Sitios nucleares clave de Irán fueron destruidos: Trump

Advierte a Irán contra perpetrar ataques de represalia

 Planta de enriquecimiento de uranio de Fordo en Irán.
Foto: AP
Redacción
Internacional
Share

Tel Aviv, Israel, 21 de junio. El ejército de Estados Unidos atacó tres instalaciones nucleares en Irán el domingo temprano, insertándose en la guerra de Israel destinada a destruir el programa nuclear iraní, una arriesgada apuesta para debilitar a un antiguo enemigo en medio de la amenaza de represalias de Teherán que podría desatar un conflicto regional más amplio.

El presidente estadunidense Donald Trump informó que los sitios nucleares clave de Irán fueron “completa y totalmente destruidos”, y advirtió a Irán contra perpetrar ataques de represalia, al subrayar que Estados Unidos podría atacar más objetivos “con precisión, velocidad y habilidad”.

“Habrá paz o habrá tragedia para Irán, mucho mayor de lo que hemos presenciado en los últimos ocho días”, destacó Trump en un discurso a la nación desde la Casa Blanca.

La Organización de Energía Atómica de Irán confirmó que los ataques tuvieron lugar en sus sitios de Fordo, Isfahán y Natanz, pero insistió en que su trabajo no se detendrá.

La decisión de involucrar directamente a Estados Unidos se produce tras más de una semana de ataques israelíes contra Irán, que han buscado erradicar sistemáticamente las defensas aéreas y la capacidad de misiles ofensivos iraníes, además de dañar sus instalaciones de enriquecimiento nuclear. Sin embargo, funcionarios estadunidenses e israelíes han afirmado que los bombarderos furtivos de Estados Unidos y una bomba antibúnkeres de 13 mi 600 kilogramos (30 mil libras) que sólo Estados Unidos puede transportar, ofrecen la mejor oportunidad de destruir instalaciones fuertemente fortificadas, vinculadas al programa nuclear iraní y enterradas a gran profundidad.

“Hemos completado nuestro exitoso ataque contra los tres instalaciones nucleares en Irán, incluyendo Fordow, Natanz e Isfahán”, declaró Trump en una publicación en redes sociales. Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní. Se lanzó una carga completa de bombas sobre el sitio principal, Fordow. Todos los aviones regresan sanos y salvos a casa”.

Trump añadió en una publicación posterior: “Este es un MOMENTO HISTÓRICO PARA ESTADOS UNIDOS, ISRAEL Y EL MUNDO. IRÁN DEBE AHORA ACEPTAR TERMINAR ESTA GUERRA. ¡GRACIAS!”

En un mensaje de video dirigido al presidente estadunidense, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu elogió la decisión de Trump de atacar las instalaciones iraníes.

“Su decisión audaz de atacar las instalaciones nucleares de Irán, con el impresionante y justo poder de Estados Unidos, cambiará la historia”, sostuvo Netanyahu, que agregó que Estados Unidos “ha hecho lo que ningún otro país en la tierra podría hacer”.

La Casa Blanca y el Pentágono no ofrecieron más detalles sobre la operación. Pero el presentador de Fox News, Sean Hannity, dijo poco después de las 9:00 de la noche, hora del este de Estados Unidos, que había hablado con Trump y que se usaron seis bombas antibúnkeres en la instalación de Fordo. Hannity reportó que 30 misiles Tomahawk disparados por submarinos estadunidenses a 643.7 kilómetros (400 millas) de distancia alcanzaron los sitios nucleares iraníes de Natanz e Isfahán.

Los ataques son una decisión peligrosa para Estados Unidos, ya que Irán ha prometido tomar represalias si se une al ataque israelí, y para Trump personalmente, tras ganar la Casa Blanca con la promesa de mantener a Estados Unidos fuera de costosos conflictos extranjeros y burlarse del valor del intervencionismo estadounidense.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se dijo “gravemente alarmado” por la “peligrosa escalada” de los ataques estadounidenses.

“Existe un riesgo creciente de que este conflicto pueda salirse rápidamente de control, con consecuencias catastróficas para los civiles, la región y el mundo”, enfatizó en un comunicado.

Trump había indicado a los periodistas el viernes que no estaba interesado en enviar fuerzas terrestres a Irán, diciendo que es “lo último que uno quiere hacer”. Anteriormente había afirmado que tomaría una decisión final en el transcurso de dos semanas.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, advirtió el miércoles a Estados Unidos que los ataques dirigidos a la República Islámica “resultarán en un daño irreparable para ellos”. Y el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Esmail Baghaei, declaró que “cualquier intervención estadounidense será una receta para una guerra total en la región”.

Trump ha prometido que no permitirá que Irán obtenga un arma nuclear y había esperado inicialmente que la amenaza de usar la fuerza llevaría a las autoridades iraníes a renunciar pacíficamente a su programa nuclear.

