El largo confinamiento al que se ha sometido gran parte de la humanidad para evitar una mayor propagación del Covid-19 empieza a llegar a su fin: cientos de millones de personas comienzan a dejar en forma paulatina la cuarentena a la que se sometieron para evitar un mayor número de contagios de un virus que si bien no es de una letalidad alta en comparación con otras enfermedades, debido a la facilidad de su contagio frenó casi en su totalidad las actividades en el planeta.
A casi dos meses desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia por los “niveles alarmantes de propagación y enfermedad”, el Covid-19 provocó una catástrofe que alcanzará proporciones históricas: más de 255 mil muertos, tres millones de contagiados, pérdida de hasta 300 millones de empleos, así como devastación del comercio y volatilidad financiera, lo que en conjunto dará paso a una profunda recesión internacional en 2020.
Sin embargo ahora la disminución de la curva de contagios en países como China, Alemania, España, Francia e Italia lleva a sus gobiernos a proponer planes de desescalada de las medidas de confinamiento y con ello volver de manera paulatina y por etapas al reinicio de actividades: ya se permite la salida en horarios y zonas establecidos, con medidas de higiene para cuidar la salud, como distancias de seguridad y uso de cubrebocas en la vía pública, junto con la apertura económica.
En naciones en las que el número de fallecimientos y de contagios continúa alto, como en Estados Unidos, cuyos niveles de expansión del coronavirus no llegan todavía a su nivel más crítico, inició también la reactivación de la producción industrial y comercial ante la urgente necesidad de abrir la economía más grande del orbe.
Por lo que respecta a México, donde los contagios debieron alcanzar su punto máximo entre el 5 al 8 de mayo pasados, según estimaciones de la Secretaría de Salud, el gobierno federal tiene previsto reiniciar el día 17 actividades económicas y clases en más de mil municipios en los que no se reportan casos de coronavirus, siempre y cuando se mantenga el control sanitario y se haga con cuidado y planeación.
La mayoría de los países buscan reactivar sus economías para evitar más daños a sus poblaciones a consecuencia de la pérdida de empleos, cierre de comercios y en general la interrupción de las principales actividades en las distintas regiones del planeta.
Pero esta reactivación, insisten autoridades y especialistas, deberá estar acompañada de una bien pensada apertura de actividades.
Todo lo anterior, subrayan, sin descuidar la salud y continuando con las medidas de higiene y distanciamiento que eviten nuevos brotes de Covid-19: de estas y otras precauciones sanitarias dependerá que la humanidad vuelva lo más rápido posible a retomar su vida cotidiana en forma paulatina y ordenada.
Salvar vidas sin matar la economía
La manera como se ha enfrentado la crisis sanitaria ha ido desde una posición liberal asumida por Suecia, que no aplicó una política de cuarentena para evitar la propagación ni recurrió al cierre de gran parte de su actividad comercial e industrial (con excepción de algunas áreas como la industria automotriz), hasta las medidas extremas que tomó China en varias de sus ciudades, como sacar por la fuerza de sus hogares u oficinas a personas que presuntamente estaban contagiadas de Covid-19.
Pero la mayoría de los países se inclinó hasta ahora por preservar la salud y salvar vidas con medidas sanitarias que eviten la propagación del coronavirus.
Y hoy se multiplican las voces de sectores que destacan la necesidad de reactivar los sectores económicos para evitar un daño mayor en la economía de millones de personas que requieren de sus actividades diarias para vivir y con ello sobrellevar en mejores condiciones la emergencia sanitaria.
China, por ejemplo, decidió reabrir ya los procesos manufactureros que pararon en su totalidad para detener la propagación del Covid-19. Lo hace consciente de que la inactividad de su economía —la segunda más grande del planeta— provocó caídas récord en su producción industrial, que en la actualidad se encuentra en 70% de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas de China.
Japón es otra de las naciones asiáticas que iniciaron actividades, no obstante el resurgimiento de un nuevo brote de coronavirus después de varias semanas en que el número de contagios y de fallecimientos disminuye de manera considerable.
Las autoridades niponas informaron que el confinamiento se extenderá hasta el 31 de mayo pero no será absoluto para las 47 prefecturas y solo se dará donde se reporta el mayor número de transmisiones del virus.
La tradicional disciplina y orden de los ciudadanos japoneses permitieron que hubiera relajamientos en las medidas impuestas y que el aislamiento no fuera tan severo.
