El incremento de flujos migratorios en México provoca el aumento de solicitudes de protección por parte de personas en condición migratoria irregular: de acuerdo con investigadores superan las 230 mil y van desde peticiones de asilo o refugio, pasando por amparos para evitar su deportación, expulsión o extradición, hasta pedimentos de ayuda humanitaria para quienes esperan respuesta a su solicitud de asilo en Estados Unidos.
De acuerdo con el estudio La intersección de la política exterior con la política migratoria en el México de hoy, de El Colegio de México (Colmex), de ese número unos 70 mil son migrantes que solicitaron protección ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar); otros 40 mil son del programa estadunidense Quédate en México; y otros casi 19 mil están en lista de espera para iniciar su trámite de solicitud de asilo ante autoridades migratorias de la Unión Americana.
Las medidas de contención puestas en marcha por el gobierno mexicano en la frontera sur del país para evitar el paso de migrantes hacia el norte no han sido suficientes para detener el paso de contingentes que buscan de manera desesperada seguir su camino pese a los retenes establecidos por la Guardia Nacional.
Frontera sur
Desde el inicio del año se registra un aumento considerable en el flujo de migrantes en el territorio nacional que proviene de Centroamérica, Cuba y Venezuela, al que se sumó la ola de miles de haitianos.
Estos grupos buscan llegar al norte del país para desde ahí tratar de ingresar a Estados Unidos, lo que propicia una nueva crisis migratoria en la frontera común.
Debido a que cada vez encuentran mayores dificultades para desplazarse por México, los migrantes recurren a la solicitud de medidas de protección que prevé el derecho internacional y la propia legislación mexicana para regularizar su estancia y evitar con ello ser regresados a sus países de origen.
En Chiapas, con el apoyo de organizaciones civiles y de protección a los derechos humanos, recurren a la solicitud de juicios de amparo para impedir ser deportados, expulsados o extraditados.
También acuden a la Comar para que agilice sus trámites migratorios y con ello tener garantías de que podrán permanecer en el país mientras resuelven su estancia legal.
Sin embargo, en medio de sus desesperación grupos de migrantes que tramitaron solicitudes de protección optan por continuar su marcha después de semanas e incluso meses de permanecer varados en territorio chiapaneco, cansados de esperar respuesta a sus peticiones de protección.
El sábado 23 de octubre una caravana de alrededor de cuatro mil personas, por ejemplo, partió de Tapachula con destino a la Ciudad de México, contingente que elementos de la Guardia Nacional y agentes migratorios trataron de interceptar sin lograr su objetivo.
La caravana marcha hacia la capital en protesta por la tardanza en la entrega de documentos para que radiquen o transiten legalmente por el país, aseguraron integrantes de la organización Pueblos sin Fronteras que acompañan al contingente.
Frontera norte
En la frontera con EU se encuentran unos 40 mil migrantes que esperan respuesta a su solicitud de asilo, de acuerdo con estimaciones del Colegio de México. También ellos presentaron solicitudes para permanecer en el país en tanto reciben una respuesta de su pedido de asilo al gobierno estadunidense.
Aunque el presidente Joe Biden ordenó la cancelación del programa Quédate en México, pocos días después de tomar posesión del cargo el 20 de enero, la Corte Suprema de la Unión Americana revirtió esa medida el 25 de agosto al emitir un fallo para que se reactivara el esquema impuesto por el expresidente Donald Trump.
Con la restauración del programa los migrantes que solicitan asilo en ese país volverán a permanecer en territorio mexicano, lo que el año pasado generó una crisis en las ciudades fronterizas mexicanas que no contaban con instalaciones suficientes para atender a miles de personas que se quedaron a la espera de una respuesta a su solicitud.
Con la nueva administración demócrata hubo cambios en el procedimiento de los solicitantes de asilo, lo que permitió que los migrantes pudieran continuar su trámite y permanecer en Estados Unidos.
Pese a estos ligeros avances la realidad es que miles de solicitantes no reciben respuesta y en muchos casos no pueden iniciar el proceso formal, lo que les obliga a permanecer en México durante meses sin saber bien a bien cuándo los convocarán las autoridades migratorias estadunidenses.
Protección integral
El incremento del flujo de migrantes en México y en consecuencia el aumento de solicitudes de protección lo aborda el estudio que elaboraron investigadores del Colegio de México.
Destaca el reporte que en los últimos años México se consolidó como un país de destino de poblaciones en búsqueda de protección internacional. Sin embargo, apunta que “la conjunción de una limitada respuesta institucional con políticas restrictivas de la movilidad resulta tanto en esperas prolongadas e inciertas como en un incremento del riesgo y las tensiones con la población a niveles local, nacional y regional”.
Los analistas agregan que México necesita desarrollar “una política de protección integral y sostenible” que vaya más allá de la ayuda humanitaria y la respuesta ante emergencias, puesto que debe incluir componentes de inserción, integración y regularización temporal y permanente para la población refugiada y en espera de resolución de sus peticiones de protección.
Subrayan los investigadores que los gobiernos de México y Estados Unidos no han reconocido del todo la realidad creciente del desplazamiento forzado interno y la migración mexicana forzada por motivos de inseguridad y violencia.
Insisten en que los debates sobre la migración como un problema o un motivo de crisis fincan entre muchas personas la idea de que la única política sensata es la contención, es decir, evitar que la gente migre.
Y proponen reconocer la migración como lo que es: una realidad constante y desafiante para las sociedades emisoras y receptoras, con una gran posibilidad de oportunidades.
De ahí que “la posible coincidencia en los planes de los gobiernos de México y Estados Unidos para el desarrollo de Centroamérica permitiría abrir vías de migración laboral que convengan a la región entera, pero será necesario abandonar el enfoque de contención como eje de la política migratoria del norte hacia el sur”, insisten.
Concluyen que el fenómeno migratorio debe ser visto y atendido como un asunto regional e incluso hemisférico, por lo que México debe aprovechar su posición geopolítica para ser puente en los procesos de análisis, ya que es parte de Norteamérica y al mismo tiempo es América Latina.
Se actuará con prudencia
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, afirmó que frente a la caravana que salió de Tapachula, Chiapas, el sábado 23 de octubre, el gobierno actuará con prudencia.
Aseveró que hay intentos de ciertos actores por que se den fricciones entre los migrantes y las fuerzas de seguridad.
El titular de la SRE reiteró que los migrantes son víctimas de engaños con la promesa de que al llegar a la frontera con Estados Unidos se les permitirá el paso. “No es cierto, ya vimos lo que pasó recientemente con los de Haití (…) Sí queremos decir que están engañando a las personas, porque no es verdad que los dejen pasar”, recalcó.
Nivel histórico de detenciones
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) informó que el número de migrantes detenidos en su intento por entrar a ese país alcanzó un nivel histórico en el año fiscal 2021.
Agregó que en ese periodo fueron arrestadas un millón 734 mil 686 personas en condición de movilidad irregular (migrantes). De ese número, casi cuatro de cada diez eran de origen mexicano.
La cifra creció 77% en relación con la de hace dos años.