El ejército de Israel indicó el sábado que se estaba preparando para la posibilidad de una guerra prolongada, al tiempo que el canciller de Irán advirtió antes del ataque estadounidense que la participación militar estadounidense “sería muy, muy peligrosa para todos”.

La perspectiva de una guerra más amplia también amenazaba. Los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen indicaron que reanudarán los ataques contra buques estadounidenses en el Mar Rojo si el gobierno de Trump se unía a la campaña militar de Israel. Los hutíes pausaron tales ataques en mayo bajo un acuerdo con Estados Unidos.

El embajador de Estados Unidos en Israel anunció que su país había comenzado “vuelos de salida asistida”, los primeros desde Israel desde el ataque liderado por Hamas el 7 de octubre de 2023, que desató la guerra en Gaza.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló el jueves que Trump planeaba tomar su decisión sobre los ataques dentro de dos semanas. En cambio, atacó tan solo dos días después.

Pero Trump parece haber hecho el cálculo, a instancias de las autoridades israelíes y muchos legisladores republicanos, de que la operación de Israel había suavizado el terreno y presentado una oportunidad quizás sin igual para retrasar el programa nuclear de Irán, tal vez de manera permanente.

Los israelíes aseguran que su ofensiva ya ha paralizado las defensas aéreas de Irán, permitiéndoles degradar considerablemente múltiples sitios nucleares iraníes.

Pero para destruir la planta de enriquecimiento de combustible nuclear de Fordo, Israel ha apelado a Trump para obtener bombas antibúnkeres estadounidenses, la GBU-57 Massive Ordnance Penetrator de 13.600 kilogramos, que utiliza su peso y fuerza cinética pura para alcanzar objetivos profundamente enterrados y luego explotar. El penetrador actualmente sólo es lanzado por el bombardero furtivo B-2, que forma parte exclusivamente del arsenal estadunidense.

Si se desplegara en el ataque, será el primer uso del arma en situación de combate.

La bomba lleva una ojiva convencional y se cree que puede penetrar unos 61 metros (200 pies) por debajo de la superficie antes de explotar, y las bombas pueden ser lanzadas una tras otra, perforando efectivamente más y más profundo con cada explosión sucesiva.

La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ha confirmado que Irán está produciendo uranio altamente enriquecido en Fordo, lo que aumenta la posibilidad de que se libere material nuclear en el área si se utilizara la GBU-57 A/B para golpear la instalación.

Ataques israelíes previos en otro sitio nuclear iraní, Natanz, en un sitio de centrifugado, han causado contaminación sólo en el sitio mismo, no en el área circundante, según la AIEA.

La decisión de Trump de una intervención militar directa de Estados Unidos se produce luego que su gobierno hiciera un intento fallido de dos meses, incluyendo negociaciones directas de alto nivel con los iraníes, destinado a persuadir a Teherán para que limite su programa nuclear.

Durante meses, Trump dijo que estaba decidido a mantener un esfuerzo diplomático para instar a Irán a renunciar a sus ambiciones nucleares. Y dos veces, en abril y nuevamente a fines de mayo, persuadió al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para que pospusiera acciones militares contra Irán y diera más tiempo a la diplomacia.

En los últimos días, Estados Unidos ha estado movilizando aviones militares y buques de guerra dentro y alrededor de Oriente Medio para proteger a Israel y las bases estadounidenses de los ataques iraníes.

Mientras tanto, Trump ha pasado de expresar públicamente la esperanza de que el momento podría ser una “segunda oportunidad” para que Irán haga un trato a lanzar amenazas explícitas a Jamenei y hacer llamados a la rendición incondicional de Teherán.

“Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo’”, aseguró Trump en una publicación en redes sociales. “Es un objetivo fácil, pero está seguro allí. No vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora”.

El enfrentamiento militar con Irán se produce siete años después que Trump retirara a Estados Unidos del acuerdo negociado por el entonces gobierno de Barack Obama en 2018, calificándolo como el “peor acuerdo de la historia”.

El pacto de 2015, firmado por Irán, Estados Unidos y otras potencias mundiales, creó un acuerdo nuclear integral a largo plazo que limitó el enriquecimiento de uranio de Teherán a cambio del levantamiento de sanciones económicas.

Trump criticó el acuerdo de la era Obama por dar demasiado a Irán a cambio de muy poco, porque el trato no cubría el comportamiento maligno no nuclear de Irán.

Trump ha reaccionado con enojo ante las críticas de algunos de los partidarios de su campaña “Hagamos grande a Estados Unidos otra vez” (MAGA, por sus siglas en inglés), incluyendo al comentarista conservador Tucker Carlson, quienes han sugerido que una mayor participación de Estados Unidos será una traición a los seguidores que se sintieron atraídos por su promesa de poner fin a la participación de Estados Unidos en guerras costosas e interminable

×