cubana han sido aceptadas.

En México las aprobadas son Pfizer-BioNTech, Cansino, COVAX, AstraZeneca, Sputnik V, Sinovac, Janssen y Moderna; en Estados Unidos la FDA aprobó a cuatro laboratorios: Pfizer-BioNTech, Moderna, Novavax y Janssen.

Rusia y China tienen sus propios sueros. El primero, con Sputnik V, que fue la vacuna pionera patentada contra el coronavirus, desarrollada con una velocidad increíble (cinco meses). El gobierno de Vladimir Putin la presentó al mundo el 11 de agosto de 2020 y un año después surgió una versión Sputnik Light.

En China se inocula con Sinovac, Sinopharm y CanSino. Y desde octubre pasado las autoridades sanitarias dieron luz verde a la primera vacuna inhalada del mundo contra el Covid-19; se trata de una innovación de CanSino Biologics, farmacéutica china que realiza pruebas con varias muestras de personas en México, Paquistán, Hungría, Argentina y Malasia.

No es el único laboratorio que explora la vía nasal, sino que hay otras farmacéuticas en diversas partes del mundo experimentando con esta opción.

Lo que sería la segunda generación de vacunas contra el coronavirus intenta enfocarse en cortar la transmisión del virus, de una persona a otra u otras, inmunizando totalmente al portador.

Hasta la fecha las vacunas solo evitan una forma grave de la enfermedad a fin de reducir los casos de mortandad.

Sistemas de salud frágiles

Un estudio de Ipsos Global Health Service Monitor respecto del impacto de la pandemia en los sistemas de atención médica en el mundo revela la enorme fragilidad en la que se encuentran, primordialmente las áreas de atención primaria y las salas de urgencias.

A nivel global, tres de cada cinco personas consideran que sus respectivos sistemas sanitarios están sobrecargados, de acuerdo con una muestra de 23 mil 500 adultos en 34 países.

En cuanto al grado de satisfacción sobre la calidad de los servicios de salud, solo dos países árabes obtuvieron la nota más alta: Arabia Saudita con 79% y Emiratos Árabes con 77. Entre los occidentales, Bélgica y Suiza, ambos con una nota de 69%; y Estados Unidos de 66. Después están China con 64 e India con 60 por ciento.

Los menos valorados, aquellos donde la gente ve menor calidad en su sistema sanitario, son Italia con 34%; México y Brasil, ambos con 29; Perú y Rumania con 21; y tanto Hungría como Polonia con 14 por ciento.

De todas las infecciones, según Ipsos, el mayor problema de salud sigue siendo el Covid-19, aunque cada vez se destinan menos recursos y menos personal para atender a los afectados.

Rezagos

Los retrasos operatorios también son evidentes en todos los países, con largas listas de espera por todas las cirugías no urgentes interrumpidas a lo largo de 2020 y 2021, cuando el brote ingente de infectados por coronavirus desbordó la atención primaria, las salas de urgencias y las unidades de cuidados intensivos.

El director de la OMS lleva varios meses recomendando a los servicios de salud de los países que inviertan más en gasto sanitario, aceleren las intervenciones quirúrgicas y retomen los servicios profilácticos de atención de la salud mental, fuertemente menguados.

“Los líderes mundiales deben actuar con rapidez y decisión para invertir más en programas de salud mental que salvan vidas, durante la pandemia y más allá”, en palabras de Adhanom.

Y es que los servicios para “condiciones mentales, neurológicas y de uso de sustancias” fueron los más interrumpidos entre todos los servicios de salud esenciales y eso tendrá un impacto social.

Esta sensación de disrupción la respalda el estudio de Ipsos con 36% de los encuestados clasificándola como una de las principales preocupaciones, frente a 31% del año anterior; y significa que la salud mental se clasifica como un problema de salud más importante que el cáncer (34%) por primera vez en estos informes anuales.

Brotes

En Estados Unidos los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en su informe anual recalcaron que hay enfermedades que no pueden desatenderse por el hecho de que la prioridad siga siendo el foco de la pandemia, al tiempo que reafirmaron que la prevención también se desatiende.

Los CDC recordaron que en EU la enfermedad de Chagas, por ejemplo, afecta anualmente a más de 300 mil personas y que esta infección parasitaria si no se trata a tiempo puede causar insuficiencia cardiaca, accidente cerebrovascular y muerte. Además de transmitirse de la madre al feto.

También está el caso de Centroamérica con la enfermedad febril aguda (AFI, por sus siglas en inglés), causada por múltiples patógenos y cuyo estudio requiere de análisis previos en laboratorios.

En países como Paquistán ha sido necesario reforzar las campañas de vacunación contra poliomielitis, sarampión y rubéola. El virus de la polio, que parecía erradicado a nivel mundial, vuelve con diversos brotes detectados en varios países, precisamente a partir de la pandemia.

Frente al riesgo, expertos del programa Stop Transmission of Polio reforzaron en Filipinas, por ejemplo, a siete millones de niños contra la polio y se ha vacunado a más de nueve millones contra el sarampión y la rubéola.

Mucho más extendido está el problema con la difteria que provoca la bacteria Corynebacterium diphtheriae, detectada en 154 países a lo largo de este año. Fundamentalmente en naciones europeas, con 232 casos, un centenar de ellos en Alemania.

El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades alerta sobre una resistencia a los antibióticos orales y parentales en los pacientes diagnosticados con difteria, primordialmente menores. Esta toxina provoca una enfermedad respiratoria grave e inflamación de los ganglios; y si no se trata a tiempo causa la muerte.

Otro brote que la OMS monitorea es el de estreptococo A, que en Reino Unido ya cobró la vida de 15 personas, la mitad niños menores de diez años, y que además se extiende a otros países.

Está infección la causa un grupo de bacterias del género Streptococcus y desencadena infecciones en la piel, ataca los pulmones, la sangre y los músculos, provocando además fiebres elevadas y dolores musculares intensos.

Además de estos brotes de difteria y de estreptococo, en otros países como en España se registra una serie de contagios que causan nuevamente el colapso del sistema sanitario por la presencia de pacientes enfermos por coronavirus, gripe y bronquiolitis. Básicamente se nota en dos grupos de edad: en niños desde los cero a los doce años y en adultos mayores de 60.

No son pocos los virólogos que en Europa aconsejan la vuelta a la reimposición del uso de la mascarilla para frenar la transmisión de los virus y bacterias mediante las gotículas y secreciones nasales, así como al estornudar y respirar. Son contados los países donde todavía la mascarilla es obligatoria para el transporte público, entrar a una farmacia, a un hospital o una consulta médica. No es obligatoria en ninguna otra parte y parecería muy necesaria en momentos en que las celebraciones propias de estas fechas atiborran con multitudes los centros comerciales, restaurantes y las vías públicas.

La pandemia no se ha ido todavía…