Corea del Sur disminuyó asimismo la estrategia de distanciamiento social aplicada desde principios de marzo y a partir del miércoles 6 de mayo las autoridades iniciaron una fase denominada “distanciamiento en la vida diaria”.
Esta nueva fase, que es más laxa, permite a los sudcoreanos regresar a sus rutinas diarias mientras cumplan con directrices preventivas básicas en materia de higiene.
Europa
España inició la aplicación la desescalada luego de siete semanas de confinamiento, por lo que los españoles salieron a las calles el 2 de mayo para realizar paseos, actividades deportivas o realizar compras y reanudaron sus trabajos en sectores esenciales de la economía.
El gobierno español aplica un plan de cuatro fases para devolver al país a una nueva normalidad, a la que pidió se llegue con cautela, prudencia y responsabilidad, con respeto a las normas y evitar deshacer todo el trabajo porque “el virus sigue ahí”.
Se establecieron paseos de una hora a no más de un kilómetro del domicilio en horarios determinados, en función de grupos de población y edades (niños, adultos, ancianos) para evitar aglomeraciones y proteger a los más vulnerables.
En un país donde el coronavirus ha producido más de 25 mil muertes se puso en marcha la Fase 0, o fase de preparación, que durará hasta el día 11 aproximadamente, periodo en el que el uso de mascarillas será obligatorio en el transporte público, así como el distanciamiento social.
Alemania inició un proceso de reapertura económica desde el 20 de abril, que incluye el funcionamiento de supermercados, farmacias, peluquerías, museos, iglesias y zoológicos.
La primera etapa se realizó con el levantamiento gradual del confinamiento luego de que se comprobó que los contagios por coronavirus han ido a la baja. En la reapertura los comercios tendrán que indicar a sus clientes mantener la distancia de 1.5 metros y recomendar el uso de mascarillas, aunque esto no es obligatorio.
El miércoles 6 de mayo la canciller Angela Merkel informó que los estados alemanes serán los responsables de relajar poco a poco las restricciones impuestas para combatir el contagio, siempre que sean capaces de responder con rapidez en caso de que los enfermos aumenten de manera acelerada.
Italia, otro de los países más afectados por el coronavirus, reanudó parte de sus actividades después de 70 días en confinamiento. A partir del 4 de mayo las regiones menos afectadas volvieron a reactivarse luego de que el gobierno anunció que los ciudadanos podrían visitar a sus familiares, asistir a parques y espacios públicos de esparcimiento, aunque seguirán las medidas de distanciamiento social y el uso de cubrebocas y guantes.
Volvieron a la actividad los trabajadores de la construcción y los comercios abrieron. Para traslados en el transporte público y Metro es obligatorio el uso de equipo de protección.
La reapertura de actividades se acompaña de medidas de protección con chequeos rutinarios, como toma de temperatura y de signos vitales para evaluar si un ciudadano deberá regresar a su hogar. La producción industrial en los sectores de fabricación y empresariales también reiniciaron labores.
Durante las ocho semanas de contingencia Italia registró cerca de 28 mil 884 fallecimientos y poco más de 210 mil casos positivos.
Francia anunció que a partir del 11 de mayo todos los comercios, salvo bares y restaurantes, podrán reiniciar actividades y el regreso a las escuelas se hará de manera progresiva.
Las autoridades informaron que los comercios deberán limitar el número de personas en sus establecimientos y garantizar la distancia de un metro y medio. La desescalada se adaptará a la realidad de cada región, por lo que parques y jardines abrirán en los departamentos donde el coronavirus no circule en forma activa, en tanto que las playas permanecerán cerradas hasta por lo menos el 1 de junio.
Los franceses podrán salir de sus casas sin una declaración jurada que era obligatoria, salvo en desplazamientos de más de 100 kilómetros de sus domicilios, los cuales se autorizarán por motivos familiares o urgentes.
En el transporte público el uso de mascarillas es obligatorio, en tanto que museos, cines y salas de conciertos y espectáculos siguen cerrados.
Desescalada
De manera escalonada Estados Unidos inició también su activación económica, en la que ha insistido el presidente Donald Trump pese a que ese país todavía enfrenta un fuerte número de contagios de Covid-19, que hasta el momento deja unos 71 mil muertos y más de un millón de contagiados.
Poco más de 20 estados de los 50 de la Unión Americana reabrieron ya sus actividades económicas, por los que unos 120 millones de estadunidenses se preparan para reintegrarse a la vida diaria y a sus labores.
