En los últimos años la motocicleta se ha convertido en una de las mejores opciones de movilidad dentro de la Ciudad de México, sobre todo en cuanto a tiempos de desplazamiento: al conducir una moto es más sencillo evitar los embotellamientos y el tráfico tan característico de la CDMX, puesto que al ser un vehículo hasta tres veces más pequeño que un automóvil promedio facilita el avance entre los autos de manera fluida y eficaz.
No obstante, también son un catalizador en el crecimiento económico y laboral y se han establecido como la opción de movilidad de la clase trabajadora.
Con la pandemia de Covid-19, por ejemplo, el servicio de entregas a domicilio (delivery) aumentó en casi todo el mundo porque fue la alternativa más segura como comprador para la adquisición de comida, herramientas y productos para el hogar.
Según la plataforma Statista, en México las aplicaciones que brindan estos servicios suman ventas de más de cuatro mil 800 millones de dólares. Naturalmente, esto incentiva la compra de motocicletas de parte de quienes buscan autoemplearse y de los que generan empleos.
De cualquier modo, la preferencia por este tipo de vehículos también se relaciona con sus precios, pues aunque existen modelos para todo tipo de gustos y presupuestos las motocicletas son considerablemente más baratas que los automóviles.
Por ejemplo, ITALIKA, la empresa de motocicletas más grande en México, ofrece el modelo FT125 a partir de los 19 mil 999 pesos. Dicha motocicleta cuenta con un tanque para nueve litros de gasolina, con un rendimiento de 315 kilómetros por tanque.
Consumo
Además del precio, el consumo de combustible también es menor que el de un automóvil: en promedio una motocicleta de 125 centímetros cúbicos consume alrededor de tres litros de gasolina por cada 100 kilómetros.
Precisamente por su accesibilidad, la marca ITALIKA se ha convertido en un elemento importante en el establecimiento de las motocicletas como la mejor alternativa de movilidad dentro de la ciudad y ha dominado el mercado en todo el país.
Gonzalo Cruz, director de marca de ITALIKA, dice que entre seis y siete de cada diez motos circulando en el país son de esa compañía.
“Hacemos muchas encuestas entre nuestros clientes para ver qué uso dan a las motocicletas y hay una parte importante que las utiliza como medio de trabajo”, señala.
Más aún, el 22 de diciembre pasado, con el objetivo de apoyar las labores de reordenamiento del espacio público, la empresa realizó la donación de una motocicleta de carga a la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Reordenamiento de la Vía Pública de la CDMX, cuya titular es la licenciada Dunia Ludlow.
Electromovilidad
Por si fuera poco, además de que las motos contaminan mucho menos que los automóviles, la industria inició su transición hacia los motores eléctricos. Actualmente marcas como ITALIKA ya ofrecen este tipo de modelos. Esta última, por ejemplo, incursiona en la electromovilidad con su modelo Voltium Gravity.
El avance de la electrificación en la industria automotriz “ha sido paulatino: de los motores de combustión se pasó a lo híbrido y ahora muchas armadoras tienen propuestas completamente eléctricas”, señala Gonzalo Cruz.
El mercado de las motocicletas, augura, “está detonando en México y adquirirá mayor importancia en los siguientes años”.
Actualmente la empresa Citio, especialista en baterías para motos eléctricas, tiene más de 20 estaciones en la CDMX y comenzó operaciones en la Zona Metropolitana de Guadalajara. El paso a una movilidad sustentable también depende de la creación de dichas estaciones.
Producción
A finales de 2022 las principales empresas de la industria motociclista en México se asociaron para formar un organismo que los represente ante instancias públicas y privadas. Así, la Asociación Mexicana de Fabricantes e Importadores de Motocicletas (AMFIM) se constituyó por marcas como BMW, BRP, DLG Moto Art, Harley-Davidson, Honda, ITALIKA, KTM, Polaris-Indian, Royal Enfield, Suzuki, Triumph y Yamaha.
“La asociación abonará al crecimiento de la economía nacional y contribuirá a fortalecer la estadísticas e información disponible sobre la industria”, a decir de Juan Pablo Martín del Campo, presidente de la instancia.
De hecho, la AMFIM colaborará con el INEGI para dar luz sobre la producción y las ventas de motocicletas en México.
Se estima, por ejemplo, que la industria cerró 2022 con la venta de más de un millón 200 mil unidades. Esto significa que empresas como ITALIKA y Suzuki superaron las ventas de las armadoras automotrices. “De estas, estimamos que alrededor de 80% son motocicletas que se usan para trabajo, ya sea para transportarse o realizar actividades de carga y entrega de mercancía”, indica Martín del Campo.
Por su parte, el INEGI registra un aumento en la producción de motocicletas en el país desde hace cuatro años. En los primeros nueve meses de 2022, por ejemplo, se fabricaron 578 mil 201 motos, lo que representa un aumento de 34.2% respecto de las fabricadas en 2021.
Más todavía: previo a la pandemia en 2019 la producción fue de 402 mil 604 unidades. Resulta claro que la contingencia sanitaria influyó en la compra de motocicletas, puesto que muchas personas iniciaron negocios o trabajaron en servicios de entrega por aplicaciones.
Por ello la industria de motocicletas se apuntala como una de las que más oportunidades de crecimiento tendrán en los próximos años.
Además, su transición hacia la electromovilidad facilita ser un foco de inversión. “Vemos inversiones de muchísimos representantes de marcas. Sabemos que hay inversiones por parte de marcas para el establecimiento de fábricas”, indica Martín del Campo.
A su vez, especialistas advierten que por la vulnerabilidad del motociclista, la seguridad vial se constituye en un importante desafío en el crecimiento del parque de motocicletas: a medida que disminuyan los accidentes y las fatalidades, mayor confianza tendrán los usuarios para utilizarla como alternativa de transporte.
Sin embargo, las políticas públicas en materia de seguridad vial no han cambiado a pesar del crecimiento en el uso de la moto y urge adecuarlas conforme a las mejores prácticas.
Por ello, dicen los expertos, el Estado debe alentar la discusión informada sobre el estado actual de la motocicleta en el sistema de movilidad y su contribución al desarrollo económico y social de México, mediante políticas integrales que tomen en consideración su impacto al medio ambiente, la integridad de las personas y la seguridad pública, tomando en cuenta experiencias internacionales.
Numeralia
De 2000 a la fecha el parque de motocicletas en el país aumentó más de 17 veces.
La producción de motos en México se acerca a las 700 mil unidades al año.
El sector produce alrededor de 26 mil empleos.
La motocicleta todavía representa el 10% de la flota de vehículos en México: hay un importante espacio para su crecimiento.
Ahorra tiempos de traslado que equivalen a más de 25 días laborales al año para quienes se desplazan en ella a su trabajo.
La motocicleta no contribuye en forma importante a la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI), que propician el calentamiento global.
Fuente: La motocicleta como generadora de desarrollo económico y bienestar social (2022), Tec de Monterrey CCM