En Nueva Delhi se realizó una cumbre más del Grupo de los 20 (G20), esta vez sin Xi Jinping, y hace unos días la reunión de los BRICS en Sudáfrica no contó con la presencia de Vladimir Putin, quien también fue otro de los ausentes del encuentro en India.
Las constantes tensiones internacionales están dinamitando eventos multilaterales que propician que los líderes mundiales se vean, hablen entre ellos y acuerden desde reuniones bilaterales o visitas de Estado hasta la extensión de redes de cooperación y de negocios.
China y Rusia culpan ambos a Estados Unidos de llevar a cabo una actitud hostil contra ellos; la guerra de aranceles y las tensiones entre las industrias productoras de chips chinas y las políticas de protección industrial norteamericana llevan tiempo ardiendo, mientras la invasión de Rusia a Ucrania ha desatado la mayor ola de sanciones y vetos contra un país invasor por parte de un amplio bloque de países que lidera la Unión Americana.
Previo a la reunión en India del cónclave del G20 tanto Rusia como Arabia Saudita, dos de los principales productores y exportadores de petróleo del mundo, dieron a conocer una serie de recortes adicionales al suministro de petróleo que realizan en el mercado internacional.
El Brent, utilizado como referencia para fijar el precio de más de tres cuartas partes del petróleo comercializado en el mundo, lleva subiendo desde finales de junio, después de que Riad dio a conocer sus recortes en la producción de crudo. La semana pasada superó los 90 dólares por barril.
Los precios del petróleo han vuelto a presionarse al alza tras el anuncio de Rusia y de Arabia Saudita en el sentido de que entre ambos dejarán de suministrar un total de 1.3 millones de barriles diarios, por lo menos hasta diciembre próximo.
El West Texas, que también se utiliza de referencia para el mercado estadunidense, se ha disparado por encima de los 87.14 dólares por barril y podría llegar a los 90.
La decisión de Riad de extender su recorte voluntario de un millón de barriles por día será revisada mensualmente, porque su intención es profundizar y alargar los recortes.
Por su lado, el viceprimer ministro ruso Alexander Novak declaró que Moscú otra vez se ha unido a Arabia Saudita para prolongar los recortes de crudo también hasta final de año, con 300 mil barriles por día menos. Rusia pretende cortar las exportaciones de petróleo en 500 mil barriles de petróleo por día, por lo menos hasta finales del próximo año.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Arabia Saudita necesita que el crudo Brent se negocie a 81 dólares por barril para equilibrar su presupuesto. La monarquía absolutista saudí que gobierna en Riad ha vuelto a caer en un déficit presupuestario este año, después de reportar un superávit en 2022 por primera vez en casi una década.
El Estado del Golfo anunció por primera vez su recorte de un millón de barriles después de una reunión en junio entre miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Rusia y otros productores más pequeños.
Recientemente el FMI manifestó cierta ilusión en las perspectivas económicas tras reajustar sus estimaciones de PIB mundial para este año: con base en el desempeño de los últimos meses, el crecimiento global podría cerrar este año con un PIB de 3%, una mejora de 0.2 puntos porcentuales respecto de sus estimaciones de abril.
Sin embargo, si el precio del petróleo se mantiene en una racha alcista, el impacto en la producción industrial y manufacturera, así como en la industria de la construcción y del transporte, se hará notar.
Clientela
Unos días antes de la reunión del G20 los datos de la encuesta de fábricas chinas evidenciaron un modesto crecimiento en la actividad en la segunda economía más grande del mundo el mes pasado, con algunas empresas recortando personal debido a que las ventas fueron más débiles de lo esperado.
Con las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), Reino Unido, Australia, Corea del Sur, Canadá, Japón y otros países a Rusia por su invasión y el veto de la UE a las compras de gas y de petróleo ruso, tanto China como India se han convertido en los mayores compradores del crudo ruso en 2022.
Las importaciones chinas de petróleo crudo ruso se dispararon 8% en 2022, el equivalente a 1.72 millones de barriles por día, según datos de aduanas chinas, convirtiendo a Rusia en el segundo mayor proveedor del gigante asiático oriental.
Kpler, una firma de análisis del mercado de materias primas, estima que China importará unos 5.62 millones de barriles de petróleo diarios en febrero, superando el máximo histórico anterior.
“Las importaciones chinas de gas ruso y de gas natural licuado en 2022 se dispararon 2.6 veces y 2.4 veces, respectivamente. Mientras tanto, las importaciones chinas de carbón ruso el año pasado aumentaron 20%, a 68.06 millones de toneladas”, de acuerdo con Kpler.