Esta reapertura se realiza de manera parcial y se ha puesto especial atención a las recomendaciones sanitarias para el establecimiento de las fases de desconfinamiento anunciadas por Trump.
El presidente norteamericano insiste en que los estadunidenses deben volver a sus actividades cotidianas, en lo que coinciden un número importante de sus seguidores en varios estados, quienes demandan en marchas y protestas el reinicio de labores económicas.
La insistencia del mandatario es tal, que incluso manifestó durante una gira de trabajo en Phoenix, Arizona, que los ciudadanos deben volver a sus actividades diarias aunque ello provoque más infectados de Covid-19. “¿Habrá más personas afectadas? Sí.¿Algunos serán severamente afectados? Sí. Pero debemos reabrir nuestro país y lo tenemos que hacer pronto”, resaltó.
México
En nuestro país siguen en vigencia las medidas de sana distancia y confinamiento en momentos en que zonas como el Valle de México se encuentran en la etapa más aguda de los contagios.
El 30 de abril el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que hay la posibilidad de que el 17 de mayo se reinicien clases y actividades económicas en más de mil municipios donde no se habían dado casos de contagio de coronavirus.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, informó el 5 de mayo que esa posibilidad persiste en aquellas zonas donde el pico de contagio ya pasó o donde en ese momento no haya empezado su etapa más aguda, por lo que se permitiría liberar actividades con la observación de medidas de contención comunitarias.
Explicó que una de las preocupaciones de abrir las actividades en el país es cómo equilibrar el retorno a la normalidad con la reactivación económica, para permitir el bienestar de las familias que viven al día y que ya tienen una afectación a su economía.
“Necesitamos regresar a la normalidad sin descuidar el riesgo de un rebrote de contagios”, apuntó López-Gatell, quien dijo que el 1 de julio sigue siendo una fecha válida para el regreso a clases a nivel nacional.
Informó que un grupo de trabajo del gobierno federal analiza una reapertura escalonada, ordenada, que privilegie el cuidado de la salud pero que también considera una reapertura de la vida pública, sobre todo de la economía en pequeña escala.
Semáforo
El presidente López Obrador, por su lado, afirmó que las secretarías de Hacienda y Economía mantienen pláticas con funcionarios de Estados Unidos y Canadá para acordar la fecha en las que se reiniciarán algunas de las actividades industriales ya que hay cadenas productivas comunes, sobre todo en el sector automotriz.
La mañana del jueves 7 de mayo informó que el gobierno elaborará una especie de semáforo para reiniciar actividades económicas a partir del día 17. Explicó que el semáforo se pondrá en verde para municipios donde no haya casos de contagio de Covid-19; en amarillo donde hay pero son pocos, y en rojo donde sí hay problemas.
“A partir de ahí empezaremos a ver las actividades económicas. ¿Cuáles? La industria de la construcción, empresas de exportación, la rama automotriz, el turismo y otras actividades. Desde luego esto incluye el regreso a clases, que también tiene que ser escalonado”, precisó.
Expresó que la reapertura tendrá que acompañarse de un protocolo de salud y anunció que el lunes 11 se hará una reunión de análisis y de propuesta para comenzar a abrir el país.
La forma y los tiempos en que habrá de darse la reapertura de actividades en México tendrá que tomar en cuenta algunas variables y sobre todo contar con la información suficiente y clara del comportamiento de contagios. Los expertos estiman que el gobierno, además de los insumos y experiencia acumulados en la actual epidemia, tendrá que recurrir al conocimiento que han tenido otros países al disminuir los contagios.
El analista Alberto Quintana comenta que todos queremos que se normalice la actividad económica y los ciudadanos puedan salir del confinamiento en muy pocos días, pero eso no ocurrirá: será una reapertura gradual.
Indica que para que la situación se normalice en uno o dos meses se requieren condiciones como que se cumplan los pronósticos de los modelos epidemiológicos.
De lo contrario, señala, si resulta que llega la fecha donde presuntamente México tendría el pico de contagios pero siguen creciendo el número de casos diarios, entonces no será posible realizar la reapertura.
El experto financiero agrega que otra condición para la reactivar la economía es hacer más pruebas ya que será muy difícil tomar decisiones sobre la reapertura si el gobierno mantiene su postura de que se apliquen solo a las personas que tienen síntomas.
Quintana estima que será necesario establecer protocolos sanitarios estrictos en los negocios, el transporte y los espacios públicos como el uso de cubrebocas, mascarillas y distancia física.
