CDMX, 27 de octubre de 2025. Los diputados federales del PRI, Alejandro Domínguez Domínguez, Graciela Ortiz González, Juan Antonio Meléndez Ortega y Noel Chávez Velázquez, exigieron al Gobierno de la República implementar medidas urgentes para regular la importación de carne procedente de Sudamérica, con el objetivo de proteger la ganadería nacional y fortalecer la seguridad alimentaria del país.
A través de un Punto de Acuerdo, solicitaron el cierre inmediato de la frontera sur al ingreso de carne proveniente de países sudamericanos con altos niveles de exportación hacia México —incluyendo, pero no limitado a Brasil, Argentina y Uruguay— salvo que cumplan con estándares sanitarios y fitosanitarios equivalentes o superiores a los nacionales, verificados por las autoridades competentes.
Asimismo, pidieron al Gobierno Federal reforzar los controles en los puntos fronterizos del sur e incrementar el arancel a la carne importada desde Brasil, con el fin de compensar los costos diferenciales de producción y fomentar la competitividad del productor mexicano.
Los legisladores priistas también exhortaron a las autoridades federales a impulsar un programa integral de apoyo al productor nacional, que incluya incentivos fiscales, subsidios condicionados a buenas prácticas de sanidad animal, mejora genética, infraestructura para enfriamiento y transporte, así como acceso a mercados nacionales e internacionales. El objetivo: reducir la dependencia de importaciones y avanzar hacia la autosuficiencia alimentaria.
En su exposición de motivos, advirtieron que los indicadores del comercio exterior del sector cárnico mexicano muestran una tendencia preocupante. Mientras las importaciones de carne bovina, porcina y aviar alcanzan niveles récord, las exportaciones nacionales enfrentan obstáculos sanitarios, logísticos y comerciales que comprometen la competitividad de los ganaderos mexicanos.
De acuerdo con datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), al cierre de marzo de 2025 México importó 764 mil toneladas métricas de carne, por un valor superior a 1,839.6 millones de dólares. En contraste, las exportaciones apenas alcanzaron los 743,8 millones, generando un déficit comercial de aproximadamente 1.095,8 millones de dólares.
Esta asimetría se agrava por los cierres fronterizos impuestos por Estados Unidos por razones sanitarias, como ocurrió recientemente con la emergencia del gusano barrenador, que redujo las exportaciones mexicanas de carne de res hacia ese país en alrededor del 7 por ciento anual. Las pérdidas económicas superan los 11 millones de dólares diarios cuando se impide el traslado de ganado para su procesamiento en el país vecino.
Ante este panorama, el cierre de la frontera sobre a importaciones de carne que no cumplan con estándares sanitarios equivalentes o superiores a los nacionales se plantea como una medida de defensa estratégica.
Los representantes del tricolor afirmaron que tomar estas medidas no solo reduciría la presión competitiva que erosiona la producción nacional, sino que también preservaría la salud animal, garantizaría la trazabilidad, disminuiría la dependencia de carne importada y fortalecería la posición negociadora de México frente a políticas proteccionistas externas.