A su vez, India se ha convertido en el mayor cliente de petróleo ruso: importó en enero un récord de 1.4 millones de barriles de petróleo por día, un aumento de más de 9% desde el año pasado.
A China, a India y también a Turquía el Kremlin estaría vendiéndoles petróleo y gas a precios preferenciales desde el año pasado; y países como Pakistán y Bangladesh estarían interesados en el mismo trato preferencial a cambio de comprarle más crudo y gas a Rusia.
Gavin Thompson, vicepresidente de Energía en Asia Pacífico de Wook Mckenzie, señala que el petróleo y el gas que los europeos han dejado de comprar a las empresas rusas están bombeándose a Asia.
Cuestionada ausencia
Si bien el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, se negó a responder la razón detrás de la decisión de Xi Jinping de faltar a la reunión del G20, está a la vista que las relaciones entre China e India no pasan por su mejor momento debido a las constantes disputas fronterizas que sostienen, como un pulso, en el tiempo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se declaró desilusionado de que Xi planeara saltarse la Cumbre del G20. “Estoy decepcionado, pero voy a verlo”, dijo a los periodistas sin precisar cuándo podría tener lugar esa reunión.
¿Cuáles son las razones para que Xi no fuese a la reunión del G20? Medios internacionales como el Hindustan Times, Reuters y The Guardian señalan que hay una combinación de razones. Por ejemplo, Beijing publicó recientemente un llamado “mapa estándar” que establece el reclamo territorial sobre Arunachal Pradesh, Aksai Chin, así como Taiwán y el Mar del Sur de China. China publica el mapa estándar cada año, pero es la primera vez que India ha presentado una fuerte protesta por los problemas del mapa, rechazando las afirmaciones de la nación comunista. El momento de la publicación del mapa fue un poco sorprendente, ya que se produjo pocos días antes de la Cumbre del G20.
En la recién concluida Cumbre de los BRICS en Johannesburgo, el primer ministro indio Narendra Modi sostuvo una breve interacción con Xi en la que expresó su grave preocupación por la situación a lo largo de la Línea de Control Real de su frontera con China.
Las relaciones entre China e India son ríspidas por el control de la frontera: hace tres años las tensiones resultaron en un enfrentamiento en la región de Ladakh que mató a 20 soldados indios. Se convirtió en un enfrentamiento de larga duración en la escarpada zona montañosa, donde cada lado tiene desplegadas decenas de miles de militares con artillería, tanques y aviones de combate.
Wen-Ti Sung, politólogo de la Universidad Nacional de Australia, opina que el hecho de que Xi no acuda a la reunión del G20 justo después de asistir a la cumbre de los BRICS es señal de que el mandatario chino está convencido de que “Oriente está subiendo y Occidente está decayendo” y es también una clara muestra de solidaridad con Putin.
Alfred Wu, profesor asociado de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur, señala que la actitud de Xi busca imponer ante todo su propia agenda internacional. “Quien lo quiera ver que lo visite en Beijing”.
India quiere el liderazgo
Los líderes de los países más ricos y poderosos del mundo se han reunido en Nueva Delhi bajo el formato del G20. En él convergen los países más desarrollados con un grupo de naciones de las llamadas emergentes, pero con un potencial económico considerable.
Este foro desempeña un papel relevante en la configuración y el fortalecimiento de la arquitectura y la gobernanza mundial en todas las principales cuestiones económicas internacionales.
Actualmente el bloque representa 80% del PIB mundial y 75% del comercio internacional. Sus miembros incluyen a Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea del Sur, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea.
Para India ha sido la primera vez que realiza dicho encuentro, bajo el tema Vasudhaiva Kutumbakam, que se traduce como “El mundo es una familia”; un punto fundamental para un país que persigue a las parejas homosexuales.
El primer ministro Modi ha sido muy criticado por camuflar los grandes problemas de miseria y de marginación de un país que es ya el más poblado del mundo. Los barrios marginales y las viviendas no oficiales fueron desmantelados y unos 300 mil vendedores ambulantes desalojados de la capital para evitar que la prensa internacional les prestase atención.
Realizar la reunión del G20 ha sido como una plataforma para la India de Modi: el primer ministro está obsesionado en mostrar a su país como una potencia mundial en crecimiento, aunque es uno de los más desiguales del mundo social y económicamente hablando.
“Durante demasiado tiempo India fue vista como un país de mil millones de estómagos hambrientos. Ahora son más de mil millones de mentes aspiracionales y dos mil millones de manos expertas”, declaró a la prensa de su país previo a la inauguración del G20.