De no cumplirse lo anterior, advierte, es más probable que una reapertura traiga consigo el rebrote de los contagios y conduzca a un nuevo confinamiento.
“Más nos vale en la etapa que viene actuar con inteligencia, honestidad y prudencia si no queremos que apenas efectuada la reapertura tengamos que volvernos a poner en cuarentena ante un virus que vuelve a atacar”, con las secuelas económicas conocidas, concluye.
RECUADROS
Fases de desconfinamiento
Países | Fase 0 | Fase 1 |
China | Activación de actividades económicas de forma escalonada, medidas de distanciamiento social e higiene. | |
Japón | Reinicio parcial. Por rebrote el confinamiento se extenderá hasta el 31 de mayo. | |
Corea del Sur | Termina fase de distanciamiento social e inicia distanciamiento en la vida diaria. | |
España | Desescalada con salidas a pasear, comprar alimentos. Reactivación económica. | |
Alemania | Reapertura económica. Funcionamiento de supermercados, farmacias, museos, iglesias y zoológicos, entre otros establecimientos. | |
Italia | A partir del 4 de mayo las regiones menos afectadas volvieron a reactivarse, con medidas de protección. | |
Francia | A partir del 11 de mayo todos los comercios, salvo bares y restaurantes, inician actividades. Se mantienen medidas de higiene y distancia social. | |
Estados Unidos | Unos 120 millones de estadunidenses se reintegrarán a la vida diaria y a sus labores. |
México | El 17 de mayo reinicio de clases y actividades económicas en más de mil municipios sin casos de coronavirus. |
La apuesta sueca
Durante la actual pandemia Suecia se ha distinguido del resto de los países nórdicos y de Europa respecto de la forma de enfrentar el problema: el gobierno sueco no recurrió al confinamiento y solo prohibió aglomeraciones públicas de más de 50 personas. En este periodo las ciudades suecas permanecieron abiertas y sus comercios activos: se aplicó una perspectiva más liberal que no ha estado exenta de críticas ante lo que se ha llamado en ese país como una apuesta arriesgada. Su población ha tenido un ritmo de vida regular, los comercios, restaurantes, cafeterías y otros negocios han permanecido abiertos durante la pandemia. Datos oficiales refieren que hasta finales de abril se habían registrado mil 540 fallecimientos por Covid-19, nivel superior respecto de Noruega, Dinamarca e Islandia, que conforman la región escandinava, pero mucho menor que en Italia, España y Reino Unido. Se prevé que Suecia atraviese por una contracción económica menor que el resto de Europa.
Hacia una nueva cultura laboral
El regreso a la normalidad después del confinamiento por el coronavirus implicará un cambio respecto de la movilidad, relaciones e interacción social y, sobre todo, en la cultura del trabajo, según varias proyecciones en el mundo.
Los centros de trabajo corporativos en las grandes ciudades, tal y como se conocen en la actualidad con espacios abiertos, cafeterías internas y escritorios con computadoras, pueden cambiar a partir del riesgo de contagios por Covid-19.
En ciudades estadunidenses ya se analizan ideas para proteger a los trabajadores que retomarán sus labores una vez que concluya el confinamiento. Entre las opciones estudiadas se encuentra una barrera de plexiglás que se puede colocar en los escritorios para evitar la transmisión del virus.
Otra novedad es que un mayor número de oficinas tendrán desinfectantes para manos y se prevé la colocación de filtros de aire que empujan el aire hacia abajo y no hacia arriba para evitar una transmisión viral.
Ante esta nueva realidad compañías de diseño en Estados Unidos, pero también en Europa y China, empiezan a recibir llamadas para realizar cambios en oficinas pequeñas y de grandes empresas para tratar de evitar la propagación del coronavirus en los centros de trabajo.
Todos esos cambios en los centros de trabajo buscan hacer de estos sitios espacios más seguros, aunque se desconoce si estas transformaciones tendrán resultados.
Expertos en enfermedades transmisibles opinan que un entorno de oficina libre de virus no es realista porque no es posible garantizar que el riesgo disminuya a cero dentro o fuera de las oficinas.
Se sabe poco del Covid-19 y hasta ahora estudios de la gripe, por ejemplo, refieren que esta se transmite en 16% en los lugares de trabajo y la mejor manera de reducir el contagio es otorgar una licencia a los empleados enfermos para que se queden en casa.