Muchos han especulado que la decisión de India de aplazar su presidencia del G20 hasta 2023 se hizo para garantizar que coincidiera con el periodo previo a las elecciones generales del próximo año, en las que Modi y su gobierno del Partido Bharatiya Janata (BJP) buscarán un tercer mandato con la política exterior a la vanguardia de la campaña.
“En las elecciones de 2024 Modi quiere presentarse como un estadista global, como el líder de un país que es respetado y tomado en serio por la comunidad internacional”, según Happymon Jacob, profesor de política exterior en la Universidad Jawaharlal Nehru en Delhi.
Los dos países con mayor demografía son China e India, que suman 36% de la población mundial. Justo este año India superó a China como el país más poblado, con mil millones 436 mil 510 habitantes, frente a mil millones 411 mil 961 personas que habitan China.
Bajo la presidencia de India en el G20 el bloque ha centrado las discusiones en torno de más préstamos a las naciones en desarrollo por parte de instituciones multilaterales; la reforma de la arquitectura de la deuda internacional; las regulaciones sobre criptomonedas y el impacto de las incertidumbres geopolíticas en la seguridad alimentaria y energética.
En lo que va del año el bloque no ha emitido ninguna declaración conjunta, ya que está profundamente dividido sobre el lenguaje que se refiere a la guerra en Ucrania.
Mientras que Rusia y China están en contra de culpar a Moscú por la guerra en Ucrania, los países occidentales, incluidos Estados Unidos, Francia y Canadá, han buscado una fuerte condena como condición necesaria para una declaración conjunta.
Controversia en India
El gobierno del primer ministro Narendra Modi se ha referido a India como Bharat en las invitaciones a una cena en la Cumbre del G20 en Nueva Delhi, una medida que ha provocado controversia. La palabra es el nombre hindi de India y los críticos dicen que su uso es la última señal de un impulso nacionalista en medio de un año excepcional para el país y próximo a elecciones en 2024.
Las invitaciones se referían al presidente de India, Droupadi Murmu, como “presidente de Bharat”. La noticia de las invitaciones llega dos días después de que Mohan Bhagwat, jefe de la organización nacionalista hindú Rashtriya Swayamsevak Sangh, mentor ideológico del gobernante Partido Bharatiya Janata, dijera en un discurso que el país debería usar la palabra Bharat en lugar de India.
“Hemos visto que el primer ministro Modi y el BJP quieren distanciar a India de su pasado colonial. Y así hemos visto esta tendencia de cambiar el nombre de las calles que tienen nomenclaturas que se refieren al pasado colonial. Claramente, este es un ejemplo de querer usar el término que el BJP cree que es el término y más apropiado para India”, de acuerdo con Michael Kugelman, director del Instituto del Sur de Asia en el Wilson Center en Washington.
El nombre India es una traducción de la palabra sánscrita para el río Indo, sindhu, y se introdujo durante el gobierno británico en India de 1858 a 1947. El nombre Bharat, también sánscrito, proviene de antiguos textos religiosos hindúes, los Puranas. Los textos describen una gran masa de tierra en la que viven los humanos y una región de esta masa de tierra se conoce como Bharatavarsa.
Otro nombre popular para el país es Hindustan, que significa “tierra del Indo” en persa. Se convirtió en una forma popular de referirse al país durante la era mogol y es invocado con frecuencia por los nacionalistas indios. Sin embargo, no está reconocido oficialmente como el nombre legal de India en la Constitución.
La nación es uno de los países más grandes y poblados de Asia y del mundo, conocida por su rica diversidad geográfica, cultural, por su historia y otras facetas. Aunque se habla una gran cantidad de idiomas y dialectos, sus dos idiomas oficiales son el inglés y el hindi. Por ello, aunque su nombre es reconocido mundialmente, el país quiere cambiar de denominación y que sea nombrado de otra forma.
A partir de este año India es la nación más poblada del mundo y es la economía principal de más rápido crecimiento. Además de organizar la Cumbre anual del G20 este año, del 9 al 10 de septiembre, el país completó un histórico alunizaje gracias a su misión Chandrayaan-3 el 23 de agosto.
Esta proeza representa un nuevo capítulo en la historia de la exploración espacial. Tras Estados Unidos, Rusia (la entonces Unión Soviética) y China, India es el cuarto país en llegar a la Luna. Y no solo eso, sino que también será pionero en la exploración de un área cercana al polo sur lunar.